Tribuna Económica
Gumersindo Ruiz
La casita de Jesús
Huelva/El 1 de enero de este año los bombos de la ONCE dejaron en Moguer un diluvio de 30 millones de euros. Fue el cuponero Francisco Javier Pérez quien repartió íntegramente entre sus vecinos el primer premio el sorteo extraordinario de Navidad, 75 boletos del número 1.850 que integraban la serie ganadora completa, con un valor cada uno de 400.000 euros.
Un día después, el 2 de enero, el cuponero manifestaba sentirse emocionado de ver "felices" a sus compradores: "Me alegra, como trabajador de la ONCE y como persona, ver contentos a mis clientes, que van a poder empezar el nuevo año con buen pie", confesaba a este diario, al tiempo que subrayaba que "este pellizco les viene muy bien, hay algunos que no están bien económicamente y este premio les va a ayudar".
Su clientela estrenó el año a lo grande. Él no. La dirección de la ONCE en Huelva decidió el 3 de enero "retirarlo cautelarmente" de su puesto de trabajo durante una semana, según indicó ayer a Huelva Información su abogado, Ignacio Narváez. Dos personas lo habían denunciado por apropiación indebida.
Una de ellas precisaba que el 21 de diciembre de 2018 el vendedor le había enviado un whatsapp ofreciéndole un cupón del sorteo navideño de la Organización Nacional de Ciegos, con el número que después fue premiado, al que el denunciante le contestó "tráeme uno, mamona". Francisco Javier Pérez contestó con un "Ok", pero nunca llegó a vendérselo.
Este hombre decidió reclamarle el dinero una vez que supo que había sido premiado, a lo que el vendedor se opuso. Ni le había pagado el dinero previamente ni tenía en su poder el boleto. Como diría la voz popular, "es como tener un tío en Graná". Y siguiendo con el refranero –expuesto en muchos negocios de este país–, "hoy no se fía, mañana tampoco".
Así lo entendió la magistrada titular del Instrucción 2 de Huelva, quien decidió sobreseer el caso el pasado mayo. El denunciante recurrió en reforma, obteniendo el mismo resultado: no había delito en la conducta del vendedor. Así que presentó sus alegaciones ante la Audiencia Provincial de Huelva.
La Sección Primera de la máxima instancia judicial de la provincia se ha pronunciado ahora de forma tajante y coincide con la jueza en que los hechos "no constituían ni tan siquiera indiciariamente dicho delito" de apropiación indebida ni tampoco uno de estafa, subrayando que "ni el denunciante abonó el premio de ese cupón ni el denunciado hizo entrega del mismo".
Es decir, que "nos hallamos ante una promesa de venta no formalizada", recalca la Audiencia, más que ante la apropiación para sí o para un tercero "de dinero, efectos, valores o cualquier otra cosa mueble que hubieran recibido en depósito, comisión o custodia, o que les hubieran sido confiados en virtud de cualquier otro título que produzca la obligación de entregarlos o devolverlos o negare haberlos recibido", tal y como figura en el enunciado de esta tipología penal.
"Lo ha pasado mal, está esperando que la segunda denuncia se archive y le sea favorable”
El recurso de apelación del denunciante hacía referencia a un audio en un grupo de Whatsapp y a la determinación de la ONCE de retirar al vendedor de las calles durante un breve plazo de tiempo, una suspensión de empleo (pero no de sueldo) que estuvo dirigida a salvaguardar la propia actividad como agente vendedor del cuponero y a la protección de sus intereses en pleno boom mediático.
Para la Sección Primera, presidida por Antonio Pontón, ninguno de estos elementos desvirtúan sus conclusiones porque, básicamente, "no se relatan hechos de contenido y relevancia penal, lo cual no implica que esos hechos carezcan de toda relevancia jurídica, sino que únicamente declaramos que carecen de relevancia penal", insiste.
Francisco Javier Pérez está "aliviado", según su abogado, pero solo en parte. Porque hay una segunda denuncia por motivos similares, ésta sobreseída por un juzgado de Moguer, que está pendiente de la resolución de la Audiencia. "En este caso el denunciante es otro hombre que dijo a mi cliente por Whatsapp algo así como resérvame uno, pero del que nunca más se supo, ni se acercó a por él ni lo pagó", aclara Ignacio Narváez. "Él está esperando que también se archive y le sea favorable".
Hasta que este asunto no se resuelva, Pérez prefiere no manifestarse. Su letrado reconoce que estos meses han supuesto para él un calvario, "lo ha pasado mal".
Las navidades están a la vuelta de la esquina y los sorteos de la ONCE y de Loterías y Apuestas del Estado, también. Sean precavidos y no lo olviden, para participar, hay que pagar. Que más vale dinero en mano que ilusiones de verano, dice también un refrán. Y la Justicia, como se ha visto, no se inclina por dar la razón a los que luego vienen reclamando en los tribunales que les pertenece un premio que ni siquiera han pagado.
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