Huelva pelea con Cartagena y Bilbao para ser el cuarto puerto nacional

La pelea es barco a barco y, al menos en lo que se refiere a las cifras de los ocho primeros meses del año, tonelada a tonelada.De hecho, apenas 135.039 separan al cuarto puerto nacional que el pasado mes de agosto ha sido para el de Cartagena por primera vez en muchos meses, del sexto ocupado por Huelva con Bilbao en quinto lugar. Fuera de los tres inaccesibles puertos de la geografía nacional, la posibilidad de ser el siguiente de entre las 28 autoridades portuarias españolas, está más cerca que nunca de los muelles onubenses.

El asunto, además de meramente coyuntural, tiene su relativa importancia. En primer lugar por permanecer en el mismo a lo largo de los próximos doce meses, con lo que la representación de la Autoridad Portuaria en todos los foros tanto españoles como internacionales en los que desarrolla su trabajo comercial, podría recibir un impulso más que necesario.

Además, el año que viene es crucial para el Puerto de Huelva; además de que varias de las infraestructuras actualmente en marcha recibirán un espaldarazo más que trascendente, será el año en el que se decidirá su inclusión en el instrumento financiero que deberá desarrollar el Corredor Atlántico, en el que está incluida Huelva después de la ampliación decidida por las instituciones de la Unión Europea. De nuevo su inclusión entre los principales puertos del continente, parecería todavía más afianzada si se consolida su tendencia al crecimiento apuntada en los primeros meses del año.

Según las estadísticas de Puertos del Estado consultadas por Huelva Información, el aumento de los tráficos en el Puerto de la ciudad en los ocho primeros meses del presente ejercicio es más que sobresaliente. De entre todos los españoles, es el segundo que más crece, únicamente superado por el de Santander, con unos niveles de tráfico cinco veces inferiores a los onubenses. El crecimiento de los tráficos en Huelva casi llega a multiplicar por seis a la media nacional; mientras que el primero de ellos llega al 11,04% más que en el mismo periodo del año pasado, entre todos los demás apenas se llega al 2%.

La comparación con sus competidores más directos, es decir, Cartagena y Bilbao, tampoco resiste comparación alguna. Mientras que el primero de ellos tuvo un mes de agosto espectacular que le ha llevado a superar tanto a Huelva como a Bilbao, su crecimiento es la mitad que el de los muelles onubenses.Respecto a los tráficos registrados en el puerto bilbaíno, todavía arrastran las consecuencias de las dos paradas técnicas de la refinería de Petronor (similar a la importancia que para Huelva tiene la de Cepsa) a lo largo de los primeros meses del año. A pesar de que el último trimestre del año pasado fue excelente para los tráficos en Huelva, no parece aventurado asegurar que se pueden repetir los mismos guarismos de aquí a cerrar el ejercicio que será una vez más un nuevo registro histórico.

El crecimiento onubense se basa de manera fundamental en el experimentado en el capítulo de graneles líquidos, que ven como crecen más de un 18,5%, casi el triple de lo que se alcanza en todo el país. Dado que éste es el apartado que más aporta al volumen global de toneladas movidas en los puertos, cabe asegurar que la vuelta a la actividad normal de la refinería, ha impulsado al Puerto de Huelva a los primeros lugares nacionales.

En el capítulo de graneles sólidos se observa un panorama diferente. En efecto, en un año de caídas generalizadas, Huelva duplica la registrada como media nacional. No obstante, los signos recibidos en los últimos meses con la llegada de grandes volúmenes de cereales fruto de las malas cosechas por la ausencia de lluvias en la mayor parte del país, permiten ser razonablemente optimistas de cara al final del año; de hecho, agosto fue un mes en el que el Puerto de Huelva creció de manera notable en estos tráficos.

Sea como fuere, la lucha por ocupar el cuarto puesto entre los puertos nacionales se decidirá por un margen más que estrecho y cualquier variación en los indicadores podría inclinar la balanza en favor de uno u otro.