8M en Huelva | Mujeres inspiradoras que lideran el cambio desde sus profesiones
En el 8 de Marzo conocemos a cuatro mujeres que alientan, inspiran e invitan a seguir avanzando en la igualdad de género ocupando puestos tradicionalmente de hombres
La única mujer gruista en la provincia de Huelva
Maty Orta: "Echo en falta ver a más mujeres pescadoras en Huelva"
¿Sabías que la primera mujer tamborilera del mundo es de Huelva?
El 8 de Marzo es un día marcado en rojo en el calendario mundial para poner en valor la figura de la mujer en la sociedad y seguir haciendo, cada vez más pequeña, la brecha de género. Y aunque aún quedan muchas batallas que librar hasta alcanzar una igualdad real, por suerte, existen ejemplos de mujeres que alientan, inspiran y nos invitan a seguir avanzando.
Este es el caso de Nuria Fresco, directora de Recursos Humanos en la compañía minera Sandfire Matsa; Carmen Gañán Pérez, la única mujer gruista que existe en la provincia onubense; Maty Orta, una pescadora vocacional enamorada de la mar o Rocío Albarrán Núñez, la primera mujer en la historia en tocar el tamboril. Cuatro mujeres que, como muchas otras, dan un paso al frente para mostrar que los sueños y las aspiraciones no entienden de género. Cuatro féminas que ejercen profesiones tradicionalmente de hombres dejando bien claro que el talento, el esfuerzo y la valía profesional han de ser los únicos medidores del éxito sin importar el sexo.
Gracias a figuras inspiradoras como Nuria Fresco, directora de Recursos Humanos de Sandfire Matsa, conocemos que hoy en día una mujer puede alcanzar el más alto rango directivo de una empresa, incluso en sectores tan masculinizados tradicionalmente como la minería. Precisamente, ese es el estigma con el que intentan romper desde esta gran compañía minera que opera desde Almonaster la Real. Y la responsable de liderar el avance tiene nombre de mujer. "Hay una idea equivocada de lo que es la minería porque realmente yo no veo en el día a día ningún rastro de desigualdad. Es más, veo un gran apoyo a las nuevas generaciones por parte de los mineros con más experiencia. Yo misma intento seguir de cerca ese proceso y veo que las propias trabajadoras se sienten cien por cien integradas por sus compañeros", confiesa a este periódico la directiva.
Nuria Fresco celebra que en Sandfire Matsa se esté ganando "tanta presencia femenina en los últimos años", aunque es consciente de que "todavía nos queda". Con todo, tienen datos muy alentadores, ya que entra la plantilla cuentan con un 22% de presencia femenina, frente al 14% de hace doce años. "Tenemos camioneras, perforistas, supervisoras de operación, tanto de interior como de exterior, que son profesiones que tradicionalmente han sido ocupadas por hombres". Aunque lo más destacado, afirma, es que "el 66% de nuestras mujeres están en áreas operativas y de mantenimiento, y 34% en Administración", algo muy significativo que demuestra un claro cambio de tendencia.
Que la responsable de Recursos Humanos de Matsa sea una mujer, ya denota el avance. Y es que Nuria lidera cada día el departamento de una compañía que da empleo a 750 personas directas y 2.000 indirectas. Una gran plantilla, dice, "que demuestra, en contra de algunas creencias, cómo el sector minero es un sector moderno, donde los profesionales se tratan de tú a tú, sin importarles si es hombre o mujer. Yo, desde mi posición, no veo discriminación, pero mi objetivo es ver cada día más presencia femenina entre nuestros profesionales".
Por eso, desde su puesto persigue sin descanso la creación de igualdad de oportunidades en el entorno. "Cada vez más mujeres participan en procesos de selección de puestos en el sector minero, lo que está favoreciendo su incorporación en puestos a los que antes no habían accedido". Porque, como ella dice, "la minería sí es cosa de mujeres y este mensaje está calando en nuestro entorno. Se nota en los procesos de selección. El liderazgo femenino, su capacidad de transformación y adaptación a los diferentes entornos son competencias muy apreciadas hoy en día para el proceso de modernización continua en el que estamos inmersos", explica.
Y no en la mina, pero sí en las carreteras, Carmen Gañán Pérez, lanza el mismo mensaje: "una mujer puede ocupar cualquier lugar que se proponga".
Para Carmen Gañán Pérez "no hay un trabajo más bonito y gratificante que el de gruista". Lleva casi 20 años ejerciendo su gran pasión y no concibe dedicarse a otra cosa que no sea ayudar a los demás cuando están desamparados en mitad de la carretera. "Es un oficio que llena tremendamente", cuenta a esta redacción.
Se trata de la única mujer gruista de la provincia de Huelva. Un oficio fundamentalmente de hombres en el que ella, asegura, se mueve como pez en el agua y siempre se ha sentido respetada. "La acogida que he tenido siempre ha sido buena, pero he reconocer que los comienzos no fueron del todo fáciles. La primera pregunta que me hicieron fue ¿Para qué quieres tú el carnet? A lo que yo respondí, "para trabajar", cuenta Carmen.
Ama su profesión, pero confiesa que, desgraciadamente, no conoce a ninguna otra mujer gruista en la provincia de Huelva. "Para mí no es un trabajo porque yo lo hago con ilusión. Eso es lo que deberían hacer todas las mujeres, pelear por sus sueños sin limitaciones. No hace falta la fuerza bruta para desarrollar cualquier profesión. Somos igual de fuertes que ellos".
Y es que el primer paso para romper con la desigualdad es sentirnos iguales. Eso es lo que hace Matilde Orta Palma. La puntaumbrieña es de las pocas mujeres pescadoras que existen en la provincia onubense. Sale a faenar cada día junto a su marido y otros compañeros desde hace unos diez años. Comenzaron con un pequeño bote y ahora tienen ya su propia embarcación. Para la joven, madre de dos niños, "salir a la mar a pescar es como si se parara el tiempo".
Maty se levanta a las 3 de la mañana de lunes a viernes y se dedica a la pesca del pulpo. Cada día las mismas labores, pero, dice, "siempre es especial cuando haces lo que te gusta". Para ella la pesca lo es todo, ya que lo ha vivido en casa desde que era niña. Recuerda que tenía unos 4 años cuando su madre la llevaba al muelle y ella lloraba porque se quería embarcar con su padre que también era marinero. Cuando cumplió 15 años y conoció a su marido, también marinero, lo tuvo claro. Se sacó la licencia y empezó a ejercer una profesión a la que, asegura, espera dedicarse siempre. Y no solo eso. Su hijo, que ahora tiene 16 años, seguirá con la tradición familiar, ya que también siente un gran amor por el oficio pesquero. "En la siguiente temporada del pulpo ya estará mi hijo embarcado", cuenta orgullosa.
Porque hasta en las tradiciones más señeras y masculinizadas de la provincia de Huelva, la mujer tiene un gran peso. Cada vez más. Así lo muestra Rocío Albarrán, la primera mujertamborilera de España "y del mundo entero". Rocío comparte con este periódico la bella historia sobre su vinculación con este instrumento al que le tiene un gran cariño y que, aún a día de hoy, sigue tocando junto a un grupo de antiguos compañeros.
Todo surge de la iniciativa del reconocido músico Manuel Pareja Obregón, creador de la sevillana y enamorado del Rocío y nuestras tradiciones. Rocío, que siempre ha regentado junto a su familia la Pensión Cristina, en el corazón de la aldea, recuerda cómo el compositor español se hospedó un año después de la Romería. "Llegó pidiendo alojamiento y mi abuela que era la encargada de la pensión y del restaurante por aquel entonces, le abrió las puertas". Y tan encantado quedó el poeta con su estancia que la prolongó durante años en la aldea.
De ese vínculo con la Pensión Cristina y de su pasión por la cultura que envuelve a la Blanca Paloma, nació su idea de fundar una la primera escuela de tamborileros en la aldea del Rocío y dentro de ella, el Coro de Tamborileros, formado con niños y niñas de corta edad. "Todos entre sí guardaban relación de parentesco al ser hermanos y primos y tenía su domicilio social y lugar de ensayo en la archiconocida Pensión Cristina", cuenta Rocío.
Y en la lucha diaria de Pareja Obregón por buscar la perfección de los sones y toques y sacar el máximo rendimiento a las cualidades innatas de los niños y niñas, en el año 1991 incorpora como tamborilera a Rocío. "De aquel grupo yo era la única mujer. Recuerdo la primera vez que toqué en la romería del Rocío, que los principales diarios del país me sacaron en sus páginas. Era la primera vez que se veía a una niña tocando este instrumento. Lo viví como un momento único. A mí me gustaba mucho, quizás ese interés en mí por aprender llevó a Manuel Pareja Obregón a querer enseñarme y a integrarme en el grupo con solo 12 años", rememora.
Cuatro ejemplos de grandes mujeres que lideran el cambio desde sus oficios mostrando que no hay límites para ser quienes ellas siempre han querido ser sin importar el sector y rompiendo patrones.
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