"En Huelva veo el mar, no conocía Andalucía y había nacido en Sevilla"
La Huelva de... Guillermo Summers
Vivió en Huelva su infancia, alumno del Colegio Francés, y ha mantenido permanentemente su vinculación a esta provincia con la playa de Lepe. Dice que es "choquero y lepero"
Guillermo Summers llegó a Huelva en 1950, "tenía nueve añitos y estuvimos aquí unos cinco". Para él es "un recuerdo sorprendente porque nací en Sevilla, pero cuando tenía un año nos marchamos a Madrid, mi padre era de la carrera fiscal y estuvimos hasta el año 1949, cuando llego a Huelva es la primera vez que veía el mar, no conocía Andalucía a pesar de haber nacido en Sevilla. Tengo un recuerdo gratísimo de aquella infancia en Huelva hasta tal punto que esa vinculación se ha mantenido con los años, porque empezamos a veranear en la playa de Lepe, en esta playa de La Antilla, y ahí conocí a todos los amigos actuales, a la que hoy es mi mujer y casi todos los hermanos o una buena parte de ellos se casaron con gente si no de aquí, sí que veraneaban aquí, de Huelva o Sevilla". Tiene recuerdos muy gratos porque aquí pasaron los primeros años del bachillerato, estudió en el Colegio Francés, y son los primeros juegos, los primeros amigos, "porque en realidad de los amigos que hasta entonces tuve en Madrid, como era muy pequeñito, no me acuerdo". Desde los años cincuenta viene a la playa de Lepe cuando la carretera era un camino de tierra. "Soy de los verdaderos pioneros de la playa de Islantilla, había unos cuarenta chalet, no más, una playa idílica, como un paraíso".
De aquí se marchó con su familia a Granada, su padre, Francisco Summers y Sern, era gobernador civil de Huelva, había nacido en La Palma del Condado porque su padre fue juez de aquella localidad. Un gobernador civil muy recordado "tengo la satisfacción, dado los tiempos que corren, que si vienes por aquí y das una vuelta por la provincia, sobre todo las personas mayores que vivieron aquella época, conservan aun un buen recuerdo de mi padre. Me jacto de que hizo una labor social muy importante, construyó barriadas para gente humilde, incluso algunas de ellas mantienen su nombre, que se lo pusieron posteriormente".
Guillermo Summers se siente muy vinculado a Huelva, "soy choquero y lepero". Mantiene un contacto permanente con Lepe, le llaman para todo y por todos, los anteriores alcaldes y el actual, así que no tiene problemas con ningún partido político. "Colaboro con mucho gusto, en la asistencia a actos, en pregones, lo hago con todo el cariño del mundo, porque me siento muy de la tierra y muy lepero. Ahora me voy, pero vuelvo pronto".
Asevera, con toda la simpatía que le acompaña, que "mi lugar de nacimiento es Sevilla y el de mi renacimiento es Lepe". Pero la cosa fue seria y es que en 2005, en pleno Festival de Cine de Islantilla , sufrió un infarto "gordísimo" en una época en la que no tenía estrés, estaba de jurado, "y aquí me salvaron la vida, porque todo fue tan rápido que si se tarda un poquitín más no lo cuento". Lo relata con agradecimiento, "primero la atención que tuvieron, aquí me baje del coche en el centro de salud porque no llegaba a Huelva y todo fue muy rápido, creo que gracias a que no estábamos en verano, porque en esa fecha aquí hay problema de hospitales; me había tomado una cafinitrina que se la pedí a Paco Valladares, sabía que las llevaba, no pensaba que tenía un infarto, pero por si acaso, me sentí muy mal y con la rapidez que se actuó fue clave para que no sufriera lesiones en el corazón, hoy hago una vida absolutamente normal, de trabajo y de todo".
La suya es una familia en la que muchos están vinculados de alguna forma al arte, bien al cine, la canción o a la pintura, dice que genéticamente debe haber algo. "Mi padre era un hombre que pintaba muy bien, tenía una vena artística muy grande, lo que pasa es que se dedicó a la carrera fiscal, luego a la política, lo tenía como hobby pero era un genio pintando y dibujando; mi hermano Manolo, además de director de cine, era un humorista fabuloso, tenía unas magníficas facilidades para el dibujo, me acuerdo de haber ido con él al estudio de Vázquez Díaz en Madrid y se quedaba maravillado con la facilidad que Manolo dibujaba, pero lo que pasa es que se dedicó al cine, al dibujo humorístico". También sus hermanos Paco y Tomás estuvieron vinculados a la televisión, y algunos sobrinos son artistas, como su propio hijo, que es pintor.
Son, además, personas muy desenfadas, Manolo y Guillermo destacan por su humor, eso sí, muy particular, "tiene que ver también con el apellido -inglés- porque es un humor particular, un poco casi británico, mordaz; sintonizo y comulgo mucho con el humor que hacía Manolo, un humor que no era muy pedestre, ni tan sencillo, incluso en los dibujos que hacía era algunas veces muy sutil o muy sarcástico y al final de su vida, que el hombre se lo pasaba peor, pues daba más leña". Guillermo confiesa que hace unos años cayó en la trampa de llevar un programa donde se hacía otro tipo de humor. Su hermano Tomás le ofreció la posibilidad de presentarlo con Ivón Reyes en Canal Sur, un programa de chistes. "Luego me arrepentí, porque no era ni la forma de humor que yo he hecho siempre con Salas, ni la de trabajar; aquí era más de tirar todo para adelante y estábamos más acostumbrados a hacer guiones mucho más pensado y no trabajar de una forma no chapuza, pero sí de que todo vale". Asegura que sí, "que debe haber una vena de humor, porque mi padre aunque tenía fama de serio, por ser gobernador, era un tío muy gracioso, muy cachondo y le gustaba el humor".
También el humor lepero ha estado muy vinculado a los Summers, especialmente con Manolo, muy amigo del célebre personaje Jofito Ruiz. "Ese era el verdadero humor lepero, un hombre ingenioso y para nada daba la idea del lepero rústico, bestia y torpe de los chistes de Lepe, habrá también como en todos los sitios. El estereotipo creo que es por la forma de hablar, porque luego son personas muy listas, gente emprendedora". "Manolo era como un lepero más, quería a la gente de aquí, Jofito Ruiz falleció unos meses antes de morir él y lloraba porque lo quería como un segundo padre. Le gustaba el humor de este hombre, ingenioso y rápido, decía que todas las cosas que contaba eran anécdotas que le pasaban, la salida de este hombre en situaciones más o menos jocosas".
Guillermo Summers entró en Televisión Española de meritorio, "como luego los becarios, le decíamos los vicarios". En 1960 la familia aún vivía en Granada pero Manolo estaba en Madrid, había hecho los cursos de dirección de cine en la Escuela de Cine, Guillermo quería apuntarse a los de decoración pero justo ese año cambia la edad de ingreso, de 18 a 21 años. "Así que me metí en Televisión de meritorio en decoración, limpiando botes, dando colores, haciendo horarios de casi doce horas, sin cobrar un duro, viviendo sólo con el dinero que mandaba mi padre para que comiéramos y Manolo que ganaba algo, trabajaba ya en Televisión". Al año y medio lo deja para hacer con Manolo proyectos de programas desde fuera, "como la televisión estaba empezando, llevaba unos cuatro años, iniciamos una serie de programas, uno fue la Escuela TV para los chavales, con clases de Ciencia, Historia de España, Francés, Inglés, la historia de los pintores..., en pequeños espacios que los ilustrábamos mi hermano Manolo y yo; había unos guionistas, uno de ellos mi hermano Paco, gente del periódico Pueblo, estaba Tico Medina". La carencia de imágenes se suplía con ilustraciones de dibujos, "todo eran viñetas, imagínate la historia de don Pelayo hecha con viñetas, en aquella época nos hacíamos 30 dibujos diarios entre mi hermano Manolo y yo, mi padre nos ayudaba algunas veces, si tenía tiempo. Eso fueron tres años a diario, era un poco como ir aprendiendo la televisión ahí mismo, porque nadie nos enseñaba, éramos los pioneros, me acuerdo que en ese tiempo conocí a Forges cuando estaba en Telecine y casi todos íbamos aprendiendo sobre la marcha, no había un modelo de nada, esos fueron los tiempos heroicos de la televisión que a mí me vinieron muy bien porque aprendí a hacer muchas cosas, con lo que me he convertido en aprendiz de todo y maestro de nada".
Hoy la televisión no tiene nada que ver con aquello y a pesar de que Guillermo Summers ha hecho muchos programas de corte nostálgico, dice que no tiene "para nada una nostalgia plañidera, sino todo lo contrario, esos programas eran para recordar, como uno puede hacerlo en un álbum y ver cómo vestías hace veinte años, un poco con una sonrisa". Pero, efectivamente, reconoce, que "nada tiene que ver la tele de hoy con aquello, para mi era más bonito por ser una aventura, ir haciendo algo que nadie te enseñaba". Lo considera como un estímulo para la imaginación, de lo que hoy se carece, "porque ahora cuando un programa funciona y todos los copian, está de moda hacer casting, pues todos por ahí, entonces te esforzabas por hacer cosas que no fueran siempre lo mismo".
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