De Huelva al resto de España
Dimarosa, filial del grupo onubense Mariscos Rodríguez, cierra el año con una distribución de 19 millones de kilos de crustáceos a través de Mercadona · Un nuevo centro logístico es su gran apuesta de futuro
Que la gamba blanca es uno de los grandes recursos naturales de la provincia de Huelva, nadie lo discute. Ni siquiera que el marisco onubense es de los más apreciados en España, uno de los mayores consumidores del mundo. Para ello lleva décadas trabajando el grupo empresarial onubense Mariscos Rodríguez, a través de su filial de distribución Dimarosa, aunque fue hace cuatro años cuando se aseguró llegar directamente a miles de hogares españoles. En 2007 cerró un acuerdo con Mercadona para convertirse en interproveedor de la prestigiosa compañía de supermercados y con la que este año que acaba ha movilizado 19 millones de kilos de marisco. Ahora, en plena época fuerte por las navidades, espera confirmar los buenos datos mientras prepara su traslado a las nuevas instalaciones del Puerto Exterior, su gran apuesta de futuro.
El año 2011 ha sido bueno para Dimarosa pese al contexto de crisis actual. Ha batido su propia marca de distribución a través de Mercadona y ha vuelto a cerrar, por tercer año consecutivo un crecimiento en la facturación que confirma el buen trabajo realizado en los últimos años. La clave ha sido, sin duda, la transformación realizada a raíz de su alianza con la compañía española de supermercados. Ahora impera una nueva filosofía, más cercana al consumidor y en la que la calidad está presente en todo el proceso con un celo inusual en el sector.
No ha sido fácil para la empresa onubense. Sus orígenes son puramente artesanales, desde que hace 70 años, en un municipio tan marinero como Palos de la Frontera, comenzara la actividad familiar.
En 1978, aún antes de la creación de Dimarosa, Mercadona acababa de iniciar su actividad con establecimientos en Valencia y fue entonces cuando nació su vínculo con Mariscos Rodríguez. Pero hasta 2007 no llegó el acuerdo para convertirse en interproveedor de la compañía levantina.
"Fue todo un reto y supuso un cambio demasiado brusco", reconoce el gerente de Dimarosa, Jacinto Rodríguez. "Queríamos estar con ellos pero sin saltar al escalón de interproveedor, ya que exige un compromiso con la seguridad alimentaria y con la calidad, y cero defectos. Teníamos mucho respeto. Pero llegó el momento de sí o no, de todo o nada, y creemos que es una suerte que no desaprovecháramos entonces la oportunidad", añade.
El salto lo notaron, explica Rodríguez, con un cambio radical de filosofía, siguiendo las exigencias de Mercadona, que le obliga a estrechar sus vínculos con los consumidores y a extremar sus estándares de seguridad y calidad alimentarias a lo largo de todo el proceso.
"El sector de la pesca es muy tradicional, casi primitivo, a pesar de que se implante la tecnología en los barcos. Ahora somos más partícipes del camino que recorren nuestros productos hasta el consumidor, que es el jefe, con quien tenemos que volcarnos", apunta.
Para Dimarosa ha supuesto un cambio en la forma de proceder con sus productos desde el mismo momento de las capturas en los barcos hasta el seguimiento que se le hace para llegar a los hogares, con participación directa en la política de precios e incluso en los teléfonos de atención ciudadana. El objetivo es optimizar costes adaptándose a la mentalidad del consumidor -por ejemplo, con nuevos embalajes más pequeños pensados para las cámaras frigoríficas domésticas- y asumir los controles de calidad, que antes eran externos, con un departamento propio.
Actualmente, la distribución en Mercadona acapara más del 70% de la producción anual de Dimarosa, y supera el 50% de su facturación. En el año 2009 se materializó en 17 millones de kilos de marisco, y en 16 millones en 2010, para crecer de nuevo este año hasta los 19 millones. En los últimos meses, "donde nos jugamos casi todo el año", se han movilizado 1,5 millones de kilos en noviembre, y 3,5 millones de kilos en diciembre para los supermercados de todo el país.
En estos nuevos tiempos para Dimarosa, su visible apuesta por la transformación se encuentra en el Puerto Exterior onubense, en unas instalaciones modernas y adaptadas a las nuevas exigencias y que estrenarán a primeros de año.
Tienen una superficie de 40.000 metros cuadrados y cuentan con cámaras de almacenamiento robotizadas para la mayor comodidad del trabajador, así como salas de transformación y manipulación adaptadas también a la demanda existente. La inversión de 25 millones de euros, con apoyo de la Junta de Andalucía y la Unión Europea, muestra el camino del futuro, en el que la gamba seguirá reinando.
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