El patrón de Huelva retenido en Mauritania cumple un mes acusado de la muerte de cuatro marineros
Su liberación estaba prevista para el pasado jueves pero se ha retrasado "debido a diferentes dificultades"
El patrón de pesca de Huelva retenido en Mauritania podrá regresar a España el próximo jueves
El patrón onubense de un barco con base en Canarias, acusado de haber provocado la muerte de cuatro marineros mauritanos tras una colisión entre la piragua en la que navegaban y el pesquero, cumple este lunes un mes de retención en Nuadibú (Mauritania) "indefenso y solo".
Así lo ha precisado su abogado, Fernando Osuna, quien ha criticado que los diplomáticos españoles han dejado "en absoluta soledad a su cliente al que, hasta el momento, no han facilitado actuación judicial alguna". El letrado ha señalado que este hombre , un experimentado marinero natural de Isla Cristina, "niega rotundamente la muerte de cuatro personas" de la que se le acusa y ha asegurado que una vez que pueda regresar a España pedirá indemnizaciones por "el calvario y abandono sufridos".
Estaba previsto que el patrón del barco regresara el pasado jueves, pero se retrasó sin fecha tras "encontrar dificultades para su liberación", según apuntó Osuna. El hombre lleva retenido en este país africano desde el pasado 14 de julio, mientras el resto de la tripulación, compuesta por una treintena de personas, fue liberado. En la misma hay ciudadanos españoles, mauritanos, senegaleses y marroquíes, a los que acusaba de ser responsables de un accidente en el que desaparecieron cuatro marineros y otros dos del mismo grupo sobrevivieron.
Las circunstancias del siniestro no han sido precisadas y solo se conoce que se produjo en aguas de la ciudad de Nuadibú, situada a 470 kilómetros al norte de Nuakchot. La falta de dispositivos de salvamento marítimo eficaces en Mauritania y el hecho de que las piraguas utilizadas para la pesca artesanal no cuentan, en la mayoría de los casos, con medios de salvamento adecuados en caso de accidente, provocó que no se rescatara a las personas desaparecidas, dadas ya por muertas. El barco afectado es un arrastrero congelador de 33,53 metros de eslora, que desempeña habitualmente su trabajo en aguas africanas mediante convenios de pesca entre distintos países y la Unión Europea.
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