Infraestructuras: sin crédito para 2021
Balance 2020
La clase política en Huelva sale tocada de este 2020 tras el fracaso del proyecto CEUS y la ausencia de inversiones significativas en los PGE
El túnel de San Silvestre, la alta velocidad, el aeropuerto y la ejecución de obras en el Banco de España o la antigua Hacienda marcarán el nuevo año
Poco queda positivo del 2020 que por fin se ha ido, a un lado la incidencia de la pandemia. Y poco queda por delante de esperanza para 2021, más allá de pasar página y obligarse a cambiar el paso. Pero ni ilusión queda en Huelva para mirar con optimismo al nuevo año en busca de las inversiones que la saquen de un crisis estructural que se ha acentuado más aún con la irrupción de la covid-19 y la nueva recesión económica. El desánimo, de hecho, se ha extendido entre la población onubense, que ha visto cómo se han cerrado meses en los que, más que perder nuevas oportunidades para ver posible la llegada de las necesarias infraestructuras, se han dado pasos atrás y se ha visto cómo se alejan las que estaban llamadas a concretarse antes de que llegaran estas fechas.
Detrás de este sentimiento está lo sucedido en octubre con el proyecto CEUS, ese innovador centro para ensayos de vuelos no tripulados, a levantar en terrenos de Moguer, que se ha esfumado cuando más cerca se estaba de que fuera una realidad. Aquel mes terminaba la vigencia de la Declaración de Impacto Ambiental concedida hace años por Medio Ambiente, el visado indispensable para que una actuación de calado se pueda realizar en un territorio. Y ahora mismo se está en el punto de partida de una década atrás, pese a las promesas, nuevas, otras más, de que el proyecto se retomará, reformulado y mejorado, sin nuevas dilaciones, aprovechando el trabajo hecho. Y ya lleva más de dos meses corriendo el tiempo sin que nada nuevo se haya dicho.
Ese traspié dado de la mano por Gobierno del Estado y Junta de Andalucía es el que ha terminado de liberar el desencanto latente en la provincia de Huelva, que mantenía la esperanza de que la cuenta atrás que finalizaba en este 2020 espoleara, al menos, esta inversión, de cantidades mínimas y beneficios realmente incalculables.
Por eso, al mismo tiempo, es el mismo fracaso que ha acabado con el crédito dado durante años a la clase política onubense, a la que se responsabiliza de una inoperancia activa, concretada en un discurso sobre las infraestructuras –conscientes todos de que son necesarias en Huelva como en ningún otro sitio en España– convertido en mantra sin efecto, acaso soniquete incómodo por la falta de efectividad.
Detrás de esto está la iniciativa dada por un grupo de empresarios de primera línea en la provincia, con el presidente de la Caja Rural del Sur, José Luis García-Palacios Álvarez, a la cabeza. Fueron ellos los que respondieron días después de conocerse el fracaso del CEUS con una iniciativa privada que llevará a reactivar lo que, realmente, nunca se activó. Hablan de los aviones no tripulados de El Arenosillo, pero también de actuaciones vitales para Huelva como el desdoble del túnel de San Silvestre, del que depende el abastecimiento seguro de agua para la mayor parte de la economía y de la población en la provincia.
No es aislado lo ocurrido con el proyecto CEUS. El anuncio del proyecto de ley de los Presupuestos Generales del Estado para 2021 ha sido otro golpe en esta recta final de año, al no contemplarse partidas específicas para la mencionada infraestructura hídrica, pero tampoco para otras de las que dependen más directamente los regadíos de la provincia o la dilatada vía de acceso a la Alta Velocidad con Sevilla, de la que ya también debería haber avances concretos.
El desdoble de San Silvestre
Es cierto que desde el Gobierno, y el Partido Socialista que lo encabeza, se ha explicado a los agricultores que aunque no haya partida expresa, sí hay dinero para el túnel de San Silvestre y su licitación este próximo año. Aunque nada que acelere el proceso de una obra de emergencia social y económica, por el riesgo manifiesto de que pueda producirse un colapso y un corte fatal en el suministro después de 50 años sin labores de mantenimiento. Nada apunta a que pueda llegar la tranquilidad antes de avanzado el año 2022. Si es que no surgen nuevos contratiempos.
Algo parecido ocurre con la alta velocidad ferroviaria, convertida desde hace años en el buque insignia de las infraestructuras demandadas para Huelva. Tanto ha sido que ya casi se ha arrojado la toalla. A pesar, incluso, de que en este ya pasado 2020 se desatascara el proyecto en el Ministerio de Transportes y diera un nuevo paso hacia Transición Ecológica en busca de la DIA que, como ahora ha pasado con el CEUS, hace muchos años se dejó caducar.
En este trayecto reciente, claro, ha surgido una pandemia y se ha desatado una crisis global. Desde el Gobierno se dice ahora que no es tiempo de obras de este tipo, de inversiones mil millonarias, y que es momento para la reconstrucción y la reformulación del futuro económico del país. Pero como recuerdan desde la plataforma ciudadana que insiste en la concreción de este proyecto, en la provincia de Huelva llueve sobre mojado y no se puede iniciar una reconstrucción en un punto de partida claramente inferior y en desventaja al resto.
El AVE que no llega
Por eso no se entiende que los PGE no reflejen las partidas que contempla el propio estudio informativo del proyecto de conexión entre Huelva y Sevilla y sólo se recojan inversiones para la actual línea convencional. Se responde, sí, a una demanda paralela de mejora, para que no sucedan episodios como el de hace unos días, con retraso de horas y pérdida de corriente eléctrica en el convoy con Madrid. Pero el ministro Ábalos, mientras, garantiza la ejecución en este 2021 de nuevos tramos del AVE con Galicia y se avanza en este último trimestre en nuevos estudios del de Extremadura o del de la frontera francesa. Nada de Portugal.
Precisamente del Ministerio de Ábalos hay pendiente también una acción que no comporta siquiera un compromiso de inversión. Es la vía libre que debe dar la Dirección General de Aviación Civil al proyecto completamente privado del aeropuerto Cristóbal Colón, otra de las demandas históricas en la provincia, que lleva años en manos de empresarios, como el grupo que ha dado ahora el paso tras el fracaso del CEUS, y que debería tener ya el beneplácito definitivo de la Administración para que pueda ser una realidad más pronto que tarde, con lo que se espera que ello suponga para el sector turístico y el agrícola de Huelva. Fuentes cercanas al Gobierno aseguraban que esto debía llegar a finales de año; ahora sería una manera muy positiva de dar impulso a este nuevo 2021.
Y en el camino se pierde también otra de las grandes actuaciones en materia de transporte necesarias para sacar del agujero a Huelva. El desdoble por carretera de la N-435 se quedó, por ahora, en la variante de Beas y Trigueros que el propio Ábalos vino a inaugurar hace año y medio y de cuyo rastro sólo hay 100.000 euros en los nuevos PGE, de nuevo interpretado como un frenazo. Nada, tampoco, de ese proyecto que hablaba, al menos, de dejar hasta Zalamea la Real la nueva autovía. Nada de las necesarias vías rápidas serranas para dar salida marítima a Extremadura.
Edificios olvidados
Mientras las grandes intervenciones acaparan el desengaño, en Huelva se mira con recelo la construcción del hospital materno-infantil en terrenos del actual Juan Ramón Jiménez, como se lamenta el retraso injustificado en tiempos de pandemia del centro de salud de Isla Chica, en la capital, al que ni se ha dotado de equipamiento en la espera actual.
Antes está el parón en los antiguos edificios de Hacienda y del Banco de España, que hacen del centro de la urbe un paisaje desolado, pendientes de trámites burocráticos en la nueva Junta andaluza que prometía acelerar las acciones en los despachos para favorecer el desarrollo económico. A Huelva le toca esperar.
Temas relacionados
No hay comentarios