Investigadores utilizan la proteína de guisante para desarrollar bioplásticos azules más flexibles y resistentes
La Universidad de Huelva y la de Sevilla se unen para mejorar las propiedades mecánicas del plástico y creo la porosidad idónea para mantener unos niveles necesarios de humedad, luz y aire
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Un equipo de investigación de las universidades de Huelva y Sevilla ha confirmado la idoneidad de un nuevo material para envases de alimentos creado a partir de proteínas de guisantes y una molécula, la genipina, que genera una reacción química entre compuestos y logra un enlace resistente y flexible.
Los investigadores han constatado que la genipina mejora las propiedades mecánicas del plástico y crea la porosidad idónea para mantener unos niveles necesarios de humedad, luz y aire para la conservación de los alimentos, ha informado la Fundación Descubre en un comunicado. "Hemos logrado un material que soporta la flexión y tracción necesarias. Es decir, son más deformables y resistentes que otros existentes; además, gracias a la genipina hemos conseguido un color azulado, casi negro, que se acerca más a las preferencias del mercado", ha indicado el investigador de la Universidad de Sevilla Víctor Manuel Pérez-Puyana.
Los expertos han comprobado las cualidades de este nuevo bioplástico atendiendo a las propiedades morfológicas, mecánicas y funcionales durante distintos tiempos de procesado y con diferente contenido de genipina en la formulación. Los resultados lo proponen para su potencial uso en materiales resistentes, flexibles y absorbentes, destinados a alimentación o medicamentos, por ejemplo apósitos o vendajes, y farmacia o agricultura cuando se requiera la liberación controlada de fármacos o nutrientes.
Los envases de bioplásticos fabricados a partir de residuos de guisantes presentan características mecánicas muy similares a las de los plásticos tradicionales, pero a diferencia de éstos, son biodegradables. Uno de los principales hándicaps que presentan es el color, ya que no coincide con las preferencias del mercado, a lo que se suma que existen ciertos productos que requieren una mayor flexibilidad, resistencia o absorción que los existentes.
Incluir un reticulante, es decir, un compuesto que funciona como una malla que entrecruza estructuras químicamente, permite mejorar las propiedades de las proteínas de guisante, algo que logra la genipina, que además otorga una baja toxicidad al bioplástico, lo que la convierte en el aliado idóneo para la fabricación de materiales destinados a la alimentación, la medicina o la farmacología. Tras los ensayos, consiguieron un bioplástico que pasaba de un color amarillento a uno azul oscuro, casi negro, y también lograron mayor resistencia y flexibilidad y menor absorción de agua.
Los expertos continúan su trabajo comparando nuevos reticulantes, tanto químicos como físicos y biológicos mediante enzimas, con el objetivo de mejorar las propiedades de los actuales plásticos y dar lugar a nuevas opciones válidas para las necesidades del mercado y que, al mismo tiempo, sean respetuosas con el medio ambiente.
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