Jarcha puso música a una libertad sin ira en el tiempo de la TransiciónComienzan cantando en el colegio menor Santa María de La Rábida
En 1974 aparecen en el panorama musical después de ganar un concurso de Radio Popular
La jarcha, esa composición lírica popular de la España musulmana, que constituía la parte final de la moaxaja es la que puso timbre con su estribillo al grupo onubense que sin pretenderlo, llenos de honestidad y pasión, se convirtieron para muchos en toda en un referente musical de la España de la Transición.
Una historia la de Jarcha que comienza en 1972 de la mano de Ángel Corpas, era el educador del colegio menor Santa María de La Rábida, allí se encargaba de las actividades culturales del centro, fue recopilando a los mejores elementos de las tunas y los coros y con esos mimbres se haría después Jarcha. Había realizado una actuación en la plaza de las Monjas y dan un salto definitivo en el plano musical con su participación en el concurso de Radio Popular y la compañía Zafiro en el programa de Busca talentos que le da la posibilidad de grabar su primer disco en Madrid en 1973. Es a partir de entonces cuando estos chavales se plantean la profesionalización del grupo, la grabación suena bien y la gente la acepta de buen grado.
Es ahora cuando comienza la necesidad de contar con un lugar de ensayo, primero pasan por Radio Popular, donde le había dejado sitio José María Roldán. Pero no era suficiente, buscan un nuevo espacio en un antiguo local de una discoteca en la calle Fernando El Católico pero esto no cuaja y consiguen a través de la Caja de Ahorros, con quien habían firmado un acuerdo para recorrer la provincia, una casa frente al bar Las Columnas. Estaba vacía, era de dos plantas, una antigua heladería, en la que tienen que enchufar la luz y coger el agua de la casa de al lado. Allí se ensaya y hay incluso quien vive, pero tienen un último traslado a la que será la vivienda definitiva del grupo, se van a La Joya, allí consiguen tener un lugar para vivir y trabajar aislados dentro de la ciudad, con un espíritu de comuna. Había día en los que a lo mejor a las cuatro de la madrugada alguien se despertaba con una idea y se musicaba y a las seis estaban comiéndose un bocata en el Quitasueño. Aquello se convirtió en hotel y casa para todos, se alojaron los primeros en casarse y también visitantes como Salvador Távora, con quien mantenían un encuentro cultural permanente.
La música que hacen se basa en el rescate del folklore de nuestra provincia, era cuando muchos se fijaban en el grupo 'Nuestro pequeño mundo' y 'Jarcha' también lo hizo, al darse cuenta del filón de la provincia de Huelva, la más rica en folklore, fruto de su larga historia. Musicaban textos de poetas comprometidos o cantaban a la actualidad con temas como 'Nuestra Andalucía', 'Esclavo de la tierra', 'Andalucía y olé' y otros como 'Polución', la primera reivindicación musical contra la contaminación, sin olvidar canciones que también Salvador Távora había compuesto para sus espectáculos. Una de los grandes descubrimientos para el grupo es Eduardo Álvarez Heyer, un antiguo afiliado al PCE, que fue condenado a muerte y que acabó de administrativo en Huelva. Les escuchaba ensayar en el antiguo salón de actos del Sindicato Vertical y les propuso que escucharan sus textos y de ahí salieron temas como 'Cadenas', 'La copla que está en mi boca', 'América del Sol' y una vinculación grande, tanto que llegan a publicarle un libro de poemas que se vende en los recitales; la gente se acercaba a aquellos poetas prohibidos por el franquismo.
El grupo iba consiguiendo una proyección grande habían no sólo llenado el Teatro Monumental de Madrid, sino conseguir atascar la calle Atocha por la mucha gente que se quedó sin poder entrar. Su 'Libertad sin ira' va a convertirse en un emblema, en un grito de paz. Diario 16 lo utilizará en sus vallas publicitarias. Era el tiempo de la Transición y había sorpresas como la que se encontraron de que se prohibía la radiación de 'Libertad sin ira', pero a la mañana siguiente se buscaba una excusa para levantar la prohibición. Era un tiempo en el que en una provincia se autorizaban sus conciertos y en otras no, pero en todas había que mandar por adelantado las canciones. Situaciones también como estar conduciendo 16 horas para llegar a Oviedo a un concierto que el Gobierno Civil había desautorizado por temor a alteración del orden público, era la misma jornada en la que se había aprobado en las Cortes la Ley de la Reforma Política. Pero también se encontraban situaciones nuevas para el país, como la huelga de la construcción en Galicia, iban escuchando su manifiesto en Radio Nacional y al llegar al campo de fútbol para el concierto se lo encuentran rodeado de grises. En medio de la actuación los huelguistas piden que se de lectura a su manifiesto, lo que fue luego motivo para que cargara la policía. No sólo escucharon amenazas de muerte o sufrieron pintadas y pinchazos en su furgoneta, sino que encontraban a gente que le habrían su taller para ofrecerle ayuda; recibían mucha solidaridad.
La Transición es un tiempo que viven muy intensamente, pero reconocen que de una manera poco meditada. A medida que se va consolidando Jarcha con sus canciones, bullían inquietudes sociales, pero políticamente estaban en una nebulosa, carecían de una cultura política, básicamente se movían a golpe de corazón, estaban dentro de una espiral que no dominaban, dentro de un gran éxito en el que la gente se fijaban y que ellos agradecían.
Sí tienen claro que lo que aportaron a ese momento histórico de España fue mucha honestidad y pasión, que fueron las dos herramientas de Jarcha. Ofrecían en ese momento una imagen nueva de Andalucía, cuando salían de Despeñaperros se notaba, rompían ese retrato de la Andalucía de gente tumbadas al sol, la Cuadrada ya iba dando ese mensaje y también lo consigue con su incorporación de Carlos Cano.
Jarcha dejó la estela del compromiso social, de una España en la que se quería vivir en paz, que buscaba nuevos horizontes dentro de la Democracia, que valoraba los esfuerzos de todos y donde la música desde Huelva tuvo una aportación importante.
El grupo Jarcha comenzó su andadura en 1972 de la mano de jóvenes con inquietudes artísticas y sociales. Se incorporaron al panorama discográfico español en 1974 con 'Nuestra Andalucía'.
Utilizan temas compuestos por Salvador Távora y para sus ajustes a la hora de montarlos se venía a Huelva. Algunos temas llegaron a sobrepasar límites insospechados de popularidad, como 'Libertad sin ira', que aun se sigue entonando en encuentros contra la violencia terrorista. A partir de 1981 trabajan en espectáculos con otros artistas como Salvador Távora, Diego Carrasco, Lebrijano y Rocío Jurado. Superaron el millón de copias vendidas, con más de 700 conciertos. Designado grupo español en 1976 y 1977 y nominado para el premio Príncipe de Asturias en 1992, recibieron también la medalla de oro de la ciudad de Huelva en 2004. Por el grupo han pasado un total de 18 componentes, el grueso inicial lo formaban Maribel Martín, Lola Bon, Ángel Corpa, Rafael Castizo, Crisanto Martín, Antonio Ángel Ligero y Gabriel Travé. Al poco tiempo, durante la grabación del primer disco, se incorpora Juan José Oña y tras la salida de Lola Bon en agosto de 1975 entra Inés Romero, a la que sustituye Toñi García en un breve espacio de tiempo y, posteriormente, el lugar de esta lo ocupan Rosa Soler y Rosa María Salas. Poco después lo dejan Crisanto Martín y Gabriel Travé, es cuando se buscan a un guitarrista flamenco, Pepe Bulerías. Así en 1977 queda conformado el grupo definitivo que se mantiene hasta 1981 en el que están: Antonio Ángel Ligero, Rosa María Salas, Rosa Soler, Juan José Oña, Ángel Corpa, Rafael Castizo, Maribel Martín y Pepe Bulerías. En 1981 el grupo se rompe, hay quienes quieren otro tipo de música y así salen Antonio Ángel Ligero, Rosa María Salas, Rosa Soler y Juan José Oña y entran Maribel Quiñones 'Martirio', un cantaor flamenco y un pianista. Hoy el grupo lo componen de sus antiguos miembros Maribel Martín y Rafael Castizo.
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