Joaquín Correa: "En España, tres personas pueden llegar a comer de la literatura"
"Es posible vivir de asuntos relacionados con la literatura, realizando todos al mismo tiempo: escribir, ganar premios, participar como jurado en certámenes o dar conferencias y cursos. Aún así, es muy difícil sacar un sueldo y si lo logras, es con una inseguridad terrible"
En apenas diez días, ha obtenido dos reconocidos premios: el XXVI Certamen de relatos "Rafael González Castell" por "El incesante olvido" y el LXI Premio Internacional de cuentos "Lena", por "La grieta"
Huelva/Joaquín Correa, escritor onubense de relatos cortos, hace mucho tiempo que aceptó que "era imposible hacer de la literatura y escritura, su oficio y forma de vida."
Tiene claro que su vocación por la literatura surge a través de la lectura. "Leía mucho. Me refugiaba en la lectura cuando tenía un problema. Todo eso me empujó a amar también la otra cara de la moneda."
Definiéndose a sí mismo como un escritor de "impulso" -que plasma el momento y escribe sobre el "aquí y ahora"- reconoce que su decisión de abandonar casi por completo este arte no fue, a pesar de tratarse de una disciplina invisibilizada, "ni voluntaria, ni consciente."
Algo desencantado y con la mayor parte de su tiempo ocupado "por obligaciones familiares", su tiempo libre se fue reduciendo hasta perder así el hábito de contar historias.
Aunque "ha tocado distintos palos de la literatura", las ideas fluyen más rápido y mejor para el escritor cuando trata de poner en pie un relato corto. "Es el género en el que me siento más cómodo. Mi forma de escribir es bastante "impulsiva, del momento". "Es el género que mejor se adapta a mi forma de escribir".
Sus novelas también tienen algo de esa inmediatez que lo caracteriza: "suelen ser novelas peculiares; una sucesión de diferentes historias, diferentes relatos entrelazados unos con otros que conforman una única narración", cuenta a Huelva Información.
La frescura de un género mixto, donde predominan los distintos relatos que van entrelazándose entre sí pero que pueden leerse de una forma "independiente", es uno de los matices que le han llevado a confeccionar su propia técnica.
"Durante el proceso de crear cada una de ellas, trabajo más desde el impulso que desde lo sistemático, lo que se adapta mucho mejor al género del relato corto que al de la novela", cuenta.
En su proceso de poner en marcha una historia, suele tratar de tener paciencia para encontrar una buena idea o "que la idea lo encuentre a él". "Para ello, leo mucho, observo y escucho. Me quedo a la espera de ver algo que me impacte, que me enganche lo suficiente como para comenzar una historia."
Una vez se siente conmovido por algo o alguien, el siguiente paso es buscar un principio y final para la obra que narrará lo que tiene en mente. "Una vez que tengo un inicio y desenlace, comienza mi labor de documentación y de búsqueda del contenido."
Las novelas y relatos del escritor onubense solo tienen un nexo en común: la provincia de Huelva que recibe el nombre de Entre-Ríos. "No me considero un escritor de sagas. Como excepción, si algo se repite en mis obras, es Huelva: tengo tres novelas publicadas cuya acción se desarrolla en el entorno de la provincia onubense, llamada en ellas Entre-Ríos".
Su relato corto, "Cartas con membrete", es una de sus obras más reconocidas ganando además el premio de Cuentos Gabriel Miró de la Fundación Mediterráneo. "Cartas con membrete cuenta la historia de un joven que trabaja en Madrid y que comienza a recibir cartas de su abuelo, ya jubilado y residente de un pequeño pueblo. Sus cartas están escritas con papel membretado de diferentes y pequeños hoteles que repartidos por toda Europa donde desconocía que su abuelo había llegado a viajar."
A la pregunta de si considera -tras sus idas y venidas con la literatura- viable dedicarse profesionalmente a la misma, no tarda en responder con una negativa tajante. "En España pueden vivir exclusivamente de la literatura tres autores. Aún así y ni con esas, tendrán garantizado mantenerse durante mucho tiempo comiendo gracias a ella", afirma.
"Es posible vivir de asuntos relacionados con la literatura, realizando todos al mismo tiempo: escribir, ganar premios, participar como jurado en certámenes o dar conferencias y cursos. Aún así, es muy difícil sacar un sueldo y si lo logras, es con una inseguridad terrible", cuenta el escritor.
"En España somos muchos más los que escribimos que los que leemos. El mercado en castellano es muy grande y, aún así, insuficiente para todas las personas que escriben. Actualmente, predominan los intereses puramente editoriales y comerciales sobre los literarios, por eso, ya con veinte años descarté dedicarme profesionalmente a la literatura."
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