José Luis Menéndez: “Somos parte de la sociedad y lo que sea bueno para Huelva, lo defenderemos”
Entrevista | Presidente de la Asociación de Industrias Químicas, Básicas y Energéticas (Aiqbe)
Preside una de las asociaciones con más peso en el sector industrial andaluz y español
La implicación en los temas sociales en los próximos años de su mandato no será modificada
Huelva/El relevo en una entidad que agrupa a 18 de las grandes industrias de todo el territorio nacional y a 19 plantas en suelo onubense no es baladí. Hace falta un temple especial para estar en medio de unos intereses que, desde fuera, pueden asustar. No va a ser su caso, porque conoce la asociación desde hace tiempo. De su predecesor comparte poco más que la barba. El resto es propio, desde la calma a la prudencia. Ambas le harán falta en un tiempo en el que los cambios en el sector y la situación económica le pondrán a prueba más de una vez.
–¿Qué es lo primero que le dijo Carlos Ortiz a la hora del relevo?
–Nos conocemos. Lo primero que me dijo fue que mucho ánimo y me dio algunos consejos de sus años de experiencia. Tiene mucho mérito lo que ha hecho, porque se incorporó a la asociación sin tener las referencias necesarias. Hay que echarle mucho valor. Ha hecho un trabajo magnífico a lo largo de estos tres años. No es fácil llevar la dirección de una planta como Atlantic Copper y dedicarle tiempo a la asociación.
–Estaban buscando una persona que no estuviera relacionada con la actividad industrial directa, como era su caso.
–Históricamente siempre ha sido uno de los miembros de la Junta Directiva, es decir, uno de los directores de fábrica el que accedió a la presidencia. Ahora mismo, las responsabilidades en cada una de las plantas, les deja muy poco tiempo. El puesto, que es voluntario y al que te presentas candidato, llega el caso en el que cada vez hay menos. Es difícil asumir las dos tareas al mismo tiempo, por eso empezaron a buscar a alguien que tuviera un perfil que les permitiera seguir con ese modelo. No es la primera vez que se escoge un candidato contratado. Ese fue el caso de Gerardo Rojas, que estuvo de gerente a presidente, la conocía bien y la experiencia salió muy bien. Si no hubiese ocurrido el trágico accidente que tuvo, a lo mejor seguiría de presidente.
–Le conoció de cerca.
–Fue una figura clave, absolutamente comprometido con la industria y con la asociación. Fue miembro muy activo de la Junta Directiva porque era una persona muy inquieta. Los dos últimos años de presidente, yo estaba de vicepresidente. Sentimos mucho su pérdida y en las condiciones en las que se produjo.
–Menudos morlacos que le han tocado. Me refiero a las empresas que componen la asociación.
–Cada una de ellas en su sector es referencia, incluso son competencia entre ellas. A pesar de ello, siempre hemos respetado mucho el espacio de cada una de las empresas; sabemos cuál es el espacio de la asociación, qué intereses tenemos que defender. En los 15 años que llevo en la asociación, nunca ha habido una votación, hay mucha unanimidad en la toma de decisiones. Cuando se plantea algún tema que puede entrar en conflicto con alguna de las empresas, entiende que ese tema pertenece a ese caso concreto. Lo llevamos bastante bien.
–Estamos en un momento de un cambio profundo en el sector de las industrias energéticas, de productos básicos, de más calado del que se preveía. ¿Lo ve tan drástico?
–El cambio es muy profundo y para mejor en todos los sentidos. Se desarrollan nuevas líneas de negocio. El tema del cambio climático ya lo hemos visto recientemente en la cumbre de Glasgow. Los países toman decisiones en este capítulo y todo ello trae consigo un cambio en el modelo energético y lo vemos día a día. En España tenemos una buena situación, por ejemplo con la energía fotovoltaica dadas nuestras condiciones climatológicas, o el desarrollo eólico y la descarbonización de toda la economía.
–¿Se atreve a dar un pronóstico de cómo serán las industrias energéticas en cinco años?
–Es posible que sea un periodo demasiado corto, aunque en el sector energético sí es posible que se vean algunos cambios, sobre todo a medida que avance la movilidad eléctrica. Hemos tenido en el caso de la descarbonización, hemos tenido un cambio brutal, tal vez demasiado rápido y ahora estamos sufriendo las consecuencias. El cambio va a ser muy importantes y quizá el 2030 pueda ser la fecha de inflexión.
–¿Estamos preparados en Huelva para ese cambio?
–Estamos preparándonos. Las industrias que están asentadas en Huelva son líderes en sus respectivos campos. Avanzamos muy rápido en ese sentido. Tenemos que aprovechar ese tren.
–Aiqbe en los últimos años se ha puesto a la cabeza en reivindicaciones sociales que, en un principio no tienen una afectación directa con el ejercicio de su actividad, aunque a ésta le afecta todo.
–Sí. Formamos parte de la sociedad y todo lo que sea bueno para Huelva, vamos a defenderlo y todo lo que estemos convencidos de que sea positivo, vamos a estar ahí.
–Por ejemplo, en las últimas protestas de los empresarios contra la falta de inversiones, ha estado presente Aiqbe. Esa presencia se nota porque tienen ustedes un peso importantísimo.
–Para esta nueva industria de la que hablamos es fundamental el tener las infraestructuras necesarias. Como decía antes, es un tren que no podemos dejarlo pasar.
–No es pedir tanto un tren que llegue a Sevilla en un tiempo más corto, o que simplemente llegue. ¿Nos falta como dicen los empresarios, más cariño de las administraciones?
–Eso es una reivindicación histórica y esperemos que se genere la sensibilidad suficiente como para que se lleve a cabo, tanto en el transporte de persona como el de mercancías. Se avanza en algunas cosas. El Puerto la verdad que está poniendo mucho de su parte en estas infraestructuras para darle salida a las producciones que se generan en el entorno de la Aiqbe. El tráfico marítimo está en constante evolución y en crecimiento. Ahora estamos con el tema de la infraestructura hidráulica.
–Que es absolutamente vital.
–Sin duda. Tenemos un cuello de botella en el túnel de San Silvestre que hay que resolverlo en el corto plazo, no pueden esperar más. La presa de Alcolea también es un asunto que hay que resolver para dar certidumbre a los sectores económicos y a la industria y a la nueva industria.
–En otras ciudades piden más líneas de metro, aquí pedimos agua, o líneas eléctricas o que el tren que va para Sevilla llegue a Sevilla y no se quede parado. Son cosas muy básicas. ¿Nos hace falta ser más contundentes?
–Las últimas actuaciones que se llevan a cabo van en esa línea, de ser más contundentes de ver lo que se dedica a la provincia y ser un poco más reivindicativo porque en muchas de esas cosas nos estamos jugando nuestro futuro.
–¿Quién va a venir a invertir si no hay un transporte medianamente digno o si no hay agua?
–Nosotros somos responsables de poner el foco en Huelva. Tenemos unas condiciones magníficas para el desarrollo económico en distintos sectores.
–Hablaba antes del Puerto. Qué buen binomio hacen las industrias y los muelles.
–Nos entendemos muy bien como no podía ser de otra manera. El principal cliente del Puerto son las industrias y el 80% de su tráfico proviene de las industrias de Aiqbe.
–A pesar de que esa estrategia de diversificación a veces no es bien entendida.
–Ellos están buscando nuevas líneas de negocio, por ejemplo con el tráfico que se abrió con Canarias o los cruceros. Tienen su plan de estratégico y de negocios. Una cosa no debe descuidar a la otra.
–Estamos muy pendientes del plan estratégico de Cepsa por la importancia que puede tener para el resto de las industrias.
–Creo que el refino de petróleo tiene otras salidas además de los combustibles y Cepsa es una empresa que seguro que se va a adaptar a los tiempos. Si se reduce, potenciará otras líneas de negocio. No me cabe ninguna duda de que seguirá siendo una empresa importante dentro del panorama industrial de la provincia. Será bueno para Huelva lo que Cepsa decida.
–Lo cierto es que hemos aprendido la importancia del hidrógeno verde o del amoniaco verde en los últimos meses.
–Es una tecnología que tiene una cierta madurez, aunque todavía tiene que ser económicamente posible. Ahora es necesario desarrollarla, crear infraestructuras, lo que lleva su tiempo. Todo apunta en esa dirección. En Huelva y en Andalucía tenemos unas condiciones magníficas para poder desarrollarlas.
–Ahora hay un proyecto encima de la mesa, como el CEUS que puede ser un acicate para la creación de empresas de tecnología.
–Parece ser que sí se va a poner en marcha y tengo que reconocer que no me hago una idea de qué puede suponer de desarrollo económico para Huelva, pero sin duda que va a contribuir y va a sumar y tengamos una economía asentada en la industria que son los que más resisten.
–Qué papel tan importante han hecho durante la pandemia.
–La verdad es no sé si es lo suficientemente valorado por la sociedad.
–Esa era la siguiente.
–Han mantenido la actividad y muchos de los productos que se fabrican en nuestras industrias han contribuido a luchar contra la pandemia. Nuestra gente que no son médicos, ni sanitarios que han hecho un trabajo excepcional, han estado este tiempo volcados en que la actividad no pare.
–¿Qué sigue haciendo falta para que la sociedad se de cuenta que la industria es fundamental que sin ella renunciaríamos a muchas cosas? ¿Cómo se lo hacemos entender?
–Ha puesto en dedo en la llaga. Hay que hacer esa reflexión. Si a alguien no le gusta la industria, que diga a qué estaría dispuesto a renunciar de su día a día. Quizá eso ayude a entender cuántas cosas y cuánto de nuestro bienestar debemos a la industria. Son muchísimas aunque tal vez no se perciban. Hay que destacar que le debemos a ella, desde la luz de casa, al tinte de la ropa o a los combustibles.
–Muchos sectores de la sociedad aún tienen la imagen de hace 30 o 40 años y es complicado convencerles que la industria no es la misma. Ahora hay mucha gente que les vigila.
–La transparencia que tiene la industria en ese sentido es muy importante. Estamos constantemente controlados por la administración que es la garante de que actuemos de acuerdo la normativa. Hay casi 90 puntos de control de emisiones. Esos datos se hacen públicos y debemos confiar en ellos. Hacen un trabajo exquisito. Las condiciones de emisiones en Huelva no tienen nada que ver con el pasado y debemos dar ese paso hacia adelante y ver el entorno que tenemos, con unas marismas con más de 300 especies de aves que están a pie de industria.
–¿Qué es lo que siente cuando lee cosas como “nos están gaseando”?
–Es el titular sensacionalista que hace un flaco favor a la industria y a Huelva. Tenemos que crear certidumbres para que las empresas que quieran invertir vean a Huelva como un sitio atractivo.
–¿Cómo les afecta en ese sentido el tema de las balsas de fosfoyesos? Da la impresión de que hasta que no se resuelva no van a conseguir ganarse a la sociedad.
–Es un tema endémico. La solución está sobre la mesa. Es un tema que se ha judicializado, es la Audiencia Nacional la que marca la pauta. El proyecto de Fertiberia es el que está en marcha, es la solución que se da en cualquier país del mundo, que lo está haciendo la empresa que tiene más experiencia en este tipo de trabajos de encapsulado y creo que hay que darle tiempo, que se pueda visibilizar. Vamos a tener ahí una montaña que evitará cualquier contacto con el medio y tendremos un entorno verde que se pueda recuperar para la ciudad. Va a tardar diez años en ejecutarse, así que tiene su importancia, porque lleva 30 años de vigilancia. Cuando eso se visibilice, cambiará esa visión que existe en la actualidad.
–¿Cree que lo verá?
–Creo que sí.
–Porque esa es otra, los permisos de las administraciones, son lentísimos.
–En este caso, sólo la Declaración de Impacto Ambiental ha tenido 1.300 alegaciones a las que hay que darles respuesta. Tienen sus plazos. Cuando vas a licitar un proyecto hay trámites que son más rápido y otros que llevan más tiempo. Espero que el proyecto que se ha presentado se lleve a cabo y se pueda ejecutar.
Un recién llegado a una casa que conoce bien
Cuenta su curriculum que es ingeniero técnico industrial por la Escuela Politécnica La Rábida. José Luis Menéndez, de 61 años de edad, ha desarrollado toda su carrera profesional en la compañía Sevillana de Electricidad, donde comenzó a trabajar en 1982 ocupando sucesivamente diversos puestos de responsabilidad en las áreas de Operación, Mantenimiento, Seguridad y Explotación, entre otros. Fue responsable del Ciclo Combinado de Endesa desde su puesta en marcha hasta final de 2018. Ahora, el fruto de su trabajo parece tener los días contados. Se apresta a corregir que no tiene relación con la capital sevillana, aunque sí con Cádiz. Conoce bien la casa a la que regresa, toda vez que fue miembro de la Junta Directiva de Aiqbe desde 2003 y vicepresidente desde 2010, periodo en el que ejerció la presidencia en funciones de la asociación tras el fallecimiento de Gerardo Rojas, un hecho que todavía lamenta. José Luis Menéndez sucede en el cargo a Carlos Ortiz, que ha ocupado la presidencia de la Asociación durante los últimos tres años en los que se ha distinguido por un papel más reivindicativo. “La industria ha demostrado su resiliencia en estos largos meses de pandemia y la sociedad ha comprendido la esencialidad de una producción que ha garantizado el suministro a sectores imprescindibles como el sanitario, farmacéutico, energético o agroalimentario”, fue su frase de presentación.
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