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Juan José Cortés: “Es humillante que nos den 60.000 euros por matar a nuestra hija”

Caso Mari Luz

Los padres de Mari Luz invertirán el dinero en un “monolito” en su memoria en la plaza que llevará su nombre, todavía sin emplazamiento en el callejero de Huelva

Juan José Cortés, de espaldas en un banco del Campus de El Carmen. / Alberto Domínguez
Raquel Rendón

08 de febrero 2020 - 06:09

Huelva/Como los surcos cincelados en las dunas por el viento gélido de invierno quedaron marcados en la piel de Huelva los 54 días en los que Mari Luz Cortés, la pequeña de cinco años de El Torrejón, estuvo desaparecida. Desde aquel 13 de enero de 2008 en que Santiago del Valle la asaltó a la vuelta de la esquina y se deshizo de ella, todavía viva, en la marisma del Tinto, una espina se quedó clavada en el alma de la ciudad, de la provincia, de España entera.

El hallazgo de su cuerpo en la ría y su entierro están grabados con tinta indeleble en nuestra memoria. Y también lo que vino después: el evidente desastre del Juzgado de lo Penal 1 de Sevilla –con el magistrado Rafael Tirado al frente y Juana Gálvez como secretaria judicial–, que no ejecutó la sentencia que debía mantener entre rejas al asesino de Mari Luz por abusar de su propia hija.

En una entrevista ofrecida ayer a Huelva Información, el padre de criatura, Juan José Cortés, recuerda con claridad el momento en que supo del "escándalo". Había enterrado a su hija aquel grisáceo lunes 10 de marzo de 2008 y tres días después, cuando se cumplían dos meses del crimen, decidió ofrecer una rueda de prensa en la sede de la asociación Romano Drom de su barrio. "Estaba ignorante de todo eso. Busqué a mi hija con todos los medios que tenía a mi alcance, gasté todo el dinero de mi empresa para buscarla, puse a toda España patas arriba. Estuve en Italia, en Marruecos, en Portugal… la búsqueda fue muy dolorosa y, además, con un movimiento estructural importante", rememora.

Cortés entrando a la sede de Romano Drom el 13 de marzo de 2008, cuando le acababan de anunciar el error judicial. / Alberto Domínguez

Justo antes de enfrentarse a la prensa en esa comparecencia, "me verás en las fotos que tengo la cara desencajada", consecuencia de que solo un minuto antes "me dice un periodista: ‘Juan José, esto fue por un error judicial, Santiago del Valle tendría que haber estado en la cárcel y estaba en la calle’; ahí se me cayó el corazón al suelo porque además del dolor de perder a una hija, te das cuenta de que eso se podría haber evitado". Otro golpe que lo dejó sin aliento, "desestabilizado completamente".

Lo que ocurrió después Cortés lo tilda de "corporativismo de manual". Al juez Tirado el Consejo del Poder Judicial le impuso 1.500 euros de multa, "lo mínimo que se despacha en botica, fue vergonzoso, era para haberlo expulsado de la carrera judicial". La secretaria judicial, "que dependía del Ministerio de Justicia, solo estuvo seis meses inhabilitada". Considera que "se intentó maquillar lo que fue un escándalo judicial que intentaron minimizar al máximo".

Juan José Cortés

"El Gobierno no ha reconocido el error judicial, sino que nosotros lo hemos llevado a los tribunales”

Los Cortés buscaron entonces "el reconocimiento del Gobierno en ese error que le costó la vida a mi hija". Primero por la vía administrativa, "diciéndoles mirad, reconoced el error y no pasa nada, pero se negaron a recibirnos, se negaron a llegar a ese diálogo y a ese reconocimiento, y al final ha tenido que ser un tribunal quien lo ha confirmado".

Ahora la Audiencia Nacional ha fallado a su favor: "Resulta evidente la relación de causalidad entre el funcionamiento anormal de la Administración de Justicia, la demora en la ejecución de las penas de prisión -de más de dos años- a que había sido condenado Del Valle, y el propio asesinato, pues resulta evidente el estadio previo peligroso del responsable antes de la comisión del asesinato de la menor". Esto reconforta en cierto modo a Juan José Cortés e Irene Suárez porque, "después de 12 años, es verdad que le hacemos justicia a nuestra hija y tenemos claro que fue un error judicial el que provocó su asesinato", al dejar en la calle al pederasta de la avenida de las Flores cuando debía estar entre rejas.

El padre de Mari Luz en un banco del campus del Carmen. / Alberto Domínguez

Sin embargo, la familia de El Torrejón siente "impotencia". Cortés aclara a este periódico que la defensa que ha hecho el Ministerio de Justicia "con el error tan grave que han cometido es indignante". Es más, quiere dejar claro que "no han reconocido el error, sino que nosotros los hemos llevado a los tribunales y los tribunales en sentencia dicen que el Estado sí tiene responsabilidad".

El enojo no se queda ahí. "Es humillante que nos den 60.000 euros para compensarnos por matar a nuestra hija, 30.000 euros a cada uno que es… no sé, me parece vergonzoso", enfatiza el padre de la inolvidable menor onubense.

Juan José Cortés

"He tenido paciencia para todo, pero no me gustaría morirme sin ver esa plaza en honor a mi hija”

La cuantía queda muy lejos de los más de 325.000 euros que reclamaban las víctimas. Y es que la Audiencia Nacional rechaza que los hermanos de Mari Luz, Juanjo y Daniel (menores en el momento del crimen), tengan que ser indemnizados porque no constan como parte en el procedimiento. "¿Cómo van a aparecer, si eran niños?", se pregunta su padre.

En la sentencia también se precisa que la responsabilidad civil del Estado no puede equipararse con la impuesta a los hermanos Del Valle en la sentencia del caso, fijada en 122.000 euros, "lo que sería tanto como hacer de la demora en la ejecución el factor determinante de los hechos, cuando dicho factor no es preponderante".

A Juan José Cortés esta apreciación le parece "ridícula, absurda, porque nada más tienes que ver la sentencia de Gabriel, donde a los padres se les indemniza por daños psicológicos con más de 400.000 euros. La diferencia es abismal". Pese a todo, quiere dejar claro que "no buscamos la compensación económica, no, sino el reconocimiento del Gobierno en ese error que le costó la vida a mi hija".

Al margen de marañas judiciales, Cortés evidencia la parte "más dolorosa" del asunto, que "es verdad que por un error judicial mi hija perdió su vida y que han destrozado las nuestras".

Juan José Cortés en una fotografía para la entrevista concedida ayer a Huelva Información. / Alberto Domínguez

Los 60.000 euros en cuestión quieren destinarlos a la construcción de "un monolito o a un mausoleo en memoria de nuestra hija", que se ubicaría en la plaza que el exalcalde de Huelva, Pedro Rodríguez, dedicó a Mari Luz Cortés, todavía inexistente en el callejero de Huelva.

"Ahí sí queremos que en ese lugar el día de mañana podamos tener ese sitio donde recordarla y que Huelva pueda recordar a mi hija con todo el cariño que lo hizo durante todo este tiempo", remarca el onubense, que espera que el alcalde de la ciudad, Gabriel Cruz, "en este tiempo pueda contemplar la posibilidad de inaugurarla en este año o el que viene, o cuando sea; he tenido paciencia para todo, pero no me gustaría morirme sin ver esa plaza".

Juan José Cortés

“¿Cómo van a aparecer como parte en el procedimiento mis hijos Juanjo y Daniel, si eran niños?”

Juan José no tiene ningún interés en saber dónde ni cómo se encuentra el asesino de su niña. Cree que tendrá "la libertad dentro de tres o cuatro años". Esto no será así. La Audiencia de Huelva detalló hace unos meses que Del Valle no comenzaría a pagar la condena por el crimen de Mari Luzhasta julio de 2019, ya que hasta entonces había cumplido las que tenía acumuladas con anterioridad.

Cortés reconoce que su lucha por conseguir la prisión permanente revisable ha sido "una terapia que me ha mantenido en pie todos estos años", pero no lo ha hecho por él, "yo no puedo beneficiarme, sino por que nadie se vea en la misma situación que nosotros de desamparo judicial".

Hasta este miércoles el hombre no fue capaz de abrir el álbum familiar que contiene entrañables fotos de su Mari, su gitanita guapa. "Se me caía el corazón, ha sido tremendo. Esto es muy duro, es para toda la vida", dice exhalando cada palabra como un suspiro.

Toda su lucha es "por su memoria, por ella, no es por nosotros, que ya estamos muertos: la vida nunca será la misma".

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