San Juan Pablo II, treinta años de su peregrinación a Huelva

Huelva de ayer a hoy

Eucaristía ante La Cinta. Juan Pablo II vino a clausurar el V Centenario de la Evangelización de América y lo hizo en la Eucaristía que presidió la Patrona de Huelva en la avenida de Andalucía

La Virgen de la Cinta preside el altar de la Eucaristía, en el que danzan los cascabeleros de Alosno ante San JUan Pablo II. / Foto Arturo Mari · Archivo Sugrañes
San Juan Pablo II en la Plaza Niña ante la custodia del Corpus Christi. / Eduardo Sugrañes

La mañana amaneció pronto, quizás es que se durmió poco o casi nada. El visitante más importante que en la historia pisaba esta ciudad iba a aterrizar en el las pistas de los Maristas. Todos los que vivimos aquel día lo guardamos en grata memoria y lo compartimos ahora con las nuevas generaciones de onubenses y con nuestros amigos y familias, sin olvidar a quienes hoy no están. El 14 de junio se conmemoran tres décadas de aquel acontecimiento.

San Juan Pablo II arrodillado se agarra al paso de la Virgen de la Cinta, acompañado del obispo Rafael González Moralejo. / Foto Arturo Mari · Archivo Sugrañes

San Juan Pablo II venía a Huelva a clausurar la celebración del V Centenario del Descubrimiento y Evangelización de América, lo hacía en Huelva y ante la Virgen de la Cinta, quedará para todos impregnado en la retina de nuestra memoria y en la historia de Huelva y del marianismo universal que un papa, el que proclamaba Totus Tuus María, se arrodillaba agarrado a un paso y era el de la Virgen de la Cinta. Como tantos marinos quedaban postrado ante Ella. Se refirió a María como Estrella de la Evangelización. Quedó luego por unos momentos mirándole su dulce rostro.

Invitó a la Nueva Evangelización y dijo ante la Virgen de la Cinta, ahí está María, “incluso hasta donde no nos atrevemos a pedir”.

El obispo Ignacio Noguer bendice el busto a San Juan Pablo II en su rotonta, junto al alacalde Pedro Rodríguez. / José A. Pérez · Huelva Información

En su despedida improvisó unas hermosas palabras: “Aquí, en este lugar tan sugestivo, donde tuvo sus inicios la Evangelización del Nuevo Mundo hace cinco siglos, hoy hemos alzado la voz al Señor de la historia por la Nueva Evangelización, de todos los países, de nuestras patrias del Nuevo Mundo, de todos los continentes”.

El encuentro en la avenida de Andalucía, al que asistieron miles de personas, fue el acto central de la visita del papa a nuestra Diócesis y así se justificaba con la Eucaristía conmemorativa de la efemérides en la que se refirió a María como la estrella de la gran epopeya misionera, que llevó la luz de Cristo a América, como así lo significó al titular de esta forma su homilía.

Asistieron cinco cardenales, 52 arzobispos y 250 sacerdotes.

El obispo José Vilaplana bendice un cuadro de San Juan Pablo II en la Catedral, en 2011. / Josué Correa

La importancia de la misa en Huelva la puso de relieve la prensa internacional en la que tuvo una gran repercusión su homilía, así se hizo eco Le Monde que la calificó como el texto más importante de la visita del papa a España. Advertía de peligros como el alejamiento de Dios, que tare consigo la pérdida de la propia dignidad humana y de los valores básicos de la convivencia cívica.

Luego realizó un recorrido entrañable en su despedida saludando cariñosamente a los fieles y a las religiosas que estaban en primera fila.

Relieve de San Juan Pablo II a los pies del Monumento a la Inmaculada de Huelva. / Eduardo Sugrañes

Toda la Diócesis se hizo presente

La imagen de los cascabeleros de Alosno danzando ante el papa San Juan Pablo II da una idea de la dimensión de la participación de toda la Diócesis, más allá de los lugares que visitaría. Un recorrido apostólico en el que conoció Palos de la Frontera, a la Virgen de Montemayor en Moguer o la de los Milagros, a la que coronó en La Rábida, uno de los hechos trascendentes como la visita a la Virgen del Rocío.

Un papa que se quedó entre todos

La fuerza espiritual que impregnó el apostolado que le llevó a los altares, ha hecho que esté en lo más íntimo. Huelva se sintió privilegiada por su visita a una diócesis con solo cuatro décadas. Así se le dedicó una plaza, que este periódico promovió, se bendijeron cuadros e imágenes como la de la parroquia de San Sebastián, que estuvo en el Corpus de 2023, e incluso se le mandó una Inmaculada del monumento de Huelva que e acompañó en el final de sus días, recibiendo por ello la Diócesis la última bendición de San Juan Pablo II.

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