La casa natal de Juan Ramón abre sus puertas reconvertida en museo

Las figuras del padre del poeta, Eustaquio Jiménez; su mujer, Zenobia, y su sobrino protagonizan las salas más señeras del edificio de la calle de la Ribera · Alberga un salón de actos y una ludoteca

Juan José Volante, alcalde de Moguer, inauguró ayer la casa museo en presencia de la sobrina nieta del Nobel.
Raquel Rendón / Moguer

29 de enero 2011 - 01:00

La casa que vio nacer al Premio Nobel de Literatura onubense, Juan Ramón Jiménez, en la calle de la Ribera de Moguer el 23 de diciembre de 1881 se reinventa. Después de una restauración integral llevada a cabo por el Ayuntamiento de la localidad, abrió ayer sus puertas por vez primera reconvertida en museo.

Resurge así un nuevo espacio destinado a albergar en sus salas los retazos de la historia del Moguer en los que vivieron Juan Ramón Jiménez y sus familiares desde finales del siglo XIX a la primera mitad del siglo XX.

El director de la casa natal del Andaluz Universal, Juan Manuel Moreno, matizó que no se centra en la figura del poeta como la casa museo Zenobia-Juan Ramón, la de la calle Nueva, ya que ésta "tiene mucho tirón", sino que constituye "un complemento natural de ella".

Destaca en la planta baja la recreación del que fuera despacho del padre del Nobel, Eustaquio Jiménez. Desde aquí dirigía las prósperas empresas de comercialización y transporte de los mejores vinos (e, incluso, perfumes) de Moguer -que producían los tíos de Juan Ramón-, motivo por el que poseía varios barcos en el antiguo puerto de la ribera del Tinto, entre ellos el San Cayetano, al que el poeta dedicó un hermoso texto.

En este nivel del edificio hay lugar también para el contexto histórico en el que nació el literato onubense, un pasado que regresa fragmentado en varias salas para que sea más fácil que el espectador lo entienda. Además de una recepción y zona administrativa, pueden contemplarse varias estancias en las que se desmenuza la relación de Moguer con el mar. Maquetas del antiguo puerto, de sus astilleros o de un molino de mareas se aderezan con paneles informativos sobre modelos de barcos o marinos célebres.

La estrecha vinculación de la localidad con el vino protagoniza otras salas de la planta inferior. Allí se muestran las distintas variedades de uva, envases antiguos de caldos, paneles con históricas etiquetas de vino y destilerías de antaño, restos arqueológicos y una espectacular maqueta de una bodega antigua, obra de Gloria Ortega.

En el patio "hemos creado una biblioteca infantil y una ludoteca", un rincón que recuerda "el amor que Zenobia y Juan Ramón tenían por los niños", detalló Moreno. El espacio se completa con un gran salón de actos con capacidad para un centenar de personas -en el que acontecerán eventos culturales y espectáculos de pequeño formato- y con un expositor en el que se venderán vinos y licores locales.

Subiendo por las nobles escaleras se accede a la planta superior. En una de las estancias se muestran fotografías e información acerca de la musa e incansable colaboradora de Juan Ramón Jiménez: su esposa, Zenobia Camprubí. El visitante puede acceder aquí a numerosos documentos de su puño y letra, cartas y curiosos objetos personales de la culta compañera del Nobel. Además, el Centro Zenobia de la localidad catalana de Mallgrat de Mar "nos ha donado su biblioteca particular", indicó el director de la casa natal.

También hay espacio en este entorno para el sobrino y albacea del poeta, Francisco Hernández-Pinzón, otra de las personas más relevantes en los últimos años de su vida. De él se muestra el contenido de una exposición cedida por la Diputación de Huelva, en la que se ensalza el protagonismo de Hernández-Pinzón en la última etapa vital del Andaluz Universal y en su traslado a Moguer.

Una sala dedicada a la mujer moguereña y otra en la que se muestran las circunstancias y los detalles de la concesión del Premio Nobel de Literatura en 1956 completan el contenido museográfico de la planta alta, en la que también se emplaza un gran espacio transformado en biblioteca, con un buen número de libros, revistas y otras publicaciones relacionadas siempre con el literato y que tiene vocación de convertirse en centro de estudios juanramonianos.

Fueron muchos los que en la tarde de ayer quisieron ser testigos del acontecimiento cultural del año en el municipio, entre ellos el alcalde de Moguer, Juan José Volante, y la sobrina-nieta de Juan Ramón Jiménez, Carmen Hernández-Pinzón.

La colaboración de la heredera de la saga Jiménez ha sido "decisiva" para que el proyecto saliera adelante, ya que ha realizado importantes donaciones de material (colecciones bibliográficas, reproducciones fotográficas y de documentos, etcétera) que aumentan el atractivo del nuevo museo y contribuyen a mantener y difundir la figura de Juan Ramón.

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