Listas de espera en Huelva: La odisea y el miedo de quienes esperan una operación o cita desde hace más de un año

Filomena, de solo 57 años, asegura no poder andar durante muchos días por su hernia discal, una operación que espera desde hace 14 meses

Una joven onubense, con depresión severa, fue vista en Salud Mental en octubre por última vez

Más de 40.000 pacientes están fuera de plazo para una primera consulta con el especialista en Huelva

Filomena Amparo espera una operación de hernia discal desde hace 14 meses. / M. G.

Huelva/Filomena Amparo acomete junto a su familia trabajos de reforma en su casa del campo, cerca de Villanueva de los Castillejos, pero hoy no puede ayudarles. Su hernia discal le imposibilita moverse y tiene que estar sentada. No es algo anecdótico, "pues son muchos los días en los que no puedo andar y tengo que hacer uso del andador, además de las dos dosis diarias de morfina que me administro", asegura esta paciente de 57 años, que aguarda su operación en el hospital Juan Ramón Jiménez desde hace 14 meses.

Esta vecina onubense espera su intervención desde octubre de 2022, la última vez que fue vista en consulta -a excepción de noviembre de este año, cuando tuvo que acudir a Urgencias por una grave crisis- y asegura que no puede hacer "el 80% de las tareas cotidianas", así como tampoco puede trabajar -desde hace dos años está de baja de su empleo como cuidadora de personas mayores-. "Utilizo una faja para moverme por la casa y, si voy a barrer o fregar toda la casa, tengo que sentarme dos veces porque no puedo hacerlo de una vez". Igualmente, también está en espera desde hace más de un año para una operación del túnel carpiano de las muñecas.

Filomena ya fue intervenida en 2014 de una hernia discal, pero ahora su problema se ha agravado, "me dicen los médicos", por lo que aguarda una operación con la que "pueda volver a hacer al menos las cosas cotidianas", lamenta, no exenta de incertidumbre acerca del día en el que recibirá la tan ansiada llamada: "¿Qué me van a llamar, cuando ya esté inválida?", se pregunta.

En una situación muy similar se encuentra Margarita Méndez, de 54 años, quien sufre dos hernias discales en la espalda y está a la espera de una prueba neurofísica que certifique que no hay una afección neurológica adicional. "Me vieron por última vez el 20 de enero y, desde entonces, espero esta prueba diagnóstica en el hospital Juan Ramón Jiménez", explica a este diario.

Un quirófano en un hospital onubense. / Alberto Domínguez

Margarita, al igual que Filomena, tampoco puede hacer vida normal. "No soy capaz de estar de pie más de cinco minutos, ni siquiera puedo fregar cuatro platos seguidos", sostiene.

Son solo dos de las personas que esperan en Huelva una intervención quirúrgica o una primera consulta con el especialista desde hace más de un año. De hecho, según la última actualización del Servicio Andaluz de Salud (SAS) en su apartado sobre derechos y garantías de los ciudadanos, un total de 6.741 onubenses esperan una llamada para una operación desde hace más de 365 días para alguno de los tres hospitales públicos -Juan Ramón Jiménez, Infanta Elena y Riotinto-; y 41.692 pacientes aguardan su llamada para primera consulta desde hace más de dos meses. O dicho de otro modo, están fuera de plazo, dado que el Decreto 96/2004, de 9 de marzo, establece que el plazo que se garantiza para la realización de las primeras consultas de especializada es de 60 días.

La hija de M. V., onubense de solo 21 años, es una de las 3.573 personas que esperan en Huelva una cita en Salud Mental -entre las que deriva Atención Primaria y las que son primera consulta con el especialista-. Desde mediados de octubre de 2022 la joven, que acudió a Urgencias del hospital Juan Ramón Jiménez por un cuadro severo, no es vista por ningún psiquiatra o, lo que es lo mismo, lleva más de un año sin que un profesional revise su medicación con todo el perjuicio que ello le conlleva.

La joven padece depresión severa desde hace tres años, pero desde hace más de un año no recibe consulta en la sanidad pública. Sí que la ha tenido por el ámbito privado, "donde un informe recoge que en un 95% padece trastorno de la personalidad, pero necesitamos que la Seguridad Social la diagnostique", lamenta su madre y también cuidadora. De hecho, recuerda que el pasado julio tenían consulta en el centro de salud mental de la Plaza Houston, "pero cuando llegamos nos dijeron que la cita se había anulado, siendo imposible que un psiquiatra la tratase aquel día. Desde entonces, nada".

La Unidad de Salud Mental en Plaza Houston. / Alberto Domínguez

Su madre cuenta que la depresión mantuvo a su hija tres meses en cama e, incluso, con pensamientos suicidas y graves crisis. "Vives cosas muy desagradables en casa e inevitablemente la familia acaba mal, con vacío y tristeza", recuerda, toda vez que insiste en la importancia de que un profesional "la trate y revise al menos su medicación. Estamos hablando de una niña", concluye.

Mayor es la demora que soporta para una consulta en Angiología Vascular María Dolores Castilla, de 70 años. "Dos años y cuatro meses" acumula en espera esta mujer, quien en mayo vio como su cita médica "fue anulada", señala.

Esta onubense sufre problemas de circulación en la pierna, además de estar operada del corazón, por lo que asegura "estar muy asustada cuando me vienen los dolores". María Dolores pasa el día a duras penas, pero es en la noche cuando la situación empeora, en tanto que "me despierto muchas veces porque la pierna izquierda no me responde y los dedos de la mano se me quedan dormidos continuamente. No puedo dormir", expresa.

Tampoco puede hacer vida normal H. R., que aguarda una llamada para operarse de cataratas desde febrero de este año, si bien no tiene mucha esperanza de que su teléfono se descuelgue pronto porque "lo que me dicen es que aún están operando a pacientes del pasado año".

Imagen de archivo de una operación de cataratas. / Javier Alonso

Esta mujer no puede conducir porque no ve; pero tampoco puede andar un largo período de tiempo "porque me mareo". Tanto es así que no pocas veces se ha caído en plena calle, asegura. Para ella las gafas tampoco son una solución porque también le producen mareos pese "a que lo he intentado ya con varias graduaciones y modelos. Es frustrante no poder ver y no poder hacer tu vida", explica.

Estos casos de pacientes onubenses reflejan la "desesperación", como coinciden todos ellos en sus testimonios a este diario, pues sus historias clínicas y las demoras les impiden hacer todo lo que podía hacer hasta hace un año. A tenor de ello, reclaman celeridad para sus intervenciones y consultas porque "es un fastidio vivir así", insisten.

Con ánimo de aliviar esta demora, desde Salud y Consumo indicaron a este diario que el plan de choque que impulsan pasa por el autoconcierto o continuidad asistencial, es decir, prolongar la jornada laboral de los profesionales en horario de tarde y fines de semana; y la derivación de pacientes a hospitales externos de ámbito privado.

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