Llenar el depósito de un coche puede ser 9 euros más caro según la gasolinera

Un usuario que llene el tanque dos veces al mes de gasolina paga 186 euros más al año en la estación más cara Las más económicas están en Rociana del Condado y Gibraleón

La estación de servicio de Carrefour es la más económica de la capital.
E.llompart/ A. R. / L. Q.

19 de agosto 2013 - 01:00

El precio de llenar con gasoil un depósito de 50 litros puede oscilar casi 9 euros, en función de la estación de servicio escogida. Las diferencias por cada litro alcanzan los 17 céntimos de euros.

Según los datos oficiales publicados al cierre de la semana por el Ministerio de Industria, el precio del litro de diesel oscila entre los 1, 253 euros de la estación Nuestra Señora de la Oliva de Gibraleón, la más barata de la provincia, hasta los 1,429 euros de la más cara, la Repsol ubicada en la calle Marina Española de Santa Olalla del Cala.

En el caso de la gasolina 95, la horquilla va desde los 1,36 euros por litro en Rociana del Condado (en la carretera de Almonte, kilómetro 9) a los 1,515 euros en la calle Madrid de Santa Olalla del Cala.

De esta forma, si un conductor llena un tanque de 50 litros en un vehículo de gasolina 95 en la estación más barata de la provincia tendría que pagar 68 euros y si lo hace en la más cara 75,75 euros, por lo que la diferencia es de 7,75 euros.

Si se parte de la base de que un conductor medio puede llenar el tanque un par de veces al mes, el ahorro o el sobrecoste, en función de dónde se reposte, sería de 15,5 euros mensuales o 186 euros anuales.

En el caso de la capital, las estaciones más baratas para repostar gasolina 95 son las de Carrefour, en la carretera nacional 434 (1,459 euros el litro), la Petronor de la carretera nacional 441 km 0,1 (1,466) y la Tartessos, en el kilómetro 63 de la N-431. Sin embargo, se sitúan en los puestos 33, 47 y 48 en lo que a precios se refiere del ranking de estaciones que surten gasolina y que cuenta con un total 107 estaciones.

En cuanto al gasóleo, la estación de Carrefour (1,368) y la Tartessos (1,375) son las más económicas de la capital, así como la GALP del número 32 de la avenida Italia (1,376) y la Tycsa, en la Avenida del Nuevo Colombino s/n.

Estas diferencias de precio entre estaciones es llamativa porque los impuestos son los mismos para todos. Fuentes de la Asociación Española de Operadores de Productos Petrolíferos (AOP) reconocen que "hay mucha diferencia de precios" y lo achacan "a las distintas tipologías de contrato, a la estrategia comercial de cada uno o a los distintos tipos de negocio, porque no es lo mismo una estación de servicio que tenga un hipermercado o que esté 24 horas abierta que otra que no tenga esas cosas". Lógicamente, cuántos más servicios dé una estación más coste le supone a su propietario, aunque también se da el caso de gasolineras con precios altos y servicios reducidos.

En la provincia de Huelva hay más de 120 gasolineras y no todas funcionan igual. En algunos casos los propietarios son independientes y tienen cierta libertad para manejar los precios y, en otros, solo cobran una comisión fija que asciende a unos 7 céntimos por litro, independientemente del precio final de éste.

Ignacio Fernández, gerente de la Agrupación Andaluza de Vendedores al por menor de Carburantes y Combustibles (Agavecar), explicó que "si sube el precio del combustible el principal perjudicado es el gasolinero porque cae mucho la demanda y el empresario cobra un precio fijo, por lo que a los gasolineros les gustaría que el precio disminuyera". El representante de esta patronal señaló que en los últimos año ha caído un 30% la demanda y "aunque el sector puede llorar solo con un ojo, está en crisis como cualquier otro hasta el punto de que ha habido cierre de estaciones y otros ya no dan servicio nocturno". En este sentido, Fernández aseguró que "si se ha eliminado personal en las estaciones de servicio no es por gusto", sino por el coste, y agregó que a las empresas les interesa más tener a trabajadores sirviendo el combustible que el autoservicio porque la atención es más rápida y la rotación de vehículos resulta más alta.

Los impuestos representan prácticamente la mitad del precio y otra gran parte se la lleva el coste en sí del combustible o el transporte. Los empresarios aseguran que el margen que tienen sobre cada litro es muy escaso y prefieren que se venda más cantidad a que el precio sea alto.

En cualquier caso, al consumidor final eso le resulta indiferente. Lo único que sabe el cliente es que cada vez tiene que gastar más dinero para repostar los mismos litros y que el precio de la gasolina y el diesel ha crecido, de media, un 2% en solo una semana, coincidiendo con la mayor demanda veraniega.

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