La MARIANA JUBILAR une con la provincia

La Huelva de Ayer y Hoy

Tiempo de gracias espirituales. Un año que será signo de renacimiento, de esperanza y confianza para la diócesis de Huelva

María Santísima de la Amargura recorre la Gran Vía en la procesión mariana del 7 de septiembre de 1956 en honor a la Virgen de la Cinta.
María Santísima de la Amargura recorre la Gran Vía en la procesión mariana del 7 de septiembre de 1956 en honor a la Virgen de la Cinta. / Archivo E.j. Sugrañes

Un tiempo de gracias espirituales. El Año Jubilar de 2025 que proclamará el papa Francisco en la Fiesta de la Ascensión del 9 de mayo próximo año.

En Huelva, al igual que en la Iglesia Universal, lo viviremos de una forma muy especial. La iglesia particular onubense propone de nuevo una mirada a la diócesis, a nuestra provincia, lo mismo que en el Año Mariano de 1954, de la mano de María.

Conocemos el colofón, que será la procesión Mariana Jubilar (me uno al nombre que le da José Antonio Vieira) y la verdad que todo pinta muy bien, porque hay ilusión y ganas de que salga perfecto. Una propuesta del Obispado que pone en manos del Consejo de Hermandades para su desarrollo y ya sabemos cómo acoge Antonio González estas iniciativas, que por otra parte estaba ‘loco’ por organizar otro gran acontecimiento cofrade tras el del Año de la Misericordia de 2016. Luis Alburquerque ya está dando sus paseos en buena compañía por el centro de la ciudad señalando espacios, de esto han demostrado que saben ‘un montón’.

La presencia de las vírgenes que llegarán de la provincia hace verdaderamente significativo el encuentro aquí, en Huelva capital, donde tiene su sede episcopal el obispo Santiago Gómez Sierra. En torno a la santa iglesia catedral como primer templo de la diócesis; lo que de entrada se va a significar no es otra cosa que la comunión eclesial de la provincia con el pastor diocesano. Una gran familia, todos juntos para la celebración de un acontecimiento en el que el papa Francisco invita a ser “peregrinos de la Esperanza”. Un Año Jubilar que deberá ser “signo de renacimiento, de esperanza y confianza”.

En esta provincia será signo de reencuentro y revisión en todos los órdenes. En 1954 fue un acontecimiento muy importante aquel Año Santo Mariano, Huelva se acababa de convertir en diócesis. Se conseguía esa mayoría de edad que desde el siglo XIX por diversas circunstancias no se había producido. Era el momento de mostrar con la presencia de las patronas en la capital su comunión con el primer obispo Pedro Cantero

Cuadrado, reafirmarse la provincia en su sentido de diócesis. Aquel abrazo entre los pueblos de Huelva se daba con espíritu mariano, reforzando los lazos históricos en una diócesis que iba a contribuir a articular la provincia, una hermosa realidad para esta provincia al sur del sur, en una esquina. Desde entonces muchas cosas cambiaron para bien y en eso seguro que la diócesis ha ido contribuyendo.

Ahora el Año Jubilar volverá a redescubrirnos, a mirarnos en nuestra provincia, invita a una cercanía.

En la crónica periodística se destaca que aquella procesión sorprendió, porque en Huelva antes no se habían organizado acontecimientos de estas características. Asistieron 30.000 personas y la reseña en Odiel decía que cuándo se organizaría otra cosa parecida. Pues bien ahora, en 2025, D.M. Enlazará, además, con otro acontecimiento tan importante como la celebración de los Congresos Mariano y Mariológico Internacionales de 1992, con su proyección en la provincia con las vírgenes coronadas, con la presencia del papa San Juan Pablo II.

A mí que me tocó realizar aquella crónica, le preguntaba a su coordinador don Juan Mairena que cuándo la ciudad iba a vibrar como lo estaba haciendo… Pues esperamos que durante todo el 2025 vuelva a ser centro mariano espiritual.

En 1954 hubo previamente diferentes actos y una gran semana mariana, entre las celebraciones hay que destacar la consagración de la ciudad y la Diócesis al Corazón Inmaculado de María, que presidió monseñor Pedro Cantero en la parroquia de la Inmaculada. Se realizó en la mañana del mismo día 8 de diciembre cuando tuvo lugar la procesión que desde El Punto, siguiendo por la Gran Vía, llegó hasta las puertas de la santa iglesia catedral, donde las hermandades sacramentales acompañaron desde el interior del templo con sus cirios iluminando al Santísimo, para posteriormente proceder el señor obispo a la bendición de los fieles en la plaza

Ahora que comienza el plan de trabajo y que para el 2025 la remozada plaza de la Merced será un gran espacio celebrativo para la propia catedral, dejamos apuntado lo que significó en 1954 como vínculo de diócesis y provincia. Aquella magna mariana pudiera tenerse de referente tanto en el itinerario como en los contenidos, cuando además participarán las hermandades sacramentales y qué mejor para concluir como entonces con la solemne bendición.

Otros acontecimientos fueron forjando aún más el espíritu mariano de esta provincia. En 1956 con la proclamación de la Virgen de la Cinta como alcaldesa perpetua de la ciudad de Huelva, a la que se le ofrece el fajín, vara y medalla de la ciudad, en esa ocasión acompañada por las dolorosas de la ciudad.

En el 50 aniversario de la Diócesis y el 150 de la proclamación del Dogma de la Inmaculada Concepción, se vivió en Huelva otro momento importante el 8 de diciembre de 2004 como es la inauguración del Monumento a la Inmaculada, por el nuncio apostólico Manuel Monteiro de Castro y el obispo Ignacio Noguer; imagen que acompañó a San Juan Pablo II en sus últimos días de vida. Hubo también una procesión extraordinaria con los simpecados de las patronas de la provincia que organizó la Hermandad de la Inmaculada y que presidió su titular.

Más cerca en el tiempo, hay que mencionar la Magna Rociera de 2018 con la presencia del Simpecado de la Matriz y los de las filiales de la provincia que se dieron cita en la capital.

Sin duda, precedentes que hacen presagiar que el 20 de septiembre de 2025 será un nuevo y gran acontecimiento para la historia de esta diócesis y de la provincia.

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