Mazagón cautiva a 'Son de Sol'

La belleza sempiterna y atemporal de sus playas vírgenes, la desnudez de sus finas arenas y las atalayas naturales y privilegiadas que brindan sus médanos han sido motivos más que suficientes para que el grupo ecijano Son del Sol eligiese Mazagón para el video clip de su último sencillo: Y gritaré.

Tras el éxito de Brujería Las Hermanas Soria; Lola, Sole y Esperanza vuelven a irrumpir con fuerza en el mundo discográfico con su álbum Directo a tí. De cara a la conquista del mercado estival han lanzado su último sencillo, cuyo video clip se desarrolla íntegramente en el poblado forestal y los acantilados de la costa onubense. Un enclave que han servido de inspiración y horizonte para que Dexmedia producciones, empresa hispalense que han trabajado para los onubenses Sergio Contreras y Fernando Caro, así como otros artistas de la talla de María Jiménez, el Koala, o Haze, pusieran fondo a la música de las artistas sevillanas.

Conchita Endrino, productora de Dexmedia, subraya que durante los trabajos de localización quedaron prendados del paraje mazagonero, por lo que nada más contemplarlo tuvieron la certeza de que aquellas estampas conformarían el escenario de futuros trabajos que cayeran en sus manos. Con todo lo enunciado no es de extrañar que cuando les llegó el encargo de Son del Sol, que para más inri "evocaba e inspiraba naturaleza", no dudaran en decantarse por este espacio onubense para el desarrollo del video clip musical que volverían a llevar la batuta del reconocido director José Luis Velázquez.

La maratoniana sesión de rodaje comenzó a las ocho de la mañana con el desembarco del equipo técnico y la filmación de los primeros planos vírgenes de halito humano. Entre tanto, Son del Sol se hospedaron en el Parador de Mazagón donde se desarrolló las labores de maquillaje y la selección de vestuario. Cuando el atardecer comenzó a teñir de rojo ocre los médanos costeros el equipo técnico y las artistas se trasladaron hasta dichos acantilados donde aconteció la segunda parte de la grabación. Allí se filmó una panorámica del privilegiado entorno, con el marco incomparable de sus aguas y la quietud de unas idílicas playas que uno imaginaría en un lugar paradisíaco. Pero el trabajo de rodaje no finalizaría hasta las dos de la madrugada cuando se tomaron los últimos planos nocturnos.

A pesar del frenético ritmo que obliga imprimir a una jornada de rodaje netamente en exteriores, Endrino subraya que "fue una delicia trabajar en la zona. Todo fueron facilidades por parte de las distintas administraciones y gentileza por parte de los vecinos". Con todo no es de extrañar que la productora detalle que, a pesar de lo exhausto de semejante jornada, "recuerdo que estábamos encantados con el entorno. Almorzamos y cenamos en la zona a modo de picnic, como si disfrutáramos de un día de campo".