"La Medalla es una puesta en valor de nuestra sanidad, que es excelente"
Eloísa bayo. jefa de oncología radioterápica del hospital juan ramón jiménez
La Junta de Andalucía acaba de galardonarla con la Medalla de Andalucía Desde hace 18 años lucha por llevar su unidad a la élite de la atención y la innovación médica y tecnológica
Antes de conocerse la lista de los premiados con la Medalla de Andalucía 2014, Eloísa Bayo Lozano (Sevilla, 1957) no era famosa, como sí lo son algunos de sus compañeros de galardón. Pero desde que el Gobierno andaluz dio a conocer el plantel de reconocimientos, la doctora, jefa de la Unidad de Gestión del Paciente Oncológico del Hospital Juan Ramón Jiménez de Huelva y directora del Plan Integral Andaluz de Oncología, combina su ya de por sí arduo trabajo con el interés que ha despertado la noticia en los medios de comunicación onubenses y andaluces. Y lo hace con la misma amabilidad y paciencia con la que trata cada día a quienes acuden a la unidad aquejados de cualquier tipo de cáncer. Un momento delicado que la doctora Bayo y su equipo afrontan desde la humanidad y la sensibilidad más absolutas, y con el apoyo de las técnicas pioneras que durante los 18 años que Eloísa Bayo lleva en el servicio se ha empeñado en traer al Juan Ramón. Casi dos décadas en las que ha tenido oportunidad de observar de primera mano la incidencia y la evolución del cáncer en Huelva.
-¿Cuáles son los tipos de cáncer más comunes en Huelva?
-Los mismos que en cualquier otra parte de España: el cáncer de colon, considerando ambos sexos conjuntamente; el cáncer de mama, en el caso de la mujer, y el de próstata y pulmón, en el caso de los hombres. En este último caso, el consumo de tabaco está directamente relacionado con el desarrollo de la enfermedad y la incidencia del cáncer de pulmón siempre ha sido mayor en hombres, pero en los últimos años, el cambio en los hábitos de vida y el mayor consumo de tabaco por parte de las mujeres está invirtiendo la tasa.
-¿Ha observado durante su experiencia en Huelva que haya más casos de cáncer que en otras provincias en las que haya trabajado?
-He trabajado en Jaén, Cádiz y Huelva. En Jaén estuve poco tiempo, pero entre Cádiz y Huelva no he notado diferencias significativas.
-Sin embargo, existe una gran preocupación en la sociedad y hay quienes afirman que precisamente en esta zona de Andalucía se dan más casos y que influye la presencia del Polo Químico ¿Cuál es su opinión profesional?
-No se puede afirmar que la industria tenga que ver. Se sabe positivamente que determinadas sustancias son cancerígenas, pero cuando se utilizan adecuadamente no tienen por qué afectar a la población y no se ha demostrado que exista una relación causa-efecto a nivel poblacional. Lo cierto es que hoy por hoy no existe ningún estudio que demuestre esa relación. Sí que existen, sin embargo, estudios sobre la relación entre los hábitos de vida de la población y el desarrollo de ciertos tipos de cáncer o su carácter hereditario.
-¿Cree en todo caso que es necesario un estudio epidemiológico en Huelva?
-Los estudios epidemiológicos se deben hacer siempre que exista una hipótesis razonable. De hecho, la propia Consejería de Salud los promueve y los financia cuando están bien formulados. Existe además un servicio de Epidemiología que cada cuatro años emite un informe de vigilancia epidemiológica en el que se recogen los datos de incidencia de cáncer desagregados, incluso por municipios. Actualmente, basándonos en esos informes, no existe evidencia de que haya una relación entre la incidencia de cáncer en la provincia de Huelva y la actividad industrial.
-¿Cuál es el nivel médico y tecnológico de Huelva con respecto a otras provincias andaluzas?
-Es bueno, muy bueno. Realmente, el nivel es alto en toda Andalucía. De hecho, vamos por delante en gestión sanitaria, somos un referente y recibimos muchas consultas de compañeros de otros puntos de España.
-¿Cómo ha evolucionado la unidad desde que usted llegó?
-Ha evolucionado mucho. Cuando empezamos, sólo teníamos la bomba de cobalto y hoy en día tenemos la radioterapia, el TAC simulador, el acelerador lineal de electrones o la braquiterapia, que permite tratar directamente el tumor mediante la aplicación directa de dosis muy altas de radiación, lo que minimiza los efectos en los tejidos circundantes. Estamos aplicando este tratamiento, mucho más cómodo para el paciente, fundamentalmente en tumores ginecológicos, de mama y piel, y queremos incorporar el tratamiento de tumores de próstata.
-¿De qué depende que se incorporen nuevos tratamientos? ¿Es una cuestión económica?
-No, para nada, no es tanto una cuestión económica como de preparación del equipo que va a tratar a cierto tipo de enfermos y de que en nuestra provincia se den casos de un cáncer en concreto como para que el equipo, al tratar muchos casos, adquiera la especialización que el paciente necesita. El personal tiene que formarse adecuadamente, primero en otros centros más especializados en ese tumor y luego mediante la experiencia del trabajo diario. Tenemos que estudiar muy bien cuántos pacientes vamos a poder tratar al año porque si son muy pocos es preferible la derivación.
-¿En qué casos es preferible?
-Si los tumores son muy raros, hay baja incidencia de cierto tipo de cáncer, pocos pacientes afectados por un tumor en concreto... En esos casos no es posible adquirir la experiencia suficiente que se genera al tratar a muchos pacientes y es preferible derivar al enfermo a un hospital en el que sepamos que tienen mucha experiencia en ese caso concreto, porque lo más importante es el paciente, que reciba el tratamiento adecuado, el mejor.
-Su trabajo es muy duro ¿Cómo se enfrenta a él?
-Me enfrento a mi trabajo como una profesional de la sanidad. Procuro estar actualizada y, sobre todo, lo que más me importa es que mi relación con el paciente sea humana, fluida, personal, que no encuentren en mí sólo a un profesional médico, sino también y sobre todo, a un ser humano.
-¿Cómo recibió la noticia de la concesión de la Medalla de Andalucía?
-Sorprendida. Yo lo único que hago es mi trabajo. He terminado por pensar que no me la daban a mí, sino a todos los profesionales de la sanidad. Han pensado que merecen una puesta en valor, porque podemos decir sin dudar que nuestra sanidad es excelente.
-¿Qué le gustaría conseguir a partir de ahora?
-Me gustaría que a corto plazo el cáncer fuera curable al 100%. Ahora mismo estamos en el 50% pero ¡quién sabe! Hace unos años existían enfermedades que eran mortales y hoy son curables o crónicas. Espero que se siga potenciando la investigación porque creo que estamos cada vez más cerca. Por ejemplo, la biología molecular nos está llevando por un camino muy prometedor.
-¿Cómo ve su futuro? ¿Se quedará en Huelva?
-Nunca se sabe qué oportunidades profesionales pueden surgir, pero hoy por hoy disfruto mucho con mi trabajo. Aquí me siento plenamente realizada.
A la vanguardia en tecnología y en trato humano al paciente
Eloísa Bayo dirige un equipo integrado por 53 personas, las que forman parte de Oncología Radioterápica, Médica, Radiofísica y del Hospital del Día, un espacio que se ganó para esta modalidad de atención sin ingreso que potencia la confortabilidad y la comodidad del paciente y su familia, mejorando las condiciones de acompañamiento.
Una muestra de la filosofía con la que afronta su trabajo diario la Unidad de Gestión Paciente Oncológico del Hospital Juan Ramón Jiménez y que puede comprobarse al atender a las explicaciones sobre el funcionamiento de algo tan impersonal como, a priori, pueden ser los elementos tecnológicos con los que poco a poco se ha ido equipando el centro. En todos los casos han sido concebidos para procurar mayor precisión, rapidez, comodidad y menores efectos secundarios. En definitiva, más humanidad.
En 2011, la Consejería de Salud destinó 2,9 millones de euros en la incorporación de nuevo equipamiento de alta tecnología en el servicio de Oncología Radioterápica del Hospital Juan Ramón Jiménez: un segundo Acelerador Lineal de Electrones (ALE) de última generación, que sustituyó a la Unidad de Cobaltoterapia, y un nuevo equipo de tomografía axial computerizada (TAC).
Para la instalación de este equipamiento fue necesario acometer obras de ampliación y remodelación para la construcción de un tercer búnker que albergase el nuevo ALE, entre otras dependencias de control y asistencia. La incorporación del segundo ALE permitió contar con los últimos avances, como la técnica de radioterapia guiada por imagen (IGRT), que logra aumentar en un alto grado la precisión del tratamiento al concentrar mayores dosis de irradiación directa en el tumor, con un control en tiempo real.
También destaca su peculiar TAC multicorte, destinado a la planificación de los tratamientos de radioterapia. Con un tamaño de arco mayor al habitual, de nuevo encontramos la voluntad de mejorar la comodidad del paciente cuando se posiciona con los sistemas de inmovilización para su estudio, como en el caso del tratamiento del cáncer de mama. "Se evita, por ejemplo, la sensación de claustrofobia que se tiene en otros más cerrados y permite más precisión, de forma que los tejidos sanos no reciban ninguna radiación o la mínima posible, minimizando así los efectos secundarios del tratamiento", explica Eloísa Bayo.
Una precisión que también se consigue con la técnica de braquiterapia, que optimiza la radiación y acorta el tiempo de tratamiento, para el que antes había que desplazarse a Sevilla.
También te puede interesar