Medusas, el secreto de la inmortalidad

Son unas de las criaturas más fascinantes e inquietantes del mundo marino. Prehistóricas y circulares, las medusas atesoran más de 650 millones de años, siendo su origen anterior al de los dinosaurios. Al investigarlas, Javier Cardoso y José Antonio Jara, dos inquietos científicos onubenses, buscan la piedra filosofal. Porque sus células, según explican, tienen la capacidad -a placer- de volver hacia atrás y de rejuvenecer, repitiendo el ciclo vital las veces que quieran.

Con este reto final como telón de fondo, juntos comercializan desde octubre a través de internet una especie denominada Aurelia Aurita, que es inofensiva y apta para acuarios marinos, si bien también venden todo tipo de peces, acuarios y accesorios. De esta manera recaudan fondos destinados a la investigación para Éphyra, que es como se denomina la pionera empresa que ambos han creado, bajo el eslogan Descubre tu propio océano, y que desde enero se asienta en el Parque Científico y Tecnológico de Huelva (PCTH).

El germen de la aventura empresarial surgió hace tres años, cuando Jara fue de viaje a Turín. Al volver, pernoctó en Valencia y visitó el Oceanografic, donde se quedó prendado de un acuario con medusas. En aquel momento se planteó tener uno en su casa y, tras enseñarle más tarde una fotografía a su amigo Javier, comenzaron a indagar.

"Nos entró mucha intriga al ver aquellos acuarios redondos, con ese flujo de agua. Las medusas necesitan corrientes circulares para no caer y cualquier esquina las puede dejar atrapadas. Son criaturas chocantes: muy fuertes pero muy delicadas", explica. Fascinados por la elegancia del animal en el acuario, que tiene un poder hipnótico sobre quien observa, comenzaron a buscar proveedores de acuarios para medusas sin obtener resultado en España y Europa. Cruzaron el charco y en Estados Unidos descubrieron el Yellyfish Art, un acuario circular y con luces de colores LED. Según explica Cardoso, en Estados Unidos y en Japón, el comercio de medusas está siendo una bomba, por lo que Éphyra pretende adelantarse a lo que en unos años podría llegar a España.

Con el Yellyfish Art ya en casa, a los jóvenes les faltaba conocer dónde comprar las medusas, ya que en España tampoco se vendían. Ni en el Oceanografic ni en el madrileño Faunia obtuvieron respuesta aunque, finalmente, un valenciano les envió las primeras Aurelia Aurita, muy comunes en la Manga del Mar Menor. Entonces empezaron a experimentar con estos curiosos seres.

Al requerir un agua con parámetros básicos -limpios y puros-, se preguntaron "cómo las medusas sobreviven en las aguas de las playas de Huelva" y, a partir de ahí, iniciaron un estudio para analizar cómo erradicar las desagradables plagas -para lo que buscan "los pólipos de los que salen las éphyras, que son los bebés medusas"- y cómo estos animales marinos son bioindicadores. Para ello, basta modificar parámetros como la salinidad del agua: al aumentar esta, el animal sufre "el síndrome de la silla de montar", mientras que, al disminuir, se vuelven planas.

Según explica Jara, las medusas pasan por dos fases vitales. Las adultas se reproducen (gameto-óvulo) creando una larva que se pega al fondo del mar formando un pólipo. "Es como una anémona, se lleva todo el estadio de invierno en forma de pólipo porque le desagradan las corrientes de las tempestades y las bajas temperaturas", apunta. Pero en primavera y verano comienzan a dividirse y a desprender pequeñas medusas (éphyras), que crecerán. "Si quieren, pueden volver a ser pólipos, tienen esa capacidad de la inmortalidad", asegura el experto en Ciencias Ambientales.

Las medusas tienen un precio de 35 euros por unidad, siendo más baratas que los peces marinos. Sin embargo, los acuarios para la Aurelia Aurita alcanzan un precio elevado en el mercado (el más barato cuesta 345 euros y los más caros 40.000, con tres metros de largo por tres y medio de alto) y los usuarios necesitan mucho asesoramiento. Éphyra lo ofrece y, además, busca el proveedor adecuado para cada necesidad: "Si, por ejemplo, un cliente necesita roca viva, la traemos de las Isla Fiyi", asegura Cardoso.

Jara explica que estos animales se alimentan de nauplius de artemia y pueden engordar o adelgazar al gusto del consumidor, al dosificarle el alimento. Son como papel mojado, muy delicadas. "La fuerza de una pompita de aire empujando hacia la superficie les puede provocar un agujero, aunque se regeneran muy rápido. La medusa es 97% agua y carece de sistema nervioso", comenta Cardoso.