La tribuna
Voto de pobreza
Para el periodista e investigador del flamenco Miguel Ángel Fernández, "El fandango es el origen o la madre del cuarenta por ciento de los cantes flamencos, que no es poco". Dice el onubense que fue durante mucho tiempo el baile popular nacional y es el cante emblemático de nuestra provincia. "Huelva es una geoda maravillosa de fandangos", asegura. Y así lo deja patente en el libro que acaba de publicar recientemente.
- ¿Qué va a encontrar el lector en Cuando el fandango voló?
-Va a encontrar la historia del fandango nuevo de Huelva, el fandango ya flamenco, en el período 1880-1930, medio siglo en el que se define, se desarrolla y adquiere personalidad flamenca. Partiendo desde el folclore, el fandango en Huelva, que es la zona donde germina con más fuerza, se convierte en los años veinte en el cante más demandado por los públicos, el más cantado en los escenarios y el más grabado. De ese proceso y ese tiempo trata el libro.
-Para dar vida a esta obra ha necesitado realizar un gran trabajo de documentación
-Sí. Lo más arduo fue recopilar la documentación para darle la consistencia argumental que necesitaba. Pero yo vengo recopilando información flamenca desde hace muchos años y me he valido de ese fondo. Anteriormente, ya escribí con otros compañeros Huelva, tierra de fandangos, una obra enciclopédica en la que me encargué de las fases históricas y de la discografía. Desde ese trabajo previo ya vislumbré la trayectoria del fandango. La tesis principal del libro ya venía apuntada. En cuanto a las fuentes, me he basado, sobre todo, en la prensa del último tercio del siglo XIX y primer tercio del XX, en libros de historia, de sociología, ensayos de esa época que ilustraban el tema, revistas, padrones…
-Durante todo el proceso, ¿Qué ha sido para usted lo más sorprendente?
-Lo más sorprendente ha sido comprobar el escaso, casi nulo conocimiento que la mayor parte de los aficionados, e incluso de analistas y estudiosos del flamenco, tienen del fandango huelvano y de acontecimientos determinantes como el Concurso de Cante Jondo de 1923. He escuchado cientos de horas de grabaciones, miles de fandangos, he consultado toda clase de informaciones escritas y creo haberle descubierto a algunos compañeros de la cosa flamenca que el fandango fue sojuzgado, infravalorado en aquel tiempo, pero que los públicos y las discográficas lo pusieron en el lugar que se había ganado.
-Para usted hay una fecha clave que es el Concurso de Cante Jondo de Huelva de 1923. Hábleme de lo que supuso
-Supuso, nada menos, que poner al fandango a la cabeza de la demanda flamenca. En 1922 se celebró el Concurso de Cante Jondo de Granada con el aval de personalidades tan importantes como Manuel de Falla, compositor de fama mundial, de Federico García Lorca y de una veintena larga de intelectuales y artistas que eran la flor y nata de la cultura española del momento. Aquel concurso se convocó con la idea de rescatar del olvido al cante primitivo andaluz. Pero, aun contando con respaldos tan importantes y de celebrarse en Granada, una ciudad súper conocida en toda Europa por su monumentalidad y por su pasado, con 108.000 habitantes, con la luz y el halo de leyenda para viajeros románticos y turistas extranjeros, el resultado final no fue precisamente exitoso… ¡Y van unos osados aficionados de una Hermandad de Semana Santa de Huelva, casi un pueblo de 36.000 habitantes, sin turismo, sin grandes nombres que lo apoyaran, sin presupuesto de ayuda y se monta un concurso con las mismas o mayores figuras que las que actuaron en Granada! ¡E incluyen al fandango entre los cantes a competir, mientras que allí había sido absolutamente ignorado..! El de Huelva fue un éxito extraordinario en todo: en asistencia, en acogida, en artistas que intervinieron, en taquilla… y en futuro, porque, por la vía de los hechos consumados, el fandango tuvo en aquel concurso el punto de partida para hacerse el más demandado de los cantes. A partir de entonces fue Cuando el fandango voló.
-¿Qué hechos fueron importantes para su éxito posterior?
-Se produjeron hechos que, todos juntos y a la vez, provocaron su éxito: en 1924 comenzó a emitir la Radio, el medio más potente y el mejor aliado del flamenco siempre; se desarrolló muchísimo el gramófono y la grabación de discos de pizarra; comenzaron los grandes espectáculos de la ‘ópera flamenca’, que llenaba plazas de toros y grandes espacios; se produjeron cambios sociales que permitieron a mucha gente vivir mejor, poder gastarse algo de dinero acudiendo a aquellos espectáculos ya de masas; el maquinismo floreciente facilitaba la movilidad… Y, sobre todo ello, emergió una generación extraordinaria de cantaores (Cojo de Málaga, Pepe Marchena, José Cepero, Manuel Vallejo, El Carbonerillo, Paco Mazaco, Niño de Cabra, Tomás Pavón, Pepe Pinto, los huelvanos José Rebollo, Paco Isidro y Antonio Rengel y otros…), una generación que apostó por el fandango porque es un cante bonito, era nuevo, muy del gusto popular, que permitía el lucimiento de los artistas y que generaba mucho movimiento económico… Hablo de aceptación popular, ¿eh? No juzgo calidades ni bondades ni otros aspectos de los cantes; hablo de los hechos acaecidos en el tiempo, que vinieron a confirmar que el fandango, con el de Huelva como ‘máquina tractora’ fue el mayor protagonista de las tres décadas siguientes. Lo dice la historia y eso es lo que yo he hecho en mi libro: esculcar, ordenar acontecimientos, contextualizarlos y describir conforme al devenir histórico.
- ¿Cómo ha sido la evolución del fandango?
El fandango viene de un tiempo largo, de siglos, siendo un baile popular, básicamente instrumental y raramente cantable que se encuentra por toda España. Es el baile que suele representar a nuestro país en encuentros internacionales de la aristocracia.
Pero a partir de mediados del siglo XIX sigue la senda del flamenco, se deshace del baile, se hace acompañar solo de la guitarra y se cantan letras de composición popular. Los expertos nos dicen que la variante procedente de los bailes de candil es la que tomó especial asiento en el Andévalo y la Sierra de Huelva, donde ha desarrollado una variedad muy abundante, que ha seguido creciendo hasta los años 70 del siglo pasado.
- ¿Y de dónde le viene a usted ese gran vínculo con el fandango y con el arte flamenco como periodista?
-Yo lo escucho desde niño en mi familia, mis tíos lo cantan y se canta en los pueblos de mi Andévalo. Guardo en la memoria los ecos nocturnos de la gramola del pueblo en fiestas que llegaban hasta mi cortijo, a tres kilómetros de distancia, con los fandangos cantados por Paco Toronjo, los programas de Lluvia de estrellas de Radio Huelva… La radio, la bendita radio que me abdujo desde niño. Y el flamenco como banda sonora de mi vida por mi gran afición desde siempre. Luego, he organizado concursos, he presentado programas de flamenco, festivales, he sido jurado, he escrito libros, he producido varios discos de flamenco… Y en mis tiempos de joven cantiñeaba… Bueno, el flamenco ha sido una constante vital en mi existencia.
-¿Por qué ha decidido enfocar su carrera profesional hacia el estudio de este arte?
-Fui periodista de radio y TV en ejercicio durante 38 años, y en la etapa final de mi carrera me encargó la dirección de la RTVA dirigir flamencoradio.com. Y esa fue la guinda, hacerme cargo de la programación de flamenco de Canal Sur Radio y dirigir la radio fórmula todo flamenco de internet durante mis últimos seis años de actividad laboral.
-¿Cual cree que fue su principal aportación durante esta etapa en la radio?
-Destacaría que aporté ponerle voz para identificar los cantes que se escuchaban, que fue un proceso largo y complicado; aporté el Foro Flamenco, donde actuaron los principales artistas de flamenco y fue plataforma para muchos jóvenes a los que ayudé a ser conocidos. Por el Foro pasaron los principales intérpretes de Huelva (Arcángel, Argentina, Rocío Márquez, Jeromo Segura, Jesús Corbacho). Y otro hito que me da mucha satisfacción fue la creación y la edición del disco del grupo ¡Vive Alosno!, conjunta con la Cátedra de Flamenco de la Universidad de Sevilla.
-¿Quiénes han sido sus fuentes de inspiración en el mundo del fandango?
De los de Huelva, yo soy toronjero. Para mí Paco Toronjo ha encarnado los valores esenciales del fandango. Y cantaores como Rebollo, Isidro y Rengel son referentes básicos por la escuela que dejaron. Pero en la memoria desde niño tengo a Pepe Pinto, Tomás Pavón, Caracol, Chocolate… Muchos. Y la emoción que me transmitía el cante de Manola, la Niña de Huelva.
-¿Usted cree que hoy en día el fandango es del todo reconocido?
-Todavía pesan sobre el fandango losas que vienen de atrás, aunque va lentamente tomando su sitio en el flamenco. El fandango siempre estuvo sometido a polémicas: que si folclore que si flamenco; que si cante grande o cante chico; que si cante para mujeres, que si cante de criadas o para ciegos, como dijeron Antonio Chacón y la Niña de los Peines… Durante mucho tiempo, tampoco en Huelva se le encuadró en el flamenco sin dudar. Pero, a pesar de todo ese caminar entre controversias, ahí está, con sus encantos, que son muchos.
-¿La labor de difusión del fandango debería ser mayor?
-En el mundo de hoy, la difusión se rige por patrones distintos a los de tiempos pasados; cada uno elige lo que quiere escuchar o ver y cómo. Predomina la difusión a la carta y la producción de discos ha cambiado mucho. En Huelva, el fandango está muy presente, hay abundancia. Lo importante será que no llegue nunca a morir de éxito, como le ocurrió a las sevillanas después del “boom” de los años 80.
-Por ello predica con el ejemplo con una sección propia de manera periódica en Huelva Información
-Sí, esto surgió como una idea que le ofrecí a la dirección del periódico para ir mostrando la historia amplia del fandango y ya vamos cerca del centenar de capítulos.
-Qué puede encontrar el lector en su sección Historias del fandango?
Pues desde sus orígenes hasta breves biografías de intérpretes más recientes, siempre tratando de buscar aspectos amenos que lo hagan atractivo a los lectores. Una página ilustrada con fotografías y recortes de prensa es, sobre todo, un motivo de entretenimiento, a la par que instructiva. Si ayuda a fomentar la curiosidad por el fandango, me doy por satisfecho.
-¿De dónde extrae estos interesantes artículos así como el material gráfico y de archivo?
-De buscar mucho en prensa vieja, de leer mucho y siempre con intención de hallar pistas en revistas, en libros… De tener mucha curiosidad y poner la información que encuentro al servicio de la divulgación, de contar lo que he encontrado. Y de no fabular, porque la historia del flamenco tuvo unas primeras fases en que se atendía más a construir leyendas que al relato de los hechos. Hoy en el flamenco estamos en la fase de la documentación, de la verdad histórica de las cosas.
-¿Cómo ha evolucionado su estudio en las escuelas?
-En Huelva, el fandango es la cartilla primaria de los aficionados al cante. En las academias de las peñas, en las escuelas privadas donde se enseña el flamenco, el fandango es el palo de inicio. Esta es una disciplina extraordinaria que comenzaron a aplicar los primeros peñistas y que es el secreto de que tengamos hoy una juventud cantaora como nunca en la historia. En Huelva hay ente 120 y 150 jóvenes que aspiran a ser artistas, de los cuales el 70 por ciento son mujeres. Esto es revolucionario y no se da en ninguna otra provincia.
-Un fandango que a usted le llegue al alma
A mí me gustan las letras que exaltan virtudes, que describen filosofía de vida, que hablan del corazón sin melosidades, que se fijan en nuestras cosas más cotidianas… Entre las miles de ellas me quedaré con una del paymoguero José María de Soto que dice: “En las fronteras del odio / paré yo mi jaca en seco / y le di a beber el agua/ de la fuente del desprecio / pa' que no se desbocara”.
Es periodista, andevaleño, investigador del flamenco y aficionado a este arte desde su infancia. Ha sido director de la emisora de internet FlamencoRadio.com y de la programación flamenca de Canal Sur Radio, donde creó el Foro Flamenco que abastece de actuaciones grabadas tanto a la radio como la televisión de la RTVA.
Conferenciante sobre el fandango en ciclos flamencos de las Universidades de Córdoba, Huelva y Sevilla; en Peñas flamencas y otros eventos de esta carácter; articulista, organizador de concursos flamencos, prologuista y corrector de libros de esta temática, ponente sobre diversos temas en Congresos de Arte Flamenco organizados por el Instituto Andaluz de Flamenco y por la Federación de Peñas Flamencas de Andalucía, presentador de programas flamencos de radio y TV, miembro de Jurados en concursos flamencos.
Co-autor del libro enciclopédico Huelva, tierra de fandangos, junto con Luis Soler, Manuel Romero Jara y Faustino Núñez; del informe Chequeo al fandango; de la serie de artículos Historias del fandango publicada en el diario Huelva Información. Productor y director, por encargo del programa Flamenco y Universidad de la Cátedra de Flamenco de la Universidad de Sevilla, de los CDs ¡Vive Alosno!, antología de los fandangos alosneros; Coplas y tonás del Andévalo y la Sierra, de Eduardo H. Garrocho; y El día que yo embarqué, de Pepe Sanz. Con esta obra, “Cuando el fandango voló”, que coincide con el centenario del Concurso de Cante Jondo de Huelva de 1923, trata en profundidad el recorrido histórico del fandango y la importancia que tomó en la provincia onubense a partir de aquel acontecimiento, punto de partida para un protagonismo que cambió el paradigma del flamenco.
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