Mirador de la Cinta. El programa Edusi recupera el entorno del santuario y su cabezo
patrimonio
Un proyecto, con 1,6 millones de euros, respetuoso con el BIC
Realza la plaza de la Cruz de los Ángeles, y crea unos jardines junto a la Barriada de la Orden
Recuperar la belleza del entorno del santuario de la Cinta como lugar de acogida del peregrino y espacio de estancia para disfrute de El Conquero, es el objetivo del proyecto del mirador de la Cinta que ha puesto en marcha el Ayuntamiento de Huelva dentro del programa Edusi y que tiene un presupuesto de 1,6 millones de euros que ya salió a licitación.
Una de las preocupaciones de la junta gestora de la Cinta, nada más acceder a reorganizar la vida de la hermandad, fue atender cuestiones especialmente necesarias en el santuario. No le pasó desapercibida el mal estado del mirador, el pésimo resultado de una obra que en ningún momento fue consensuada con la hermandad, realizada en materiales de deficiente calidad y contestada siempre.
Nada que ver ahora con la acogida recibida por parte del alcalde Gabriel Cruz a quien, tras más hacerse cargo la gestora de sus funciones, le planteó la necesidad de dignificar el espacio de la Cruz de los Ángeles, elemento histórico procedente de La Placeta, y de la retirada de los eucaliptos que crecen sin control alguno robándole a los onubenses lo más hermoso como es la vista de la marisma; y mostrando su preocupación por el estado de esta plaza. En los últimos veinte años el Ayuntamiento lo único que había realizado fue la sustitución de los bancos, lo demás continuaba en progresivo deterioro.
Ahora aquella propuesta inicial se convierte, por iniciativa del alcalde Gabriel Cruz, en una gran intervención que no se limita sólo a la plaza delantera, sino a toda la actuación en la ladera nunca realizada y planteada en los años ochenta del siglo pasado.
Al mismo tiempo que propone la recuperación para el peatón de toda la zona de acceso al santuario desde la rotonda de la fuente, creando un gran espacio ajardinado.
Desde 2015 se realizaron numerosas reuniones entre hermandad, encabezadas por el presidente Bienvenido González y Eduardo Sugrañes, y técnicos municipales, con la presencia de Manuel Gómez, Javier Olmedo y Águeda Domínguez, para consensuar la mejor actuación posible, atendiendo a criterios tan especiales y sensibles que envuelve cualquier tipo de actuación en el entorno del santuario. De un lado, las singulares características de un espacio de culto con tanta sensibilidad e, igualmente, un lugar de la ciudad declarado Bien de Interés Cultural. Bajo esas dos premisas, los técnicos plantean una actuación en la que los elementos se utilizan de tal forma que no interfieran con las singularidades del santuario, pero igualmente dejen ver una sintonía con el lugar de cultos y con el espacio que se encuentra que es El Conquero.
Así lo primero que se pretende recuperar en la gran plaza mirador es la sensación de estancia entre los cabezos del Conquero. Vuelve delante del santuario los tonos amarillos y ocres del cabezo en su pavimento e, igualmente, su presencia en el lugar más importante de toda la actuación se acentúa en el material que se utiliza que es mármol.
Un espacio para el disfrute de todos los onubenses en el corazón de El conquero
El concepto utilizado en esta actuación es la de un suelo que haga resaltar el santuario y no como hasta ahora, blanco y que queda anodino envuelto entre cuadrados grises y material de baja calidad.
Se conecta el interior del patio del santuario con el exterior gracias a elementos clásicos, como son los naranjos que se disponen en la plaza. Al mismo tiempo, se utilizan las esbeltas y clásicas farolas que están en los jardines en el alumbrado exterior y en lugares emblemáticos de la ciudad. Mientras que los bancos propuestos son de material y forja, los clásicos que tuvo la Plaza de las Monjas a principios del siglo XX.
Un tratamiento siempre respetuoso con un edifico BIC y será, por tanto, la actuación que complete la de los años sesenta del siglo pasado que transformó la espadaña y su fachada, según las obras de Rodríguez Cordero.
Una fachada que resaltará también por la noche y quedará iluminada de manera indirecta desde el suelo, a la vez que se mejorará la luminaria de faroles, que ahora son simples y están deteriorados. El pavimento también acotará de alguna forma la línea propia del lugar sagrado que es el santuario; al que se le facilita en la misma puerta principal la cota cero de la que ahora mismo carece y es una necesidad obligatoria para la accesibilidad universal de todos los que quieran acceder a ver a la Patrona.
El mirador, como centro principal de la actuación, tendrá un elemento clave y, para ello, se pone en valor como icono de todo el espacio la Cruz de los Ángeles, que es por donde empieza la preocupación de una primera actuación por parte la junta gestora de la Cinta.
Así se procede a monumentalizarla, con el encargo de una pieza especial y vinculada a este entorno que realiza el arquitecto Sergio Cornejo. Se inspira en el antiguo basamento de Pérez Carasa, de 2,35 metros de altura en mármol blanco para estar conectado con el santuario siendo este el único elemento blanco en la plaza para realzarlo en la misma que tendrá un total de más de cinco metros de altura, quedando visualmente levantada sobre el horizonte de la marisma.
Así se contará en el espacio que es recepción del peregrino de un lugar para grandes celebraciones, con más comodidad que la tenida en el 25 aniversario de la coronación canónica, ya que se elimina la tarta sobre la que se levanta ahora la Cruz de los Ángeles, que podrá rodear la Virgen como ya lo hizo en aquella celebración para bendecir desde aquí a la ciudad.
La actuación tiene un objetivo muy especial, que es la recuperación del cabezo mirador de la Cinta. Ahora es sencillamente molesto la presencia de una masa arbórea que nunca tuvo que conforma una pantalla de eucaliptos que no deja ver nada, deteriorando la ladera. De esta forma se gana la visión, pero igualmente importante es la actuación en la ladera, que se recupera como lugar de paseo y estancia, desde donde se podrá disfrutar de la marisma y las puestas de sol. Un espacio degradado que se recupera e integra en el mirador. Una actuación que no olvida el aspecto de jardinería, donde se incorporan especies tradicionales, como el romero, tomillo, jara, lavanda…
Una nueva rampa facilitará el acceso desde la Cuesta del Humilladero
El acceso al santuario se mejora notablemente desde la Cuesta del Humilladero, con una importante actuación. En la actualidad solo se cuenta con una incómoda escalera, ahora el proyecto incorpora una rampa para facilitar el acceso a las muchas personas que acceden al santuario pero igualmente ofrece esa servidumbre de paso que siempre tuvo desde la zona baja del Humilladero hasta la Orden.
No hay que olvidar la presencia cercana del convento de las Madres Oblatas, a la que la Hermandad de la Cinta desde su llegada siempre estuvo cercana. Ahora el compromiso va mucho más allá de lo habitual, al facilitar en esta actuación un acceso directo al convento para su uso diario de servicio externo.
La actuación del programa Edusi se amplía en el entorno de la avenida Manuel Siurot desde la rotonda de la fuente hasta la misma plaza mirador. Esta aportación municipal es una actuación aunque más externa consigue acercar más el santuario a la barriada de la Orden, que es uno de los objetivos del programa Edusi. La incorporación a realidades urbanas del entorno de actuación, como se tiene en el mismo mirador que es utilizado como plaza para los vecinos de la Orden y onubenses en general, más allá del horario de apertura del santuario, para el disfrute de El Conquero.
Se plantea una zona ajardinada que de alguna forma viene a integrar el paseo del Conquero que se interrumpe por la gran rotonda y dejó aislado el santuario por una carretera de asfalto, cuando la construcción del paseo del Conquero hace ahora cien años su objetivo era llegar a la ermita.
El diseño, respetuoso con el BIC, plantea una senda peatonal que conduce hasta el mirador utilizando para ello además una zona de jardinería con arboleda, para crear aquí un lugar de estancia que podrá en valor toda esta fachada de la Casa de Ejercicios y del santuario.
Esta senda peatonal conducirá hasta la Cruz de los Ángeles que se alza aquí como el elemento referenciador de todo.
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