Misterio en el Palacio del Acebrón en Doñana
Huelva Paranormal
Identifican varios elementos que coinciden con las características de una antigua logia masónica
Dos jóvenes aseguran haber visto una sombra en el interior del palacio, además de voces susurrantes
Testimonios de experiencias paranormales en el Convento de La Rábida
En el corazón del Parque Natural de Doñana, en la provincia de Huelva se encuentra el Palacio del Acebrón, una construcción del siglo pasado que guarda en su interior secretos y leyendas. Este palacio, rodeado de misterio y belleza, ha sido testigo de innumerables historias a lo largo de los años, algunas de las cuales desafían toda lógica y razón.
El Palacio del Acebrón, construido entre 1959 y 1961 como capricho de Don Luis Espinosa Fondevila, es una joya de estilo neopaladiano irlandés que recuerda a la Casa Blanca o al Ayuntamiento de Massachusetts.
Rodeado de un halo de misterio y con un aire tétrico que te transporta a otra época, este palacio te cautiva desde el primer momento. Sus jardines, otrora llenos de vida y adornados con fuentes y mobiliario de época, hoy en día evocan un pasado esplendoroso.
Don Luis, un personaje excéntrico de la época, habitó este palacio hasta su muerte. Su vida estuvo marcada por la riqueza y la soltería, y su hogar reflejaba su particular gusto por lo singular. Se cuenta que incluso llegó a recibir al mismísimo dictador Francisco Franco en sus instalaciones.
El palacio está plagado de simbología masónica, desde la orientación del edificio hasta la decoración de sus paredes. El águila bicéfala sin corona en la chimenea, la ubicación de la capilla, las iniciales LEF en el frontispicio y los patrones arquitectónicos basados en el número tres y sus múltiplos de once son solo algunos ejemplos.
En 1981, el Estado adquirió el palacio y lo convirtió en un centro de visitantes con exposiciones etnográficas. Hoy en día, a pesar de su cercanía a la famosa aldea de El Rocío, muchos visitantes y onubenses pasan por alto este tesoro escondido.
¿Un enigma masónico?
Tras realizar un estudio detallado del edificio y elaborar un catálogo de sus símbolos, el investigador Manuel Galán descubrió que muchos de ellos podían interpretarse desde una perspectiva esotérica. Incapaz de descifrar su significado por completo, Galán decidió asistir a unas jornadas de simbología organizadas por la Universidad de Huelva. Allí, entró en contacto con varios masones a los que les mostró las peculiaridades del Palacio.
Para sorpresa de Galán, los masones confirmaron sus sospechas: el edificio, construido en 1961, presentaba una serie de elementos que coincidían con las características de una antigua logia masónica. Probablemente, esto se debía a la represión que sufrían los masones durante la dictadura de Franco, lo que les obligó a esconder su simbología de forma sutil.
Algunos de los símbolos más evidentes son la orientación del edificio, las llamas que rodean la azotea, el águila bicéfala sin corona en la chimenea, la ubicación de la capilla y las iniciales LEF en el frontispicio. Sin embargo, el Palacio también esconde símbolos más crípticos que solo pueden ser percibidos por un "ojo iniciado", como la presencia del número tres y sus múltiplos de once en la estructura arquitectónica, la simbología tallada en algunos muebles o los frescos de los techos.
Galán se reserva para su próxima obra literaria, que verá la luz a finales de junio, la revelación de otros muchos misterios que alberga el Palacio de Huelva. Un edificio que, sin duda alguna, guarda en su interior una fascinante historia por descubrir.
En su obra, Manuel Galán nos embarca en un apasionante viaje por el Palacio del Acebrón, un lugar plagado de misterios y simbolismos. A través de fotografías antiguas y correspondencia personal de Luis Pedro Espinosa Fontdevilla, el artífice de esta singular construcción, Galán nos adentra en la mente de un hombre enigmático, cuyas motivaciones permanecen envueltas en el secreto.
Espinosa, figura clave en la historia del Palacio, nació en Almonte a principios del siglo XX. Su infancia transcurrió entre viñedos y estudios en Los Maristas de Huelva. Sin embargo, un oscuro silencio envuelve su vida entre 1930 y 1940. Reaparece años más tarde en La Rocina, donde construye su capricho personal: el Palacio del Acebrón.
Un hombre de contrastes, Espinosa era al mismo tiempo prohombre del régimen franquista y mecenas de la zona, obsequiando a la población con regalos cada Navidad. A pesar de su estrecha relación con Franco, el Palacio que mandó construir está plagado de simbología masónica, lo que añade un nuevo enigma a su figura.
Viajero incansable, Espinosa recorrió el mundo, visitando lugares tan dispares como Egipto, Turquía o Alemania. Los lugareños lo describían como un hombre complejo, volátil y desconcertante, pero también de gran generosidad.
El Palacio del Acebrón, finalizado en 1961, es una mansión de estilo neopaladiano irlandés que hoy en día funciona como centro de interpretación del Parque Nacional de Doñana. Con su amplio jardín, capilla y lago artificial, el Palacio se convierte en un escenario perfecto para la intriga y el misterio.
Galán, con su obra, nos invita a descifrar los enigmas del Acebrón, a revivir la experiencia de este lugar mágico y a adentrarnos en la mente de Luis Pedro Espinosa Fontdevilla, un hombre que aún hoy sigue guardando muchos secretos.
Fenómenos paranormales
Una tarde de otoño, dos jóvenes aventureros decidieron adentrarse en los oscuros pasillos del Palacio del Acebrón en busca de emociones fuertes y tal vez algún rastro de lo sobrenatural. Armados con linternas y valentía, se adentraron en el antiguo edificio, cuyas paredes parecían susurrar antiguos secretos.
A medida que avanzaban por los pasillos polvorientos, la atmósfera se volvía cada vez más cargada, como si una presencia invisible los observara desde las sombras. Ambos intercambiaban miradas nerviosas, pero ninguno quería dar marcha atrás. Fue entonces cuando, de repente, comenzaron a escuchar voces susurrantes, como si el viento mismo les hablara al oído.
Las voces parecían provenir de todas partes y ninguna a la vez, envolviéndolos en una extraña sensación de irrealidad. "¿Estás escuchando eso?", susurró con la voz temblorosa.
Uno de ellos asintió con gesto sombrío, sin apartar la mirada de las sombras que danzaban en las paredes del palacio. De repente, una figura oscura se materializó frente a ellos, una sombra imponente que parecía observarlos con atención, aunque sin emitir palabra alguna. Ambos sintieron un escalofrío recorrer sus cuerpos, paralizados por el miedo y la incertidumbre.
"¿Qué... qué es eso?", murmuró, apenas audible. La sombra permanecía inmóvil, como flotando en el aire, sin manifestar ninguna intención clara. Con el corazón latiendo desbocado, se atrevió a preguntarle: "¿Quién eres? ¿Qué quieres?".
Pero la sombra no respondió. Solo continuó observándolos con sus ojos vacíos, proyectando una sensación de antigüedad y malevolencia que helaba la sangre de los jóvenes exploradores. Presa del pánico, retrocedieron lentamente, sin apartar la vista de la misteriosa figura que los acechaba en la penumbra.
Finalmente, decidieron huir de aquel lugar siniestro, corriendo por los pasillos del palacio como si el mismísimo diablo.
"¿Qué era eso? ¿Crees que era... paranormal?", preguntó, con la voz entrecortada por la emoción y el miedo. Su compañero, aún temblando, asintió con gesto sombrío. "No lo sé. Pero lo que sea que haya sido, no era algo normal. Nunca olvidaré esa sensación de frío y malestar que nos invadió".
"¿Crees que fue una alucinación? Quizás la oscuridad y la sugestión jugaron una mala pasada", sugirió él, buscando una explicación racional a lo sucedido. "Puede ser. Pero aquella sombra, aquellas voces... se sentían tan reales, tan intensas. No creo que haya sido solo nuestra imaginación".
Días después de aquella experiencia sobrenatural decidieron compartir su testimonio con un grupo de investigadores de lo paranormal que se interesaban por fenómenos inexplicables en lugares históricos. Los investigadores escucharon con atención los relatos de los jóvenes, tomando nota de cada detalle y expresión de sus rostros.
"Lo que ustedes han presenciado en el Palacio del Acebrón es fascinante y perturbador a la vez", comentó uno de los investigadores, con un brillo de emoción en los ojos. "Voces psicofónicas, sombras misteriosas... todo apunta a la presencia de una energía o entidad inexplicable en ese lugar".
Interés esotérico y simbólico
Tras realizar algunas investigaciones adicionales en el palacio, los expertos en lo paranormal concluyeron que el Palacio del Acebrón era un punto de interés esotérico y simbólico, con numerosos avistamientos y experiencias sobrenaturales registradas a lo largo de los años. La sombra sin rostro y las voces susurrantes eran solo la punta del iceberg de un fenómeno mucho más complejo y enigmático.
En una revisión de las grabaciones y datos recopilados, una voz susurrante se escuchó en una de las grabaciones, diciendo una sola palabra: "Recuerden". Aquel enigmático mensaje resonó en sus mentes, recordándoles que la verdad sobre el Palacio del Acebrón y sus misterios seguía oculta en las sombras, esperando ser descubierta por aquellos lo bastante valientes para desafiar lo desconocido.
*Si has vivido alguna experiencia extraña no dudes en escribirnos y contárnosla a correo@garciabautista.net
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