La Nochebuena es la celebración favorita por encima de todas las fiestas
en el titán
lLa tradición cristiana de conmemorar el nacimiento de Jesús ofrece unos días de alegría para todos
Siempre surgen ideas denostadas de acabar con la Navidad que no llegan a nada
La Nochebuena se posiciona como la celebración favorita de los españoles, según los resultados del Informe de Navidad 2016 elaborado por Vente-privee. En concreto, uno de cada tres españoles elige esta noche como la que más disfrutan (34%), seguida del Día de Reyes (28%) y Nochevieja (17%). Cabe destacar que si bien los más jóvenes mantienen unas respuestas similares a las generales -con la Nochebuena y Reyes como sus días favoritos-, los más mayores eligen ampliamente la Nochebuena (52%), relegando la Nochevieja a último lugar (4%). A la hora de pasar la Nochebuena, la familia es la principal compañía para el 95% de los encuestados, seguida de la pareja (20%) y los amigos (15%). En el caso de la Nochevieja -pese a ser la familia la opción más popular (76%)- el porcentaje de personas que quedan con sus amigos (63%) o su pareja (31%) para disfrutar de la última noche del año aumenta considerablemente en cualquier rango de edad. El 60% de los españoles manifiesta que, a nivel gastronómico, preparan con más cariño y dedicación los mejores platos en la cena de Nochebuena, muy por encima del resto de comidas.
Hasta aquí el informe en el que se les olvida analizar por qué es la Nochebuena el día preferido por los españoles en estos días de celebración. La respuesta es bien fácil: se trata de una fiesta enraizada en la cultura cristiana de nuestro pueblo durante siglos, que la ha hecho familiar, cercana en la celebración del nacimiento de Jesús. Una fiesta donde caben todos.
Las Navidades perduran a pesar de todos los envites que provienen de las nuevas corrientes llamadas progresistas, que se empeñan en celebrar el solsticio de invierno en lugar de la Navidad. Pues que intenten pasar la cena a ese día, que hasta en sus casas se van a encontrar ellos mismos.
Hay detalles muy subliminales, desde los adornos navideños en los que se rehuye cualquier simbología clásica de la Navidad por considerarla caduca y se piden alumbrados que sean novedosos, tanto que lo mismo sirven para la Navidad, como para la fiesta de un pueblo o las mismas Colombinas, como se vio el pasado mes de agosto, que utilizaron de olas lo que servía de techo en Navidades a la Plaza de las Monjas. Bien está que a la entrada de la ciudad por distintas avenidas nos feliciten la Navidad; es un paso hacia adelante en mantener lo de siempre.
Se empeñan también en cambiar la música y en el espectáculo musical de este año a las puertas del Ayuntamiento, en lugar de un Adeste Fideles, por ejemplo, lo que se escucha por los altavoces es el Himno de la Alegría, que es una pieza fantástica pero poco navideña. Ocurre que ante tantos esfuerzos catetos envueltos en el celofán de la modernidad, las navidades son lo que son. La gente en la calle pasándoselo bien, disfrutando de unas fiestas en las que se celebra el Nacimiento de Jesús. Que podrán querer innovar pero no cambiará lo que está en las manos de la gente, porque sí saben lo que quieren. Una realidad histórica de alguien que nació hace 2016 años y que cambió las conciencias hacia la solidaridad, el amor y la paz.
Ahí están las zambombás, importadas desde Jerez y que proliferan para cantar villancicos. Eso es así. En los balcones lucen las imágenes del Niño Jesús. Los símbolos de la Navidad siguen estando ahí. El informe que publicamos destaca como la fiesta de entre todas la de Nochebuena, que es familiar, cercana y una fiesta cristiana a la que están invitados todos. No intenten cambiarla: fracasarán.
Las navidades están entroncadas en nuestra cultura religiosa. Con escenas formales y también de las más simpáticas, como la de todos aquellos que salían a pedir el aguinaldo por estas fechas. Hay algunos repartidores que todavía lo hacen, pero muy pocos. Hoy ese aguinaldo se entrega a modo de ayuda permanente durante todo el año a tantos que acuden a las parroquias de la ciudad para ser atendidos por las heridas de esta sociedad tan agresiva, que mientras se adorna un centenar de calles, más allá de plazas, lugares de paseo o comerciales, inundando las avenidas de bombillitas, mientras existen tantos que sufren la pobreza energética. Hay que disfrutar de estos días pero con equilibrio. La sociedad no está para muchos derroches. ¡Feliz Navidad!
el aguinaldo. Muchas tradiciones crecieron al lado de la Navidad, como el aguinaldo. Hoy ese regalo son todos los días del año en las parroquias atendiendo a las familias afectadas por la crisis.
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