Once donaciones de órganos en Huelva mejoran la vida de veinticinco personas
Además, se han realizado veinte trasplantes de córneas en lo que va de año en la provincia
Huelva/El 14 de octubre de cada año se conmemora el Día Mundial de la Donación de Órganos, Tejidos y Trasplantes, una celebración que tiene como propósito incentivar en todas las personas del mundo el querer ser donantes y así salvar la vida de otras personas menos afortunadas en lo que respecta a la salud física. La mayoría de las personas que se encuentran en las listas de espera para recibir un órgano o un tejido presentan patologías crónicas o enfermedades terminales. Gracias a la donación consiguen sobrevivir.
En Huelva, sólo el hospital Juan Ramón Jiménez está habilitado para realizar trasplantes de dos tipos, de hueso y de córnea. En lo que va de 2020, en el centro hospitalario capitalino se han realizado veinte trasplantes de córnea mientras que los de huesos se llevan a cabo casi a diario.
El proceso comienza con un estudio muy exhaustivo tanto en el donante como en el receptor, explica la coordinadora de Trasplantes del Juan Ramón Jiménez, Francisca Cabeza, a Huelva Información. “Se realizan múltiples pruebas para comprobar que el riesgo del donante durante la operación va a ser mínimo. También es fundamental la valoración psicológica. El donante no debe sufrir consecuencias psíquicas. Es un proceso muy largo en el que se realizan numerosas pruebas en Huelva y Sevilla”.
Hasta el día de hoy, se han realizado en la provincia once donaciones de órganos y tejidos: ocho en el Juan Ramón Jiménez, dos en el Infanta Elena y una en Riotinto. Fruto de estas donaciones realizadas en Huelva, son veintinco los pacientes que se han beneficiado de un trasplante de órganos.
Aunque lo más frecuente son las donaciones de padres a hijos o de un cónyuge a otro, existe también el conocido como “el buen samaritano”, un donante altruista que realiza la donación a una persona que no conoce. Hay que recordar que la ley española considera donantes a todas las personas fallecidas, salvo que dejen constancia expresa de su oposición en vida.
La donación con vida se hace fundamentalmente con riñones. “Es importante que la población sepa que la donación de vivos existe y va mucho mejor, ya que la supervivencia tanto del órgano como del paciente es superior”, asegura Francisca Cabeza.
Los trasplantes realizados con mayor frecuencia son los renales, siendo mayoritarios los de riñón, seguidos por los de hígado. También son los que cuentan con mayor lista de espera, cuenta a este diario Ignacio Ortiz, coordinador del hospital Infanta Elena.
Cuando se extrae un órgano debe ser trasplantado en un corto periodo de tiempo. Un riñón en las primeras veinticuatro horas, el corazón en no más de cuatro y en el caso de un hígado en no más de seis horas, informa Ortiz. La duración de la intervención es variable según el órgano trasplantado y según las circunstancias del receptor. Por ejemplo, un trasplante cardiaco puede realizarse en unas dos horas y un trasplante hepático puede durar entre cuatro y seis horas.
A pesar del impacto que la Covid-19 ha tenido en el funcionamiento del sistema sanitario público, el programa de donación y trasplantes de órganos ha continuado en los hospitales onubenses gracias al esfuerzo, compromiso y responsabilidad de los profesionales participantes. Así, en lo que respecta al balance de 2020, hay que diferenciar un periodo inicial -que comprende los meses de enero y febrero- durante el que se mantuvieron las cifras habituales en donaciones y trasplantes, y una segunda fase, coincidiendo con la declaración del estado de alarma en que la actividad se redujo. “Se dio prioridad a los pacientes que estaban en un estado de gravedad extrema”, señalan los coordinadores de trasplantes.
Ahora, “estamos prácticamente llegando a la normalidad y a los datos que teníamos en los años anteriores”.
En Huelva la sociedad está concienciada. “El año pasado hubo un 100% de aceptación. Todas las familias a las que se le propuso la opción de donar dijeron que sí. Esto hace unos años era impensable”. Pese a los buenos datos, no podemos relajarnos. “ Mañana nos puede tocar a nosotros y tenemos que tenerlo presente. Hay enfermos qe siguen en lista de espera y que están muriendo porque hay órganos que no llegan. Con la donación se salvan vidas”. Los coordinadores de trasplantes muestran una vez más su gratitud a los familiares de los donantes por su solidaridad.
Margarita donó los órganos de su padre fallecido
Margarita Lechuga trabaja de enfermera en el Juan Ramón Jiménez. En 2018, su padre Pepe falleció a consecuencia de un ictus hemorrágico. Pepe había dejado expresado a su familia su deseo de donar sus órganos. Y su familia respetó su voluntad. Pepe fue donante de huesos, piel, córnea e hígado. Su hija resalta la importancia de hablar con la familia del tema.
“El hecho de que mi padre nos hablara de esto nos facilitó mucho las cosas”. “Si bien fue bonito respetar su última voluntad, más aún lo fue sabiendo que se marchaba donando vida, que su muerte no fue en vano y pudo dar a aquellos que lo necesitan”. “Gracias a gestos altruistas y a la Red de coordinación de trasplantes se da razón de ser al hecho de que haya una lista de pacientes esperando un milagro, que no siempre se cumple, pero que las veces que sí es maravilloso”. Margarita Lechuga agradece a los profesionales del Juan Ramón Jiménez, del Infanta Elena y del Centro de Salud de Gibraleón la labor “que hicieron con mi familia durante la donación de mi padre”.
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