Ovnis: El humanoide de 'El Condesito'

Huelva Paranormal

El Condesito era una finca ubicada en la localidad onubense de Rociana que en su apacible calma un día vio quebrantada esa quietud con fenómenos de difícil comprensión

La mítica imagen del caso 'El Condesito'.
La mítica imagen del caso 'El Condesito'.
José Manuel García Bautista

25 de julio 2021 - 05:00

En la perdida memoria del tiempo se esconde uno de esos casos que cautivaron, conmocionaron e hicieron camino en la larga historia de la ufología nacional. Entre llanos y marismas un nombre resuena aún con los ecos de la añoranza del pasado y de su significado en, otrora, épocas pasadas, es El Condesito.

Se llamaba El Condesito a una finca ubicada en la localidad onubense de Rociana que en su apacible calma un día vio quebrantada esa quietud con fenómenos de difícil comprensión: apariciones de luces y objetos misteriosos en el cielo o manifestaciones sonoras de difícil calificación, a tal extremo que los trabajadores de la finca llegaron a abandonar su trabajo ante la presión y el miedo a lo que allí acontecía. Ante tal situación, nos encontramos en Abril de 1975, un grupo de personas cuyo interés y espíritu de aventura-conocimiento los embarca en una investigación sin precedentes en la búsqueda de aquello que llamamos: Desconocido. Uno de aquellos pioneros del misterio en la región era Manuel Osuna Llorente, profesor rural de la localidad sevillana de Umbrete, de fuerte carácter y marcadas tendencias ufológicas, con él otros históricos hoy de la ufología nacional como Ignacio Darnaude Rojas-Marcos, Julio Marvizón, Rafael Díaz, Roberto Pozuelo, Francisco Pelaez. José Ruesga Montiel, Helio Contreras o el mismísimo Antonio José Biosca, director del conocido espacio de la Cadena SER en la década de los 70 Medianoche.

La situación en la finca se hacía por días insoportable e insostenible y en ella estos investigadores pudieron grabar hechos que pasarían a la historia de forma inquietante...

Medianoche

Uno de sus protagonistas se manifestaba así, es Antonio José Alés: “Un noche, se vio un gran destello en el cielo que nos emocionó. Las cámaras lo captaron, el destello en su máxima intensidad, duró unos segundos, pero los efectos residuales luminosos se mantuvieron unos minutos y poco a poco se fueron diluyendo, y fue entonces cuando se advirtieron dos pequeños puntos luminosos, uno se diluyó de inmediato y el otro, que se mantuvo algo más, se fue elevando poco a poco hasta adquirir una extraña forma, primero, de aspecto fetal. Posteriormente tomó el aspecto de un astronauta, hubo tiempo de hacerle una fotografía y se alejó...” Aquella experiencia marcó ya el devenir de futuras investigaciones, Manuel Osuna lanzó la hipótesis de una “nave” sobre Sanlúcar de Barrameda que habría lanzado un holograma para avisar a los observadores de lo que sucedería sobre la finca...

El equipo de Manuel Osuna también fue innovador en su época y gustaba de usar o hacer fotografía con película infrarroja para tratar de captar por ese medio aquello que el ojo humano no es capaz de ver, era “fotografiar lo invisible” como le gustaba decir. Una de esas noche algo insólito ocurrió que no descubrieron hasta revisar en sus domicilios el material de la investigación: en una de las fotografía realizadas con película infrarroja se distinguía perfectamente lo que parecía ser el rostro de un desconocido frente al objetivo, alguien, que a decir de los testigos, no estaba allí presente y que pertenecía a otro mundo, a otra dimensión o a otro universo desconocido... era la fotografía mítica del caso “El Condesito” y la que a la postre inmortalizaría este caso para la posteridad en los anales de la ufología nacional.

El rostro, pertenecía a un desconocido de 1,85 metros de altura, con las cavidades oculares claramente marcadas, larga nariz, orejas excesivamente pegadas al “cráneo” y lo que aparentemente se calificó de barba o zona barbada. Aunque se dieron mil explicaciones a esta presunta fotografía de un extraterrestres al final prevaleció la hipótesis más arriesgada y se le pasó a denomina como la “fotografía del extraterrestre de “El Condesito” “... Todos llegaron al convencimiento, tal vez llevados a él por la figura dominante de Manuel Osuna y Helio Contreras, que lo visto aquella noche era la prueba irrefutable de la realidad OVNI entre nosotros. A Osuna y Contreras les gustaba pensar que aquel ser captado era un extraterrestre “que se había dejado fotografiar para dejar evidente la prueba de su existencia a aquellos buscadores de OVNIs”.

Los OVNIs de Rociana

Los fenómenos prosiguieron y también en plenas marismas onubenses, en pleno Coto de Doñana, se pudieron ver luminiscencias que formaban espirales, círculos y otras formas luminosas que dejaban impresionados a nuestros testigos-investigadores.

Las investigaciones no eran nuevas en la zona, ya se había investigado y se habían realizado observaciones OVNIs en ella durante el año 1974 (comenzando el 17 de Julio) y a partir de esa fecha continuada en el tiempo y los años.

En Septiembre de 1975 dentro de “El Condesito”, cuya propiedad era de Francisco Ferraro Bejarano, se capta algo que llena de estupor a los asistentes... una psicofonía que decía: “Ya-qui” y que entendieron en su ambigüedad como “Ya aquí” o “ya estamos aquí”, todo ellos tras ser observados unos objetos luminosos que también fueron calificados aquella noche de misterio y emociones como OVNIs. Igualmente se captaron en aquellos rudimentarios, aunque no exentos de calidad, magnetófonos unos golpes sobre un objeto metálico de no excesiva resonancia... nadie sabía de donde surgieron aquellos golpes que nadie de los presentes pareció haber provocado.

Las sorpresas no abandonaban a este grupo de pioneros y en una posterior visita una nueva voz del misterio es captada por sus magnetófonos, en esta ocasión se capta un vocablo inglés: ”Hop” que es traducido equívocamente como “espera, confía y ten esperanza”.

Incluso hay quien afirma que se grabaron otras psicofonías que decían “Manolo” por Manuel Osuna, como si todos aquellos mensajes e inquietantes fenómenos desconocidos estuvieran dedicados a convencimiento ulterior de Manuel Osuna de la existencia real de todo aquello que había investigado ante su desarrollada enfermedad, era como si algo o alguien lo estuviera premiando por su carrera paranormal en una vida que ya se le apagaba por momentos.

En aquellas experiencias psicofónicas también parecían disponer de un guía o enlace con ese lado desconocido, llamado Oxalc y con claras tendencias argumentales del IPRI o los contactos con el grupo peruano del entonces periodista Juan José Benítez.

No puedo olvidar en este apartado que nuestros pioneros también se apoyaron en la ouija como método de contacto, en su convencimiento de que cualquier método es bueno si ese contacto se daba y podía captarlo y demostrarlo, eran otros tiempos, eran otros métodos... quizás más crédulos pero también menos viciados que los que se dan en la actualidad.

Nuestro lector, en esta ruta apresurada por lo más importante sucedido en la onubense finca de “El Condesito” podría pensar que el caso tenía y tiene todo aquello que un investigador del misterio, de lo desconocido busca: psicofonías, ouija, mensajes extraños, un guía “el más allá”, OVNIs, apariciones extraterrestres y extrañas formas que parecían indicar que las voces del otro lado o los No Identificados estaban iniciando el contacto pero... pero no, no es todo así, sólo hemos expuesto una parte, una parte que nos muestra lo que consiguieron y captaron aquellos aventureros del misterio que marcaron una senda a generaciones posteriores, con todos sus valores, defectos y virtudes...

Consulta más misterios en ‘Huelva Sobrenatural’, de José Manuel García Bautista. Niebla Ediciones.

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