La Plaza de la Merced en la visión de Laurent y Compañía
En el Titán
La Casa J. Laurent y Compañía realizó un interesante trabajo fotográfico en Huelva entre 1880 y 1883 de edificios y lugares de interés de una ciudad sencilla
La fotografía de J. Laurent y Compañía bien merece un comentario. El cambio en la zona ha sido bastante importante. Lo que en primer lugar refleja es la importancia de la iglesia conventual de la Merced como una gran aportación a esta zona de la Vega Larga por parte del duque de Medinasidonia, Alonso Pérez de Guzmán, que lo funda en 1605. Donde debió estar la ermita de San Roque, en este lugar que era una de las entradas de la ciudad, como la calle San Sebastián donde se encontraba la del copatrón de la ciudad.
Más que una plaza, al principio era una gran explanada terriza y humilde, limitada por modestas casas. Mientras que la cuesta también era una prolongación terriza, donde se instalaban los cacharritos de la Velada de la Cinta.
Una explanada que no va a tener arboleda hasta mediados del siglo XIX, como relata Diego Díaz Hierro en su Historia de las Calles de Huelva. Se vestirá de las elegantes palmeras a final de aquel siglo, gracias a la celebración del IV Centenario del Descubrimiento de América que hace despertar a la ciudad que se hermoseará.
Una plaza que hasta 1921 aun estaba terriza y pocos años después se promoverá un proyecto municipal para su urbanización y embellecimiento. Una plaza que estuvo marcada por el templete para la música y la Velada de la Cinta y sus esbeltas palmeras. Hasta que un día toda la plaza cambió su fisonomía y quedó aún más asfixiada por el tráfico que la rodea, al convertirse en uno de los núcleos de distribución de tráfico con mayor volumen de la ciudad.
La sencillez del XVI
La fotografía la debió realizar alguna persona por encargo de la Casa Laurent, no se piensa que el propietario por su edad viniera a Huelva. En la imagen se ofrece una visión de la fachada de la iglesia con las hornacinas vacías, aunque con el epigrafiado clásico. La plaza se ve que es toda terriza, con solo una acera delante del porche. El convento solo tiene dos plantas. En la esquina una sencilla farola. No había palmeras, sí en el Paseo de la Independencia se ve un árbol.
Las esbeltas espadañas
La creación de la Diócesis lleva consigo una gran reforma que le da una mayor esbeltez al edificio con las nuevas espadañas que se terminaron en 1977; siguió su estilo clásico barroco con reminiscencias americanas, completando sus hornacinas con imágenes realizadas por León Ortega. Con anterioridad la Diputación, como propietaria de iglesia y convento, levantó un segundo piso, en 1952, cuando estaba dedicado a hospital provincial, en la actualidad sede de la Universidad de Huelva.
La plaza en sus orígenes tenía un triunfo de la Inmaculada Concepción, que hablaba del carácter espiritual de la zona junto a la iglesia y convento de la Merced, que siempre fue lo que le dio belleza al lugar. Era la fachada o la cara de un barrio que tomó de él su nombre y lo amplió más allá de la propia plaza. Un lugar emblemático de Huelva. Una zona por donde se abría la ciudad hasta el Humilladero de la Cinta.
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