La Policía centró la investigación desde el primer día en Del Valle

Los agentes policiales realizaron un exhaustivo seguimiento del sospechoso allá donde se trasladó

El delegado del Gobierno en Andalucía, Juan José López Garzón, se dirige a ofrecer una rueda de prensa.
C. Sáez / Huelva

28 de marzo 2008 - 01:00

La Policía no abandonó desde el primer momento de la desaparición de Mari Luz la hipótesis de que el ahora detenido como presunto autor del asesinato, Santiago del Valle, pudiera tener alguna relación con el caso. Esto incluso cuando comenzaron a aparecer en el escenario pistas que pudieron esclarecer el paradero de la pequeña como fue el caso de una testigo que dijo haber visto cómo dos hombres cogían a la pequeña, la introducían en una furgoneta blanca y se la llevaban. Cuando la Policía tuvo noticias sobre el posible paradero de la niña en distintos puntos de la península se realizó una investigación exhaustiva pero paralelamente se mantenía la sospecha sobre el vecino de la menor. Tal es así que incluso cuando fue interrogado por la Policía en Granada y fue puesto en libertad por no encontrar ninguna prueba inculpatoria tampoco le perdieron de vista. Así lo explicó ayer en rueda de prensa el delegado del Gobierno en Andalucía, Juan José López Garzón, quien aseguró que la red policial de toda España contaba con información puntual sobre el individuo.

A pesar del 'fracaso' del interrogatorio en Granada, donde Santiago del Valle, fue localizado después de huir con su mujer de su domicilio de El Torrejón al día siguiente que desapareció Mari Luz, el análisis pormenorizado y la búsqueda de contradicciones en la declaración del sospecho condujo a la Policía a tomar la decisión de volver a interrogarlo, ya cuando se encontraba en Pajaroncillos (Cuenca), donde sin él saberlo estaba localizado, momento en que reconoció su implicación en los hechos de la desaparición y muerte de la pequeña.

Esa declaración es determinantes, según dijo López Garzón, para detener a Del Valle, al modificar sustancialmente la versión que había ofrecido en primera instancia. Fueron miembros de la Policía de Huelva trasladados hasta el pueblo conquense los que procedieron a interrogar a presunto asesino, así como a su esposa y a su hermana que también se encontraban allí, la primera que ha sido imputada en el caso pero puesta en libertad y la segunda detenida y puesta a disposición del juez instructor.

López Garzón resaltó que la labor de investigación policial ha sido fundamental para proceder a la detención del supuesto criminal y al esclarecimiento del caso, cuyo proceso se completará ahora con los datos extraídos de las dos autopsias y de otras pruebas complementarias que se encuentran bajo secreto de sumario.

El jefe superior de la Policía Occidental de Andalucía, Enrique Alvarez, explicó que el primer contacto con el imputado se produjo en su domicilio, la misma noche de la desaparición de Mari Luz, ya que Del Valle contaba con antecedes penales por pederastia y después de que la familia de la desaparecida irrumpiera en su casa en busca de la niña.

En principio las labores de investigación se centraron en conocer qué había ocurrido con la niña y cuál era su paradero, ya que sólo se tenía constancia de que no había regresado a casa después de ir a un kiosco próximo a la plaza Rosa a comprar chucherías.

Pero al día siguiente, la Policía ya inició un trabajo metódico no ya de la búsqueda de la pequeña, por considerar que por la presencia vecinal del pederasta el caso podía adquirir tintes "feos". De esta forma a primeras horas de la mañana, se realizaron las primeras pesquisas entre vecinos del barrio, por cuanto que "el individuo había desparecido" de su domicili sin dejar rastro. La hermana del presunto culpable declaró a la Policía que Santiago del Valle había partido hacia Sevilla, un hecho que fue corroborado después, ya que fue visto en la estación de Santa Justa con su esposa portando dos maletas. Ya en ese momento, la intención de las fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado era proceder a su detención para realizarle un raspado de uñas y hacerse con su ropa para obtener restos biológico o fibras.

Ese mismo día, la Policía realizó un seguimiento del sospechoso y pudo comprobar que fue visto en las proximidades de la ronda de Tamarguillo, donde había estado viviendo en una chabola y en una tienda de campaña. Los propios vigilantes de una gran superficie comercial de la zona corroboran que había estado por allí, porque además ya lo habían visto en otra ocasión abusando de una menor.

Inmediatamente, la Policía repartió su fotografía y estableció contactos con el resto de las comisarías provinciales de Andalucía y otras de Castilla La Mancha, por lo que finalmente fue localizado en la estación de autobuses de Granada donde estaba comprando un billete para trasladarse a Madrid. El intento de Santiago del Valle de desaparecer sin dejar huella abundó en la hipótesis de su posible relación con la desaparición de Mari Luz, si bien argumentó que se había marchado de su domicilio porque habían entrado y por temor a que le pudiera ocurrir algo al tener antecedentes. Según relató Alvarez, en el interrogatorio de Granada ya incurrió en algunas contradicciones respecto a las declaraciones que realizó la noche del día en que la pequeña fue vista con vida por última vez. Pero no se obtuvieron pruebas objetivas ni había orden de busca y captura para proceder a su detención, por lo que fue puesto en libertad.

Sin embargo, a medida que la Policía fue "hurgando en su vida" y constatar que se trataba de una "alimaña social", para evitar perderlo de vista se puso en marcha un "control específico" en el sistema informático policial. El sospechoso se trasladó y fue visto y seguido después en Madrid, Sagunto, Utiel y finalmente fue a parar a Pajaroncillos, donde estuvo residiendo más de un mes. Allí siempre estuvo bajo vigilancia. La Policía incluso pudo comprobar que mantuvo contacto con algunas instituciones, ya que una de sus fuentes de ingresos era los cursillos que realizaba en colegio e institutos, donde "estaba en su salsa" rodeado de menores.

Del pequeño pueblo conquense, Santiago del Valle y su hermana, ya no salían en libertad después de prestar declaración y de ser detenidos por su relación con la muerte de la pequeña de el Torrejón cuyo cuerpo sin vida fue hallado el 7 de marzo en agua del río Tinto.

López Garzón pide sosiego, calma y tranquilidad

El delegado del Gobierno en Andalucía, Juan José López Garzón, hizo ayer un llamamiento al “sosiego, calma y tranquilidad” de todas las personas que sentimentalmente “están afectadas por estos hechos tan tremendos desde hace dos meses”, e insistió en que “se debe dejar trabajar a la Policía, que ha demostrado su eficacia y capacidad y va a haber justicia”.

En rueda de prensa López Garzón agradeció la colaboración ciudadana que la investigación solicitó y obtuvo, así como las colaboraciones en las labores de búsqueda de forma desinteresada se realizaron durante muchos días, al tiempo que lamentó los incidentes registrados en la tarde a las puertas de la Audiencia Provincial de Huelva por los que han resultado heridos dos profesionales de los medios de comunicación que cubrían la llegada de los dos detenidos a las dependencias judiciales.

El delegado del Gobierno en Andalucía insistió una y otra vez ante los periodistas que a la Policía Nacional “no le consta que haya ni hubiera habido durante la investigación del caso Mari Luz” una orden de busca y captura contra Santiago del Valle, el detenido como principal sospechoso por la muerte de la niña y que ayer pasó a disposición de la Juzgado número 1 de Huelva, al igual que su hermana, tras ser detenidos e interrogado en Cuenca, donde se habían trasladado.

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