El Polvorín le da las gracias a la Virgen
Te Deum en la parroquia del Sagrado Corazón de Jesús el día después de la coronación canónica
El Polvorín recobraba ayer la tranquilidad del barrio, la vida cotidiana, el comentario de vecina a vecina... Daba gusto volver a estar entre sus calles, recorrer Puebla de Guzmán o Presbítero Pablo Rodríguez y de nuevo sentir cómo el sol irradia su luz sobre la soberbia fachada del Sagrado Corazón de Jesús. Era la tranquilidad después del gozo desbordante de todo un día de coronación, de todo un año, de muchos años. Era el regusto de lo bien hecho, de hablar y de recordar, de abrazar al amigo. Si en la procesión el hermano mayor Isidoro Olivero se llevó muchos achuchones con los arreones del paso y la multitud delante del paso, ayer lo que se llevó eran los abrazos en la tranquilidad delante del paso de María Santísima de la Victoria Coronada. Estaba tal cual lo había dejado posado en la madrugada la cuadrilla de costaleros. Enrique Izquierdo, su capataz también estaba contento, lo mismo que Nicasio Durán el vestidor que se gozaba en todo lo que había disfrutado, muchísimo, pero igualmente había sufrido muchísimo. Le envolvía el suspiro de la gracia del rostro de la Victoria que tan cerca lo tuvo el día de su coronación.
Antonio Rivera parece que todavía esta haciendo los centros de flores para ese maravilloso altar de la coronación que nunca se le borrará de los sueños más hermosos.
Pero todo sigue y se espera el próximo sábado. Será todo el día contestaba el hermano mayor. ¿En la capilla?, no no, rápidamente respondía el prioste, Álvaro de la Corte. Que dice que es un besamanos extraordinario y la Virgen deberá ir al altar mayor. Así que a hablar de nuevo con don Miguel que por supuesto dice a todo que sí.
Lo cierto es que el párroco del Sagrado Corazón de Jesús, Miguel Fuentes, se sentía en este día especialmente satisfecho y agradecido por la coronación canónica y en esta misa de acción de gracias recordó todo este tiempo vivido. Lo importante que había sido para la parroquia, las muchas visitas, la de los enfermos o la de los niños del colegio Tartessos que venían con sus ramitos de flores. Una coronación canónica que ha venido precedida por tantas y tantas ilusiones, "por eso -dijo- damos gracias a Dios a través de Ella y a Ella, porque hemos vivido tan importante acontecimiento, en el reconocimiento para toda Huelva que María sí vale la pena estar cerca suya".
Resultó una ceremonia entrañable, el templo estaba a rebosar de gente, pero se vivía de una manera muy especial, muy íntima, muy de misa de domingo, de barrio y de hermandad. Tan entrañable que don Miguel bajó del presbiterio y se puso a preguntar qué le pedían a la Virgen de la Victoria. El primero Manolo Catalán, que dijo que más que pedir siempre hay que darle gracias, luego Toribio Suero que en su buen saber estar ha resuelto muchas cosas, después otros compañeros de junta hasta llegar al hermano mayor.
Al final de la misa Isidoro Olivero subió al altar para dar gracias a todos por hacer realidad la coronación canónica y muy especialmente tuvo palabras de cercanía para el párroco Miguel Fuentes. Se cantó la Salve solemne a coro por todo el pueblo congregado delante del paso del palio donde aparecía reluciente María Santísima de la Victoria Coronada con toda su candelería encendida. Por delante de su paso desfilaron cientos de personas, tiempo ahora para recrearse en la hermosura de la Señora con su nueva corona, de apreciar los detalles de ver la hermosura del conjunto del paso del palio con los nuevos faldones bordados. Era la ocasión para la tranquilidad, lo íntimo, la cercanía... De saber que la Virgen está de nuevo en casa y que todo comienza ahora, porque este sí es el momento de la coronación canónica que reproducirá en el día a día.
Hoy todo concluye con un viva a la Virgen de la Victoria Coronada, que es lo que todos querían.
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