Prácticas emocionalmente inteligentes para revolucionar tu carrera profesional

Gente Inteligente

Descubre aquí técnicas muy prácticas para mejorar tus habilidades emocionales y destacar en tu entorno laboral o donde tú quieras

Estrategias diarias para aumentar tu tolerancia a la frustración y sufrir menos

Mujer en su puesto de trabajo.
Mujer en su puesto de trabajo. / M. G.
Lola Pelayo

19 de noviembre 2023 - 05:00

Sí, también en el trabajo la Inteligencia Emocional es tu mejor aliada. Seguro que ya sabes que ser inteligente no es sólo una cuestión de coeficiente intelectual, es una cuestión de habilidades emocionales, que son las que verdaderamente marcan la diferencia y que, además, como te propongo en este artículo, se pueden entrenar.

Así, tanto si estás buscando un empleo o dando tus primeros pasos profesionales, como si lo que quieres es darle un nuevo impulso a tu carrera, dedícale tiempo al desarrollo de tu inteligencia emocional con ejercicios como los que te propongo a continuación.

Debajo de todos ellos están las habilidades emocionales básicas y el mismo objetivo que te comparto siempre: desarrollar tu capacidad para identificar, comprender y gestionar tus emociones y las de las demás personas. Este es un factor clave especialmente en un mundo laboral cada vez más dinámico y desafiante. Porque la habilidad técnica es importante, claro que sí, pero la diferencia la marcan quienes además destacan por cómo interactúan con sus colegas, por cómo gestionan el estrés, por cómo toman decisiones o enfocan los conflictos, y un largo etcétera que poco tiene que ver con la inteligencia tradicional.

Reto de 30 días para el autoconocimiento

Desafíate e inicia un reto de autoconocimiento en el que cada día, durante un mes, te enfoques en una emoción o reacción tuya diferente. Puede ser algo como "Hoy observaré cada vez que sienta frustración y anotaré qué la provocó", “Hoy me fijaré cada vez que me enfade en cómo lo hice y por qué fue” … Al cabo de los 30 días tendrás un panorama claro de tus patrones emocionales, el primer paso para gestionarlos mejor y tomar decisiones acertadas.

Meditaciones guiadas para la autorregulación

Ni siquiera tienes que iniciarte en alguna de las disciplinas que fomentan la meditación como el yoga o el mindfulness. Simplemente prueba a hacer meditaciones breves en tu día a día laboral, especialmente antes de las situaciones estresantes. Por ejemplo, antes de una reunión importante o al empezar la jornada, dedica cinco minutos para parar, respirar y procurar frenar tus pensamientos negativos dándole toda tu atención a la respiración. Te va a ayudar a mantener la serenidad y a pensar con claridad, incluso en los momentos más tensos.

Proyecto 'Zapatos ajenos' para la empatía

Un día cada semana, elige a un o una colega y dedica esa jornada a observar su comunicación, desafíos y logros, imaginándote cómo sería estar en su lugar. Y no lo hagas con superficialidad, ni con juicios. Simplemente imagina que eres él o ella. Esto no solo te ayudará a entender mejor a quienes trabajan contigo, sino que también fomentará un ambiente laboral más empático y colaborativo. El sueño de cualquier responsable de equipo.

Solicitud de opiniones para tus habilidades sociales

Qué difícil puede llegar a ser pedir información al entorno sobre el eco que dejan tus conductas. Pero la gente inteligente es valiente, y es honesta, así que pide a tus colegas que te den feedback, que te cuenten cómo perciben tu comunicación. ¿Realmente prestas atención? ¿Interrumpes mucho? ¿Tu comunicación es pasiva, agresiva o asertiva? ¿Cómo enfocas los problemas? Usa toda esa información para comprender a las demás personas y, sobre todo, para tomar decisiones de cómo mejorar. Otro sueño para quienes gestionan el clima en cualquier entorno laboral.

Mentoría inversa para la mejora continua

Aprender de alguien con una perspectiva fresca y diferente puede ser muy enriquecedor. Así que no esperes a que tu empresa o tu entorno lo ponga en marcha de forma estructural, y cuéntale esta estrategia a alguien más joven, más mayor o de un departamento diferente que quiera crecer contigo. Emparéjate en una doble mentoría con esa persona durante un tiempo más o menos largo, para compartir opiniones, inquietudes y desafíos. Ni siquiera tenéis que fomentar la amistad, tan sólo servir de espejo a la otra persona. Esto te permitirá ver tu trabajo desde una perspectiva distinta y aprender nuevas formas de abordar desafíos.

Estas técnicas te ayudarán a conocerte mejor, a conectar con tus colegas y a navegar los desafíos del trabajo con mayor confianza y eficacia. Y si gestionas equipos, ¿qué te parece proponerle a tu gente estas tareas? Y si aún no tienes trabajo, ¿cómo te parece que las puedes replicar en tu entorno más personal? Recuerda que la clave está en la práctica constante y en la apertura a nuevas experiencias.

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