La Prensa de Huelva recupera su historia
Retorna el pergamino otorgado, en 1925, a Eduardo Palacio Valdés El periodista mantuvo desde la FAPE una estrecha relación con la asociación onubense
Una obra de arte, como así lo reconocía la prensa onubense en 1925, es el documento excepcional recuperado por la Asociación de la Prensa de Huelva, que fue presentado en la sede de la entidad en la tarde de ayer. Es el reconocimiento al periodista Eduardo Palacio Valdés (1884-1970), secretario de la Federación de la Prensa Española, que recibía la distinción de Cónsul de Honor de los periodistas de Huelva en Madrid. Un nombramiento que hoy puede parecer curioso o anecdótico, sin embargo es especialmente relevante. Palacio Valdés fue persona clave para mantener el vínculo de Huelva con lo que se movía en el mundo periodístico nacional, incluso participando en la fundación de la FAPE, en 1922.
Es una aportación del trabajo de investigación que está realizando Eduardo J. Sugrañes, jefe de Cultura de Huelva Información, sobre la historia de la Asociación de la Prensa de Huelva y que ha adquirido la propia asociación en una subasta, convirtiéndose en su documento más antiguo. El pergamino fue presentado ayer por Rafael Terán, presidente de la Asociación de la Prensa de Huelva.
Eduardo Palacio Valdés fue una persona clave en la Asociación de la Prensa de Madrid y para la FAPE, siendo su primer secretario. Su vocación periodística se manifestó desde muy joven, habiendo comenzado las carreras de Arquitectura y Abogacía, ingresó en el periódico maurista de Guadalajara La Región, en 1907. Después perteneció a las redacciones de El Diario de Avisos, de Segovia; La Opinión, de Oviedo; Diario de Ávila. En 1910, se traslada a Madrid para ser redactor de La Época, para pasar a ABC, trasladándose posteriormente a la redacción de este periódico en Sevilla, en 1938; de ahí, al siguiente año, a La Vanguardia de Barcelona, como redactor-jefe y luego subdirector, donde estuvo hasta su jubilación, en 1963. A su fallecimiento, en 1970, se dijo de él que "no hubo actividad periodística, en los largos años que dedicó a la profesión, donde no revelara su vivacidad, su actividad, su sagacidad de informador y comentarista". Se reconocía, igualmente, que su labor convirtió a la FAPE "en la esplendorosa entidad que hoy favorece a todos los periodistas".
Destacó siempre por ser un excelente crítico taurino, eso le hizo instituir en la Asociación de la Prensa de Madrid, en su etapa de secretario, el premio de La oreja de oro, como complemento a la tradicional corrida de la Prensa. Galardón que en su tercer año se le concedió a Manolito Báez Litri, entregado el 2 de agosto de 1925, lo que venía a significar al valeroso toreo en una carrera que se esperaba grandiosa y truncada en la tarde del 11 de febrero de 1926, en Málaga; falleciendo a los siete días después por la cornada de un toro.
Antes de recibir el pergamino homenaje de Huelva, a Eduardo Palacio Valdés se le concedió la cruz de Alfonso XII, en 1924, a lo que respondió la asociación onubense "felicitándole entusiásticamente". En 1928 se suma al homenaje de la insignia de la Legión de Honor.
Eduardo Palacio acudió a Huelva para entregarle a Manuel Báez Litri La Oreja de Oro que le otorgó la prensa el 2 de agosto de 1925, dentro de los festejos taurinos de las Fiestas Colombinas. Un acto que constituyó todo un acontecimiento para la ciudad. En el momento de la entrega estalló la plaza en "una ovación ensordecedora que duró largo rato. La música interpretó al mismo tiempo el pasodoble Litri. El momento, repetimos fue emocionante. Manolito visiblemente emocionado dio la vuelta al ruedo mostrando al público el premio".
El secretario de la FAPE participó de las Fiestas Colombinas, visitando el monasterio de La Rábida, donde firmó en el libro de oro, acompañado de Manuel Siurot. A raíz de esta visita se promueve a iniciativa de la Asociación de la Prensa regalarle un pergamino como recuerdo de su estancia en Huelva, para lo que se abrió una suscripción popular.
El pergamino del homenaje lleva la fecha de 30 de septiembre de 1930, con la firma del presidente, José Pablo Vázquez; el secretario, Ezequiel Pardo, y la de los tres periódicos locales, Diario de Huelva, Moreno Ortigosa; El Defensor, Cecilio Romero; y La Provincia, Modesto Pineda. Un trabajo realizado por el artista local Celso Morales, que recibió muchas felicitaciones por la obra. El cuadro del pergamino tiene al dorso una etiqueta de la Caja General de Reparaciones, ya que fue incautado en plena Guerra Civil por Agentes de la 1ª Brigada de Investigación Criminal, en su casa, el 15 de julio de 1938.
En el 20 septiembre de ese año, Manolito Litri ofrendó la oreja de oro a la Patrona de Huelva, la Virgen de la Cinta.
También te puede interesar
Contenido ofrecido por CLECE
Las personas que residen en el primer centro CleceVitam de Huelva participan activamente en la vida sociocultural de la capital y provincia