Proyecto CirCular: El móvil que soñó con ser un aerogenerador
Atlantic Copper recuperará con el proyecto CirCular metales de los equipos eléctricos y electrónicos una vez procesados por proveedoras especializadas para reintroducirlos en la cadena de producción
Huelva/Hay estimaciones que apuntan a que este mismo año 2022 se generarán en el mundo unos 59 millones de toneladas de residuos de aparatos electrónicos y eléctricos (RAEE). Esta cantidad, siguiendo las mismas previsiones, alcanzará los 75 millones en 2030, en una senda de crecimiento permanente.
Ya en 2019, con cifras cerradas en la mano, el mundo generó 53,6 millones de toneladas de RAEE, de los que 9,3 millones (un 17,4%) quedaron oficialmente documentados como recogidos y reciclados de manera adecuada. El destino del resto es incierto, y su paradero y repercusiones ambientales y para la salud son, en muchos casos, una incógnita.
Estos equipos eléctricos y electrónicos contienen al final de su vida útil un alto contenido en metales que pueden ser recuperados tras un desmontaje, clasificación previa y tratamiento posterior. Hablamos de electrodomésticos, dispositivos móviles, tablets, ordenadores… Hablamos de sus componentes electrónicos, de circuitos impresos, discos duros, procesadores etc. Hablamos de cobre, níquel, estaño, oro, plata y paladio. Metales que forman parte de nuestro día a día y que, a través del proyecto CirCular de Atlantic Copper, se incorporarán a nuevos procesos industriales para volver a los mercados y cubrir una buena parte de la demanda de sectores como el de las energías renovables o el de la movilidad sostenible. Son metales transcendentales que estarán presentes en la transición energética, el vehículo eléctrico o la digitalización y electrificación de la sociedad.
Efectivamente, el mercado de materias primas metálicas está al alza por el aumento del consumo de los grandes retos de la sociedad actual, como son la urbanización, la electrificación, la digitalización, el consumo de electrodomésticos, televisores, aparatos de telefonía, etc. Y, evidentemente, se hace necesario complementar la actividad minera tradicional con el reciclado.
“Las necesidades futuras de cobre y de otros metales deben contar con el apoyo fundamental de la actividad secundaria, que reduce el impacto ambiental y convierte, de manera sostenible, en materias primas aparatos y utensilios que están en nuestra vida diaria. En 2050, el consumo de cobre se estima que pueda alcanzar los 57 millones de toneladas, mientras que en 2021 ha sido 30 millones. No podemos doblar el suministro de cobre sólo con material reciclado, pero sí debemos pensar en optimizar la utilización de todos los recursos disponibles”, subrayado Carlos Ortiz, director de Metalurgia de Atlantic Copper.
Hoy en día, controlar y profesionalizar el reciclado de estos RAEE parece ser una solución viable para evitar que estos residuos terminen abandonados o comercializados de forma ilegal y fuera de cualquier estándar de seguridad, con el consiguiente impacto medioambiental y para la salud que supone el abandono o el vertido incontrolado. De ahí que CirCular no solo se va a convertir en un vector de valorización de estos residuos en su fase final, sino que será un proyecto tractor para empresas especializadas.
Para Atlantic Copper, la trazabilidad del producto final pasa por estrictos controles de seguridad en origen y en los gestores de residuos como parte de la política de suministro responsable de la compañía.
La materia prima del proyecto
“Precisamente, nosotros somos el último eslabón de una cadena que arranca en los puntos limpios o en las tiendas de electrodomésticos. El viaje comienza en el instante en que los RAEE entran en una planta de clasificación y tratamiento donde se separan unos elementos o fracciones de otros. Por ejemplo, plástico, vidrio, metales, componentes reutilizables, etc. En España hay multitud de empresas recicladoras que se dedican a esta tarea y Atlantic Copper será el destino de las fracciones metálicas no férreas con contenido en cobre, con el fin de recuperar metales de una forma sostenible y con plena circularidad”, explica Ortiz.
La materia prima que se unirá al concentrado de cobre tradicional, el que procede de las explotaciones mineras, es otro concentrado metálico secundario que ya viene preprocesado. A Atlantic Copper no llegarán electrodomésticos como lavadoras, refrigeradores o televisores. Tampoco pantallas LED o componentes periféricos de ordenadores. “No, no le corresponde a la empresa metalúrgica hacer ese trabajo porque para eso están los gestores y recicladores de RAEE, quienes prepararán la materia prima que tratará Atlantic Copper”, confirma Ortiz.
El proyecto contará con dos espacios diferenciados: logístico y técnico. El primero, a modo de planta de recepción donde llegarán estas fracciones metálicas trituradas y clasificadas o en un estado previo a la trituración (e-material), bajo los más estrictos controles de seguridad medioambiental y de salud, como así se hace hoy en día con el concentrado de cobre y otros materiales reciclados. “En este espacio se clasificarán y analizarán estas materias primas secundarias para posteriormente ser incorporadas al proceso productivo de Atlantic Copper”, apuntala el director general de Metalurgia.
Y un segundo, puramente técnico, y que constituye uno de los avances tecnológicos más importantes del mundo en el campo de la metalurgia, que “a través de una segunda vía complementaria al proceso actual, nos permitirá emplear material secundario manteniendo los mismos estándares de seguridad y calidad bajo los que llevamos trabajando desde hace más de medio siglo”.
En total, el proyecto representará inversiones de unos 285 millones de euros y prevé la creación de 70 empleos directos y 280 indirectos e inducidos, así como 250 adicionales durante los dos años de la fase de construcción de una planta de última generación.
“CirCular supondrá un uso eficiente de los recursos naturales, así como energéticos, y potenciará la correcta gestión medioambiental de este tipo de residuos electrónicos. Es el máximo exponente tecnológico en recuperación de metales no férreos y preciosos contenidos en los RAEE. El proyecto es fruto de nuestras políticas de innovación constante, donde invertimos una media anual de 10 millones de euros en proyectos de eficiencia energética y medio ambiente”, prosigue Ortiz.
El director general de Metalurgia de Atlantic Copper apunta en este sentido que CirCular no es una “nueva industria” o una “nueva empresa”, ni tampoco es una “nueva actividad” dado que se trata de procesos metalúrgicos bien conocidos por el equipo técnico de Atlantic Copper.
El futuro de la minería urbana
CirCular surge en un momento en el que la minería tradicional no puede satisfacer por sí sola las necesidades de metales críticos para lograr los grandes retos de sostenibilidad. La actividad primaria y el reciclado complementan el suministro, aunque ambos deben ser promocionados. En este sentido, CirCular es un complemento perfecto porque añade concentrado de fuentes recicladas con la consiguiente producción de cobre de una forma más sostenible, además de propiciar una mayor independencia en la cadena de suministro o una reducción del impacto medioambiental, etc. De hecho “este proyecto es un refuerzo importantísimo para nuestra actividad ya que tendremos capacidad de tratar 60.000 toneladas al año de e-material, situándonos así a la vanguardia mundial en la valorización de estas materias primas secundarias”.
En 2019, España generó unas 890.000 toneladas de RAEE (en datos de Global E-Waste Monitor), de las cuales sólo unas 370.000 toneladas fueron gestionadas por recicladores autorizados, según Eurostat. Es decir, alrededor de 520.000 toneladas de equipos eléctricos y electrónicos en desuso se encuentran almacenados en nuestras casas (teléfonos móviles, pequeños electrodomésticos, cargadores, etc.), acaban en vertederos o son exportadas legal o ilegalmente hacia países con bajos estándares medioambientales donde se recuperan los metales de forma poco amigable con el medioambiente. “Con CirCular, se potenciará que una gran parte de estos RAEE con contenidos en métales críticos para la UE sean reciclados en España, reduciendo nuestra dependencia de estos metales tan importantes para la transición energética y la movilidad sostenible y actuará como catalizador de inversiones adicionales en toda la cadena de valor de gestión y reciclaje de RAEE en España, incentivando alcanzar mayores tasas de recogida y reciclaje de estos equipos electrónicos en desuso tal y como exige la WEEE Directive 2012/19/EU para todos los países miembros”, concluye Ortiz.
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