Psicología y Salud: Aceptación de una ruptura

Todo está en tí

Una relación de pareja es una fuente muy importante de felicidad, por lo que romper puede generar estrés y malestar, de ahí que te ofrezca varios consejos para superarlo

Psicología y salud: La falta de control de impulsos

Una pareja rompe su relación.
Una pareja rompe su relación. / M. G.
Emma García Mendoza

07 de abril 2024 - 06:00

Huelva/Hay ocasiones en las que las relaciones llegan a un punto final, ya sea por una de las partes o por ambas. La relaciones de pareja son una fuente muy importante de felicidad y satisfacción, por lo que una ruptura puede convertirse en una de las mayores fuentes de estrés y malestar. Es cierto que cuando la ruptura es de mutuo acuerdo la recuperación suele ser mucho más fácil, pero cuando solamente es por decisión de una de las partes, la otra parte se queda muy afectada.

Una de las sensaciones que más siente la persona que no quiere dejar esa relación y le han dejado es la sensación de fracaso. Los pacientes que vienen a consulta por una ruptura amorosa suelen manifestar que están ante las peores experiencias por las que han pasado. Es verdad que el dolor es muy fuerte y eso puede provocar síntomas, tanto a nivel de salud emocional como física.

Una de las primeras partes que hay que trabajar son las emociones, ya que muchas veces evitamos sentir porque pensamos que nos va a doler menos. Las emociones están para sentirlas y transitarlas, ya que si no se quedan estancadas.

La primera fase de la ruptura es el shock, ya que la persona se siente desorientada y bloqueada, sobre todo, la que no ha decidido dejar la relación. Esto sucede más cuando no han habido señales anteriores, sino que te pilla de sorpresa. La persona que sufre más en esta ruptura, que es la dejada, suele tener problemas de insomnio, apatía y pérdida de apetito.

La nostalgia, la hostilidad y la tristeza suelen ser las emociones más representativas en esta situación, que puede durar de forma variable en el tiempo según el caso y la madurez que tenga esa persona ante la resistencia a la dicha situación. Una de las preguntas que hacen en consulta es la de cuánto tiempo les va a durar este dolor. Quieren correr para que pasen los días porque la persona cree que así se va a ir antes. Sin embargo, se necesita de un proceso que requiere su tiempo.

La tristeza es la emoción más latente en esta situación, además de una falsa sensación de fracaso, dado que la persona siente que no ha sido capaz de mantener esta relación y empiezan a venir los fantasmas de los deberías. Dicho de otro modo, lo que debería haber hecho y no hice. Pensamos que todo es culpa nuestra y, ante esta culpa, lo que la persona desea es tener contacto con su ex pareja y esto es muy contraproducente, ya que hace que la persona se sienta sin dignidad arrastrándose hacia su ex pareja.

La culpa también suele estar muy presente, porque en vez de aceptar la situación tal y como es, empezamos a buscar responsables y esto nos lleva a estar en ira y resentimiento para querer encontrar un sentido a la ruptura.

Cuando se acaba una relación no hay culpables porque hay libertad de elegir cómo queremos seguir nuestra vida y con quién. La persona que decide dejar a otra no es culpable, simplemente siente que ya esa persona no tiene que estar en su vida o que no le aporta. El querer buscar quién es el culpable hace que nos quedemos anclados en esta rabia y dificulta la recuperación.

Los espectadores, es decir, amigos y familiares de la persona, muchas veces se toman la libertad de dar opiniones sobre quién es el culpable, o lo mal que lo ha hecho uno u otro cuando en realidad aquí no hay culpables. Si bien es cierto que en la ruptura se pueden hacer las cosas de una manera más madura, normalmente al que dejan nunca se queda contento porque no quiere que se acabe la relación. Por eso es importante que no te juzgues, que dejes de buscar qué has hecho mal o qué podías haber hecho mejor. Deja de castigarte, sé compasivo contigo y empieza hacer cosas que te hagan sentir feliz.

Los sentimientos de inseguridad, soledad y abandono suelen ser muy frecuentes en las personas que son dejadas, ya que se encuentran acostumbradas a estar acompañadas y apoyadas.

Por eso, sentirse abandonado o menospreciado por la persona que nos ha dejado puede generar muchas inseguridades y bajar la autoestima, ya que empezamos a pensar que no somos suficiente. Esto lo que hace es centrarse en aspectos negativos que hacen que nos sintamos mucho más tristes, por lo que es aconsejable empezar a hablarse bien y tratarse con mucho amor.

Es muy importante la aceptación, que es lo que tanto trabajo nos cuesta. Cuando acaba una relación hay que aceptar que la otra persona tiene derecho a tomar sus decisiones porque es su vida, aunque nosotros no estemos de acuerdo.

En el paso de la separación es muy importante limitar el contacto con tu pareja, ya que muchas veces queremos hacerlo poco a poco, pero luego lo que haces es alargar una agonía y generarnos muchísimo más dolor. Una manera de quererte y respetarte es establecer límites y distanciarte de la persona, porque así te proteges a ti mismo y creas un espacio de seguridad en el que no sigues cuestionándote lo que has hecho mal.

El tener contacto con la persona hace que estemos continuamente evaluándonos y viendo que tengo qué hacer mejor o qué podría hacer ahora para recuperar o para poder conseguir que la persona vuelva y eso a la larga lo que hace es que sintamos que nos estamos arrastrando, es decir, perdiendo la dignidad.

Invierte tu tiempo en cosas nuevas y tu energía en cosas positivas, busca tu apoyo social y familiar y busca nuevos círculos de amistades. Vete a tu interior y busca pasiones, intereses y hobbies que estaban un poco aparcados cuando estabas en pareja, algo que puede sucede porque nos olvidamos esa parte nuestra. Es una gran oportunidad para volver a descubrirte y ver qué te apetece hacer en esta nueva vida.

Poco a poco empiezan a venir más días de bienestar que de tristeza y empiezan a regresar las ganas de arreglarse, de cuidarse, de salir a conocer gente nueva y empezar a descubrir una nueva persona en ti, ya que de todo sufrimiento salimos fortalecidos.

Así, a modo básico, los pasos más importantes que hay que dar en una ruptura, en la cual una de las partes no está de acuerdo en dejarlo serían: empezar a aceptar la situación, no buscar culpables, sentir las emociones de tristeza y nostalgia que vengan para transcenderlas, no engancharte a la tristeza, apóyate en seres queridos y amigos que tengas, limita todo lo que puedas el contacto con esta persona, deja fuera la víctima que solo hace que nos sintamos pequeñitos infantiles, no idealices un pasado que ya no existe y por supuesto, tampoco a tu ex, y empieza a abrirte a nuevos mundos y a nuevas personas. Es una oportunidad para encontrarte contigo y crecer en conciencia.

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