Psicología y Salud: Los asesinos de tu autoestima
Todo está en tí
La autoestima es necesaria para una buena salud mental, pero ciertos obstáculos, que guardan mucha relación con la sociedad, que nos impiden estar en paz con nosotros mismos
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Huelva/La autoestima es necesaria para tener una buena salud mental, para poder tener buenas relaciones interpersonales y para estar en paz contigo. Mark Twain decía que “la peor soledad es no estar cómoda con uno mismo” y podemos diferenciar entre personas que tienen una baja autoestima en unas áreas de su vida y elevada en otras áreas. Aquí trataremos a los 'asesinos' de la autoestima.
Uno de ellos es fingir que te parece todo bien o que estás de acuerdo cuando en realidad es mentira. Lo haces para evitar un conflicto. El que evita tener conflictos y se calla ante situaciones que no son justas al final tiene más conflictos. El motivo suele ser la ansiedad que le genera la situación y el miedo a que se enfaden contigo te lleva a aceptar lo que otros digan aunque tu no estés de acuerdo. Al hacer esto tu autoestima se resiente, dado que no eres fiel a ti mismo.
También cabe destacar que cuando algo te va bien o has conseguido algo, lo atribuyes a un golpe de suerte, y no a tus capacidades o esmero. Esto sucede si te felicitan o alguien te hace un elogio por lo conseguido y no te lo crees y piensas que te están mintiendo. Al atribuir tus logros a la suerte, tu autoestima se resiente.
Encontramos a ese 'asesino' en cómo te hablas internamente a ti mismo. Si te insultas, te desprecias, te machacas y atacas, tu autoestima cae en picado y el diálogo interno se hace más negativo. Funcionan como si fueran mejores o peores amigos. Tú eliges que quieres tener, si un enemigo o un amigo íntimo.
Igualmente, hay que añadir que, aunque el estar siempre retándonos es agotador, el no hacer o proponerte algún reto por miedo a fracasar o no conseguirlo, refuerza tu idea de "o soy capaz", bajando esa autoestima.
Por otro lado, influye el complacer y agradar en exceso o, lo que es lo mismo, ser un "felpudo" para los demás para buscar el aprecio de los otros, lo cual te hace sentir inferior.
La comparación con otros es el asesino mayor de la autoestima. Cuando nos comparamos con otros solemos salir perdiendo porque lo hacemos en áreas que solemos vernos inferiores a los demás y, además, dicha comparación suele ser en exceso y, como consecuencia, nos produce a veces envidia y culpa.
Que estemos a la defensiva es consecuencia también de una baja autoestima. Al estar suspicaz, estás en alerta ante cualquier comentario de los otros. Las emociones son miedo y tristeza continúa, no dejándote disfrutar el día a día. Ese miedo te lleva a estar a la defensiva y te vuelves agresivo o borde ante cualquier situación que sientes como una amenaza. Tus reacciones son exageradas dando lugar a problemas interpersonales, y así vuelves a confirmar que no les caes bien a nadie.
Del mismo modo, tiene mucho que ver el que te importe mucho lo que otros piensan de ti. Eso supone dejar en manos de los demás tu autoestima. Vives en continua angustia e incertidumbre sobre que piensan, dicen y sienten los demás hacia ti. El concepto que tienen los otros de ti es mayor al que tú tienes de ti. Sobrevaloras la opinión externa sobre tu persona. Pero es curioso, si el exterior te valora te hace un elogio no te lo crees.
Por último, es un asesino de la autoestima el sentirte solo continuamente y es porque, como no te quieres y te ves insuficiente, te sientes inseguro para relacionarte con los demás. Esto te lleva a evitar el contacto social.
Piensas que no puedes dar nada al otro cuando tu autoestima es baja, te da mucho miedo el rechazo y así refuerzas tu soledad. "No aporto, no me relaciono y, por consiguiente, me siento solo, y si estoy solo es porque en realidad es cierto todo lo que pienso negativo de mi. Un bucle. Todos estos asesinos de la autoestima se pueden eliminar dejando de verte así, con esos filtros.
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