Psicología y salud: Ansiedad o fobia social
Todo está en tí
A personas con este tipo de trastornos, las interacciones sociales les causan muchísima ansiedad, inseguridad y vergüenza por miedo a la evaluación de los demás
Celos sanos, celos patológicos
Huelva/Ahora en esta época del año, en verano, es mucho más frecuente que aumenten las interacciones sociales, dado que las vacaciones y el buen tiempo hacen que nos movamos y salgamos más a la calle. Y, en este sentido, es normal que en algunas situaciones sociales nos pongamos más nerviosos. Sucede así cuando nos presentan algún grupo nuevo, cuando tenemos una cita con alguien que nos interesa y nos gusta o ante un nuevo trabajo donde hay compañeros que no conocemos.
Cuando se trata de un trastorno de ansiedad social o fobia social, las interacciones sociales causan muchísima ansiedad, inseguridad y vergüenza por miedo a la evaluación de los demás y lo que piensen sobre él o ella. Este trastorno suele comenzar a mitad de la adolescencia, aunque puede ser también que comience en la edad adulta. A diferencia de lo que puede ser la timidez, en la fobia social se da un miedo excesivo, junto con una gran cantidad de ansiedad y una evitación de cualquier interacción social, viéndose afectado el área de trabajo, el instituto y cualquier otra actividad en la que sea necesario el contacto con los demás.
Entre los síntomas más destacados, conviene destacar el temor a situaciones donde podría ser juzgado, véase cualquier evento, aunque sea también familiar como una boda o un bautizo. De hecho, que conozca el fóbico social a las personas con las que va a coincidir no le evita de dicho sufrimiento. Solo el hecho de pensar que puede ser juzgado por los demás ya le hace sentir un pánico atroz. Igualmente, el temor a que los demás se puedan dar cuenta que se siente nervioso, sobre todo, si manifiesta síntomas físicos que puedan generarle incomodidad, como pueden ser temblores, sudor, ponerse colorado, que tartamudee o que al hablar le tiemble la voz.
Estas personas evitan a toda costa las situaciones donde puedan ser el centro de atención, ya sea ganando en una competición, en su boda siendo el novio o la novia, recibiendo un título, ganando un premio o, por ejemplo, prefieren no celebrar su cumpleaños. Sienten además mucha angustia anticipatoria por miedo a sentirse humillado y avergonzado.
Durante las situaciones sociales, acostumbran a sentir tal nerviosismo que pueden llegar a generarles un fuerte ataque de ansiedad. O incluso a veces, antes de la interacción social, tienden a ponerse excesivamente ansiosos solo de pensarlo sin haberlo pasado.
Del mismo modo, evitan muchas actividades, aunque sean placenteras para la persona, si dichas actividades requieran de un contacto social. Por eso suelen preferir actividades en solitario, tanto para deportes como hobbies. A su vez, suelen tener personas concretas donde les aumente la fobia social En general la tienen, pero hay ciertas personas que le generan mucho mayor malestar, ya que se pueden sentir inferiores o más juzgadas por ella.
Otro síntoma muy frecuente es que después de haber tenido alguna interacción social suelen hacer una evaluación exhaustiva de lo que han dicho, de lo que han hablado, de sus gestos, buscando siempre el error o el fallo.
Las situaciones que mayor malestar le generan y se producen habitualmente son:
- Ir al instituto (si se trata de adolescentes). Conocer gente nueva, tener que iniciar una conversación, fijar la mirada, o sea, el contacto visual.
- Entrar en una reunión donde todo el mundo ya está sentado, ya sea en una reunión de trabajo, en una comida o en la clase.
- Acudir a fiestas o reuniones sociales. Esto quizás sea lo más duro. Asimismo, comer fuera de casa donde la gente los pueda ver, aunque nadie les mire, pero solo el hecho de imaginarlo les de muchísima angustia.
- Pedir algo en un bar o restaurante, junto con devolver algún producto ya sea ropa, calzado que no les quede bien y tengan que cambiarlo.
- El uso de los baños públicos suele ser muy habitual. Suelen pedir a algún familiar que les acompañe.
A nivel físico dicha ansiedad se puede manifestar también en estos sistemas, sobre todo, dificultades en la respiración, sudoración de manos o en la cara-cuerpo; así como mareos, náuseas, dolor de barriga (muy común en adolescentes) taquicardias, ataques de ansiedad o quedarse la mente en blanco. Este tipo de trastorno requiere de la ayuda de profesionales, pues es muy difícil superarlo sin ayuda externa. Muchas fobias sociales suelen abusar del alcohol ya que para ellos es un desinhibidor y les hace sentirse más capaces de hablar, pero eso supone una trampa ya que el final hay dos problemas uno de alcohol y otro de la fobia social.
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