El Puerto propone desplazar el botellódromo al recinto colombino

La presidenta de la Autoridad Portuaria, Manuela de Paz, ha enviado una carta al alcalde de la capital, Pedro Rodríguez, en la que le pide una solución ante el problema del botellón, un fenómeno que cada fin de semana se desarrolla en la avenida de Hispanoamérica, en suelo portuario, y que congrega a un buen número de jóvenes, muchos de ellos menores de edad.

Fuentes del Puerto explicaron a este periódico que se está produciendo un "problema de seguridad", debido a la escasa vigilancia que hay en esta zona, al tiempo que criticaron la falta de limpieza del área habilitada para que los jóvenes beban en aplicación de la Ley antibotellón de 2006.

Ante esta situación, la propuesta del Puerto pasa por desplazar el botellódromo al nuevo recinto colombino, una opción sobre la que se pronunciará el Ayuntamiento una vez que reciba la misiva (fuentes municipales aseguraron no tener aún constancia de la misma). Precisamente en las proximidades del estadio colombino el Ayuntamiento ya designó hace años un espacio para la celebración de botellones, aunque la opción fracasó por la falta de aceptación de los jóvenes.

Tal y como recordó el Defensor del Pueblo Andaluz, José Chamizo, en el informe especial sobre Incidencia en el ocio juvenil en Andalucía de la ley 7/2006 (Ley antibotellón) que publicó finales de enero, el Consistorio onubense también designó "de forma unilateral" otro lugar para la ubicación del botellódromo junto al centro comercial Aqualon, pero esta opción tampoco tuvo éxito debido a la fuerte oposición vecinal.

Finalmente el Ayuntamiento de la capital decidió crear una mesa con la participación de jóvenes, asociaciones de vecinos y representantes de los hosteleros para consensuar un nuevo espacio, dando como resultado la elección del actual recinto en la zona portuaria. Sin embargo, la presencia de adolescentes en los botellones que allí se celebran es un fenómeno que empieza a constituir un problema social y al que deben hacer frente las autoridades municipales. Pero el propio Chamizo ya advirtió en su informe que la posibilidad de prohibir el acceso de los menores a estos espacios es una decisión "difícil de adoptar".

En primer lugar porque la ley prohibe el consumo de alcohol, pero no la entrada de estos jóvenes al recinto habilitado y, en segundo, porque a veces este espacio es el único lugar de encuentro del que disponen para disfrutar y estar exentos del control de los adultos a pesar de que el botellón es una forma de ocio "poco recomendable y saludable".