La Refinería se transforma en su 43 cumpleaños

Desde su apertura ha multiplicado casi por 5 su capacidad de refino: de 2 millones de toneladas en 1967 a 9,5 en 2010

La Refinería se transforma en su 43 cumpleaños
La Refinería se transforma en su 43 cumpleaños
Raquel Montenegro / Huelva

25 de octubre 2010 - 01:00

El 4 de abril de 1967 se escribía una página fundamental en la historia industrial de Huelva. Se abría por primera vez la válvula para que corriera crudo por las venas de la nueva refinería, una instalación construida por Río Gulf con capacidad para destilar dos millones de toneladas al año de crudo. Cuarenta y tres años después, la Refinería La Rábida, ahora de Cepsa, está a punto de abrir una nueva etapa, con una capacidad de refino de 9,5 millones de toneladas al año.

La historia de la refinería ha sido la de un constante proceso de expansión. La instalación se construyó al amparo del decreto que designaba Huelva como polo de desarrollo industrial, que supuso en 1964 el arranque de lo que hoy se conoce como Polo Químico. Río Gulf Corporation (60% Compañía Española de Minas de Río Tinto y 40% Gulf Oil Corporation) había iniciado las obras de unas modernas instalaciones en Palos de la Frontera, la fábrica pionera en el Polígono Nuevo Puerto. Tras la apertura de la central térmica Cristóbal Colón en 1959, Fosfórico Español (ahora Fertiberia) en 1965 y Foret (1967) en la zona de la Punta del Sebo, Río Gulf de Petróleos colonizaba el otro lado del Tinto para transformar definitivamente el paisaje, economía y forma de vida de Palos de la Frontera. Tanto que entre 1966 y 1969 la población del municipio pasaba de menos de 3.000 hasta casi 4.400 personas gracias a los empleados en la construcción y operación de la refinería. El cambio llegó hasta el punto de que se modificaron calles y plazas para que algunas estructuras y materiales pudieran circular por el pueblo en su camino a la Refinería.

Poco después se iniciaba la diversificación de la producción, con la apertura en 1970 de la planta de Petroquímica, que tiene una capacidad para producir 141.000 toneladas anuales de benceno -materia prima- y 187.000 toneladas de ciclohexano (producto intermedio para las fibras sintéticas que utilizan la industria textil y la de nuevas tecnologías, del que es el único productor en España). Esta planta pertenecía a una nueva sociedad: Río Gulf Petroquímica (Compañía Española de Minas de Río Tinto y Gulf Oil Corporation al 50%), hoy Cepsa Química. Por aquel entonces la refinería contaba con 422 empleados directos y vivía su primer aumento de capacidad de destilación de crudo, pasando de 2 a 4 toneladas por año. Ese mismo año finalizaba la obra del puente sobre el Tinto, que daría el impulso definitivo al Polígono Nuevo Puerto.

A lo largo de los años, la refinería fue inaugurando diversas plantas para la fabricación de los productos que se iban demandando. Así, en 1974 se inauguró la nueva planta de aceites lubricantes (hoy Combustibles 2) y en 1976, año de la anterior visita de los Reyes de España, se ponía en marcha la unidad de Ciclohexano II. También por entonces se abría el Muelle Reina Sofía. En aquel momento la refinería contaba con 778 trabajadores directos.

A comienzos de los 80 se impulsó una gran mejora ambiental y de ahorro energético, con la puesta en marcha de la chimenea general de Combustibles, de 140 metros de altura, y sus dos calderas de producción asociadas. Aunque a principios de la década hubo además una amenaza de cierre de la factoría por imposición externa: la entonces directora general de Energía del Gobierno central, Carmen Mestre, intentó poner fin a la actividad de La Rábida y otras refinerías españolas dentro de la planificación estatal. La instalación palerma se salvó gracias a un estudio que demostró su rentabilidad.

La década de los 90 fue la del relanzamiento de la refinería. Comenzaba con la puesta en marcha de la primera planta de cogeneración de una refinería en España, con 50 megavatios de potencia. En 1991, como consecuencia del plan corrector de vertidos líquidos nacía la planta de tratamiento de efluentes líquidos. Y a finales de ese año Cepsa compra la totalidad de las acciones de la empresa, aunque mantiene el nombre de Ertoil .

En los siguientes años prosiguen las ampliaciones de la capacidad de producción: en 1992 se pone en marcha la planta de conversión (FCC), que puede procesar más de un millón de toneladas al año, y en el 93 la planta de azufre RS2. A mitad de la década se produciría la segunda ampliación de la capacidad de destilación de crudo, pasando de los 4 a los 5 millones de toneladas al año.

En 2001 se inauguraba la restauración del espacio protegido de la Laguna Primera de Palos. El revamping de dos instalaciones en 2005 y la puesta en marcha de la planta de Reformado de Naftas Ligeras (con capacidad para producir 348.000 toneladas/año de benceno y 75 toneladas/día de hidrógeno) un año después son algunos de los últimos hitos.

La Rábida llega a 2010 con plantas productivas e instalaciones portuarias para almacenar y distribuir una amplia gama de productos para diversas industrias y consumidores (gasolinas, butano, propano, gasóleos, asfaltos, entre otros). Con más de 800 empleados directos y una media diaria de 2.208 de empresas contratistas, afronta ahora la mayor expansión de su historia, la apertura de su segunda planta de combustibles, que refinará 4,5 millones de toneladas de crudo al año. Un crecimiento con el que la empresa espera afrontar sus próximas décadas en óptimas condiciones competitivas.

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