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La residencia de estudiantes de la Universidad de Huelva estará terminada en primavera y abrirá sus puertas el 1 de septiembre del 2024 coincidiendo con el inicio del nuevo curso académico. Tras concluir los trabajos entre abril y mayo, los meses de verano servirán para instalar todo el equipamiento, tanto de las zonas comunes (comedor, salas de estudio, de juego, lavandería...) como de las distintas habitaciones y espacios del recinto. "De hecho, queremos que antes del inicio del próximo curso, la residencia esté equipada para poder enseñarla a los padres y a los futuros residentes", cuenta Manuel Maña, vicerrector de Infraestructuras, a Huelva Información.
Hasta la fecha, la Onubense es la única universidad de Andalucía que no contaba con este servicio, por lo que con la inauguración de esta infraestructura la comunidad educativa verá cumplida una demanda histórica en la ciudad. En estos momentos, las obras en el edificio, ubicado en el Campus del Carmen, están a poco más del 55% de su ejecución. Sin embargo, ya se puede apreciar de manera clara el aspecto que tendrán las habitaciones de esta esperada residencia. "Se va a prestar un servicio histórico y muy demandado que nunca antes se ha ofrecido en estos 30 años de historia de la Universidad", asegura el vicerrector, recordando que un tercio de los estudiantes de la UHU (más de 3.000) viene de fuera de la provincia, otro tercio acude de los pueblos (algunos muy distantes del área metropolitana) y unos 700 llegan del programa Erasmus, por lo que se estima que alrededor de unos 4.000 alumnos requieren alojamiento en la ciudad para acudir a clases. "Esta residencia se ha hecho de rogar pero por fin vamos a disponer de un edificio con más de 400 plazas que va a paliar en alguna medida esa gran necesidad que había". Por ello, desde la UHU esperan que se produzca "un lleno total" del espacio en cuanto el recinto abra sus puertas.
En todo caso, la gestión de los nuevos residentes la llevará a cabo la empresa que tiene la licitación y no el personal de la Onubense. "Con la residencia se hizo una licitación de obra y explotación. La empresa adjudicataria tiene un plazo de dos años para finalizar la obra y 38 para explotarla. Tras ese período de tiempo de 40 años, la residencia pasará a ser de la Universidad de Huelva. Por tanto, la gestión de la reserva de las plazas será una cuestión que la propia empresa concesionaria de la residencia tendrá que acometer una vez esté terminada el próximo año. Igualmente, se van a subcontratar a muchas personas, por lo que el impacto económico en la ciudad va a ser importante", informa Maña.
Alrededor de 100 personas trabajan en estos momentos en la infraestructura y ni siquiera el fuerte temporal de estos días ha paralizado las labores, ya que, por suerte, no ha habido que lamentar destrozos ni daños materiales, tal y como explican los responsables de la obra a Huelva Información. Ya la estructura del edificio está terminada. Queda el revestimiento y los acabados: solería, alicatado, falsos techos, carpintería...
En total, el edificio tiene cinco plantas más la cubierta, con una superficie de 1.600 metros. Habrá espacio para unas 400 personas, contando con 220 habitaciones individuales, dobles y suites (64 por planta). La planta baja del edificio albergará una zona de almacenaje, instalaciones contra incendios, zona de abastecimiento de agua, un almacén para mantenimiento, el cuarto eléctrico, vestuario de personal, duchas y una zona de lavandería donde los estudiantes podrán lavar su ropa. Además de los servicios comunes como las salas de estudio, de juegos, gimnasio, aseos comunes para los residentes, zona de oficinas donde estará la administración, dirección y la recepción, así como una sala de reuniones para quien lo necesite. "El edificio además de ser un lugar donde alojarse, también reúne las condiciones necesarias para ser un lugar de trabajo o punto de encuentro", explican desde el equipo técnico de las obras. "La planta baja está pensada para eso, para establecer comunidad dentro de los propios residentes y para ofrecerles servicios que van mucho más allá del simple dormitorio". Además, acogerá el comedor (con plaza para unos 120 comensales que podrán usarlo por turnos) de la residencia que termina en una terraza con una piscina. Igualmente, destacan la zona ocio, que contará con pantalla de cine, futbolín, billar, zona donde jugar a las cartas o simplemente estar charlando.
El precio para alojarse con pensión completa en esta residencia ronda los 700 euros. Para ello, los estudiantes dispondrán de unas completas y equipadas habitaciones repletas de luz. Todas las del perímetro del edificio son individuales y las que dan al patio, dobles. Además, hay dos suites en el centro de cada planta, pensadas para que estén reservadas por si vienen profesores de manera temporal para hacer alguna sustitución.
Las habitaciones dobles, indican, "también son independientes y los estudiantes duermen separados y comparten zonas comunes". Además, hay habitaciones adaptadas para personas con movilidad reducida (dos en cada planta).
Las habitaciones disponen de una pequeña cocina con fregadero, microondas y nevera. Incluyen baño y una zona de estudio, con mesas en todas las habitaciones y en el caso de las dobles, una para cada residente.
La sostenibilidad es uno de los aspectos claves de la residencia de estudiantes de la UHU. "El edificio está hecho con placas de aislamiento (doble), porque se ha tratado de hacer un edificio muy eficiente, energéticamente hablando. Además lleva un aporte de placas fotovoltaicas encubiertas para la iluminación de zonas comunes (ascensores, pasillos...) para autoabastecer de alguna manera el edificio", explica el responsable de obra. El objetivo que se persigue es que el edificio tenga una 'certificación Breeam' (una certificación que mide la sostenibilidad energética y de otros parámetros como el uso del agua). "Desde el principio de la obra llevamos controles de gasto de consumo energético, tanto con el consumo de luz, como de agua, incluso de emisiones de CO2 de los camiones que vienen a traernos los materiales. Se controla hasta la cadena de madera que aparece en un palé de ladrillos. Está todo certificado y documentado para que al final nos puedan dar el sello bueno".
Según el vicerrector de Infraestructuras, "No hay en la provincia de Huelva un edificio con certificación energética A y con certificación Breem como el de la residencia. Es una apuesta muy clara que se ha hecho desde la Onubense. Todas las intervenciones en la infraestructura han sido para hacerla más sostenible. Y hay multitud de ejemplos. Esta es la apuesta más importante de todas, que vino desde el principio. Ya en la licitación, en las apreciaciones técnicas que exigíamos, era precisamente que el edificio tuviera una buena certificación energética y de sosteniblidad. El agua de lluvia, por ejemplo, va a un aljibe y ese agua se reutiliza para el riego. Solo hacemos uso de la red cuando no llueve".
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