Tribuna Económica
José Ignacio Castillo Manzano
Las Tres Gracias del presupuesto andaluz y Séneca
Cromo y arsénico, además de partículas, ozono y benceno. La Consejería de Salud de la Junta de Andalucía ha puesto el foco sobre estos contaminantes en el estudio realizado con motivo de la elaboración del Plan de Mejora de la Calidad del Aire de la zona industrial de Huelva. Salud apunta en especial a los dos primeros, sobre los que reclama un mayor control: pide a Medio Ambiente que priorice dentro del plan "las medidas que tengan incidencia directa sobre la concentración de cromo y de arsénico", así como que incluya actuaciones adicionales con este mismo fin.
La Secretaría General de Salud Pública de la Consejería incluye esta petición en las conclusiones del informe redactado sobre el impacto en la salud de la ciudadanía del Plan de Calidad del Aire, aprobado ayer por el Consejo de Gobierno junto a otros 12 planes de diferentes zonas de Andalucía. Un estudio que considera que los niveles de partículas existentes en la zona industrial de Huelva en el periodo estudiado (2003-2010) "pueden constituir un riesgo para la salud de la población de la zona" y que apunta que la reducción prevista en el plan de los niveles de partículas, de 37 µg/m(3) a 32 µg/m(3) de nivel medio, supondría una disminución paralela (de un 11,6%) de la incidencia en exceso del cáncer. No obstante, recuerda el estudio, si se alcanza el nivel objetivo de la Organización Mundial de la Salud (30 µg/m(3)), la reducción sería aún mayor, de hasta un 19%.
En cuanto al arsénico, sobre el que ya se había alertado previamente en el plan, Salud lo incluye dentro de los contaminantes que representan un riesgo tras la superación del valor objetivo marcado en la normativa en la campaña 2007-2008, pero también destaca la especial sensibilidad de la comunidad onubense hacia este contaminante. Está relacionado en la literatura científica con un mayor riesgo de contraer cáncer de pulmón o de hígado. De hecho, el informe considera que el cumplimiento de los objetivos del Plan de Mejora podría suponer (el estudio está plagado de condicionales) una reducción de hasta siete casos por millón de habitantes en el exceso de riesgo de cáncer (entendido como la proporción de población que puede ser afectada por un carcinógeno durante una exposición de por vida).
En cuanto al cromo, relacionado también con diversos tipos de tumores, se recomienda elaborar un estudio a fondo para constatar los niveles reales de cromo hexavalente (el tipo más dañino), ya que, advierten los investigadores, se puede haber exagerado su prevalencia al contabilizar como hexavalente todo el cromo registrado. Con los datos que manejan, afirman que la reducción de los niveles de partículas podría suponer una disminución del exceso de riesgo de cáncer de hasta tres casos por cada 100.000 habitantes, de ahí que pidan prioridad para las medidas de control de este contaminante que, en cambio, no se incluye específicamente en el Plan aprobado ayer.
El informe recoge para la elaboración de sus previsiones el peor escenario posible, advierten los redactores, que también señalan que se han elaborado las previsiones considerando "una exposición durante toda la vida a unos niveles de contaminantes como los que hay actualmente", ya que no se conocen con precisión los existentes hace dos o tres décadas.
Pero no sólo el arsénico y el cromo se incluyen en los contaminantes de riesgo en Huelva. Las partículas, a las que se culpa de reducir en 8,6 meses la esperanza de vida en la Unión Europea (para las PM 2,5 de origen antropogénico), son el germen del Plan de Mejora aprobado. Por su facilidad para penetrar en el aparato respiratorio aquellas que están por debajo de los diez micrómetros (PM10) y especialmente aquellas más pequeñas se han convertido en objetivo prioritario de la UE. La reducción de la concentración de partículas a los niveles marcados como objetivo en el documento implicaría una disminución (respecto a los niveles más altos medidos en los últimos años) de entre un 1,85% y un 3% en el riesgo de contraer enfermedades cardiovasculares y de entre un 2,6 y un 4,5% en las enfermedades pulmonares.
También se analiza la presencia de otros contaminantes. Así, como ya se había constatado en estudios anteriores, se detectan situaciones de riesgo en cuanto al ozono en algunas zonas del estudio, especialmente en Mazagón. Los niveles de benceno existentes en la zona, por otra parte, "podrían suponer, en algunos casos, un exceso de riesgo de cáncer superior a un caso entre 100.000 habitantes". En el caso de otras sustancias estudiadas, como el cadmio, el níquel o el cobalto, el riesgo se considera aceptable.
Con este análisis sobre la mesa, el informe de Salud que acompaña al Plan de Calidad del Aire considera que éste tendrá un impacto positivo sobre la salud, al prever que para el año de referencia del plan (2015) las emisiones medias de partículas por vehículo pueden situarse en un 96% de las actuales, mientras que las emisiones industriales se reducirán hasta un 35% respecto a 2007 y las del tráfico marítimo un 10%.
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