Salve Victoria, Reina del Polvorín
Cohetes, aplausos, cornetas y tambores, en el anuncio de la coronación canónica que hizo ayer en el Sagrado Corazón de Jesús el vicario general de la Diócesis para el año 2012
En el Polvorín había ayer una inquietud especial en este primer día del nuevo invierno que dejó a un lado al frío gélido que estamos sufriendo para sumarse a la jornada con un sol radiante que ofrecía una alegría especial en el interior del Sagrado Corazón de Jesús, de cuya torre hondeaban banderas marianas.
María Santísima de la Victoria lo presidía todo en un desbordante altar de cultos, a las doce de la mañana, el ángelus se anunciaba en el campanil de la torre de la iglesia. No faltaba nadie, hermanos, costaleros, capataces, vecinos, devotos de la Virgen. La de ayer iba a ser una función en honor a la Victoria muy distinta, la presidía el vicario general de la Diócesis, Baldomero Rodríguez Carrasco, que concelebró con los sacerdotes Juan Manuel Pérez Núñez y Andrés Vázquez, y el diácono Isabelo Larios. Se esperaba que ya sí, que tuviera lugar el anuncio de la coronación canónica de María Santísima de la Victoria, por eso nadie perdió hilo en ningún momento del desarrollo del acto religioso, que se abría con los cánticos de la Camerata Vocal Concertante que dirige David López. "Salve Victoria del Cielo, Ráfaga de luz celestial".
La junta de gobierno la presidía el hermano mayor Isidoro Olivero Hierro, pero fue un acto en el que estuvieron personas muy entrañables en al cofradía como anteriores hermanos mayores, Antonio García Quintana y José Luis Alburquerque Lopera, así como también acudieron a este día del anuncio de la coronación canónica José Peguero Ortiz y Rafaela Monis; allí también estaba el capataz de la Virgen, Enrique Izquierdo. Le acompañaron hermandades, entre ellas las de la parroquia, Sagrada Cena, Tres Caídas y Montemayor. Estuvieron también las que están hermanadas con la Victoria, como la de Nuestra Señora de la Cinta, representada por su hermano mayor en funciones, Antonio Cano Pérez, y el hermano mayor de la Inmaculada, Ignacio Molina y por el Consejo de Hermandades, José Antonio Burgalat. Se sumó al acto la Comunidad Teresiana, que representó la hermana María Montejo y en las intenciones de la misa se pidió por la hermana Encarnación. Asistió el teniente alcalde Manuel Remesal, así como los presidentes de las asociaciones de vecinos del Matadero, José Luis Rebollo, y del Barrio Obrero Reina Victoria, Juan Serrano López.
Había una doble celebración, el cuarto domingo de adviento y la solemne función en honor de la Virgen de la Victoria. Baldomero Rodríguez habló de la importancia del anuncio del Nacimiento, de la llegada del Dios que se hace hombre, "un Dios cercano que comparte nuestra historia", pero fue contundente al señalar que "ese Dios es desconocido hoy", por eso destacando la importancia de María en la vida de Jesús, señaló que "hoy urge gente comprometida como María, anunciando a Cristo con toda valentía en nuestro mundo secularizado, en una sociedad donde impera el laicismo y los valores del relativismo, es urgente que se anuncie el misterio de la cercanía de Dios", y habló de que hay que "hacerlo con valentía".
Finalizada la celebración, el vicario general invitó a todos a rezar la salve: "Salve Victoria, dulce Reina del Polvorín...". Y así el ambiente iba creciendo en ese deseo por lo que se sentía cercano. Baldomero Rodríguez se dirigió a todos a la una y siete minutos para anunciar lo que el obispo, monseñor José Vilaplana, en visita pastoral por la Sierra, le había mandado que le comunicara a los hermanos de la Victoria, el que "podáis iniciar la catequesis y el gesto solidario que la Virgen quiere que tengáis para su próxima coronación canónica". No había terminado de hablar y todo fueron aplausos, una salva de cohetes, abrazos y lágrimas de emoción en un templo que estaba repleto de fieles. Retomó la palabra el vicario general para seguir diciendo que la coronación tendría lugar "lo más tarde en 2012". Se escucharon los ¡Viva a la Reina del Polvorín! y se cantó el 'Aleluya', luego se abrieron las puertas para que entrara la banda. Alegría y gozo en el Polvorín.
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