Los pueblos de la Sierra conservan la tradición de las migas

Huelva/La gastronomía serrana es uno de los pilares con mayor futuro para un turismo creciente en la zona. En la comarca hay tradiciones muy vinculadas a la gastronomía y que no cambian pese al paso del tiempo, siendo precisamente por ese motivo un reclamo de muchos turistas durante todo el año, y en particular ahora en otoño. Estos van a la Sierra sólo por el hecho de probar los platos caseros, los de toda la vida, tal y como hacen madres y abuelas.

Y si hay un plato típico y tradicional en el otoño serrano son las migas. Un plato sencillo, con pocos ingredientes, de fácil elaboración, pero que no salen siempre igual. Las migas son diferentes según la zona. Hasta en un mismo pueblo hay familias y personas que las hacen de forma distinta. Sea como fuere unas buenas migas serranas se hacen con pan, que es la esencia, patatas, ajos, recomendable mosto, un poco de agua, más sal y aceite.

A partir de ahí, una buena sartén y “trabajar las migas”, porque casi de forma constante se le tiene que dar movimiento, de arriba hacia abajo, con una especie de espumadera de madera o de acero inoxidable.

En la Sierra, y seguramente en otros sitios, el momento más habitual para probar las migas es el otoño e invierno, aunque durante el resto del año es muy típico con días nublados o lluviosos que se elaboren. También están los amantes de las migas que no pierden la oportunidad de hacerlas en verano, pero normalmente muy centrado en días con “mal” tiempo.

En estas fechas los pueblos de la Sierra realizan eventos y actividades, en los que las migas están muy presentes o hasta son protagonistas únicas. Quizás en estas últimas ediciones repetidas en exceso en bastantes localidades. En especial durante el pasado Puente de Todos los Santos varios pueblos como Alájar, Los Romeros, Linares de la Sierra o Santa Ana la Real prepararon unas migas dentro de abanico de actividades y aprovechando el numeroso público.

El caso más tradicional y de los más concurridos, además de hacerse por la tarde e incluso de noche, son las tradicionales Migas de Tosantos en Santa Ana la Real. En este pueblo es una tradición que se viene repitiendo en las últimas décadas. Es una fiesta más nocturna que de día, distinto al resto de pueblos, y congrega a centenares de personas. Se celebraron como siempre en la Plaza de España, donde hubo varias candelas de leña para hacer las migas.

Todos los presentes, en mayor o menor medida, aunque es necesario una mejor organización para ediciones venideras, probaron las migas. Una fiesta y tradición que organiza el pueblo en general bajo la batuta del Ayuntamiento. Todo ello a un precio módico y con algunos productos que se degustan de forma gratuita. Además con el acompañamiento de un rico mosto serrano. Incluso se contó con la presencia de la Banda de Música de El Cerro del Andévalo.

Ya bien entrada la noche el pueblo hace un baile multitudinario, habitual en la noche de las migas, como si fuese Nochevieja. Como singularidad, por la tarde, los niños del pueblo van puerta por puerta por todas las casas para pedir algunos ingredientes para las migas. Los vecinos, principalmente, dan patatas y pan, que son portados en los serones de varios burros. Una tradición que se mantiene viva gracias a los niños foráneos más que a los locales.

El gran evento relacionado con este típico plato son las migas solidarias de La Umbría, aldea aracenense. Una cita que tomó idea de las migas de Santa Ana la Real y que se ha convertido en uno de los grandes reclamos del próximo Puente de la Inmaculada en la comarca serrana. Este año será el sábado 8 de diciembre, y el próximo año cumplirán veinte ediciones gracias a la asociación de mujeres El Pilar, toda la aldea e incluso colaboradores de pueblos cercanos.

En La Umbría lo recaudado va, a partes iguales, a beneficio de la aldea y alguna causa solidaria, para ayudar a personas o colectivos que lo necesiten. En esta ocasión irá a dos familias de pueblos cercanos que necesitan ayuda urgente. Las Migas solidarias de La Umbría han tomado auge en los últimos años y son centenares de personas las que acuden y quiénes la organizan hacen migas durante todo el día.