La Sierra arropa a la Reina de los Ángeles

Alájar/Los serranos peregrinaron ayer hasta la Peña de Arias Montano para venerar a la Patrona de la comarca, la Reina de los Ángeles coronada, y no faltar a la tradición histórica en la gran cita romera serrana. Porque ya son 93 las ediciones de esta romería, tal y como la conocemos a día de hoy, aunque también con anterioridad se celebraba a la Virgen, con el protagonismo de la Hermandad Matriz de Alájar -donde es su patrona y cuyo pueblo celebra estos días sus fiestas locales- y la Hermandad de Aracena.

La romería discurrió, como suele ser habitual en los últimos años y casi siempre en general, con bastante tranquilidad. La entrada de las hermandades siguió una estricta y sorprendente puntualidad frente a los últimos años con importantes retrasos, e incluso con un ligero adelanto en la entrada por parte de la Matriz.

La entrada a la Peña de todas las hermandades vino del clásico acompañamiento musical de la Banda del Cerro del Andévalo, el sonido de los tamborileros de Alájar y el recibimiento como anfitriones de los miembros de la Hermandad Matriz.

Bonita estampa siempre la subida hacia al bello Santuario de la Peña con mucho público alrededor. Diferentes rezos y el clásico canto de la Salve a las puertas de la ermita. Otra imagen habitual y singular es la colocación de los carretones de cada hermandad delante de la espadaña del recinto.

Tras entrar Galaroza, habitualmente la última en entrar en la Peña, tuvo lugar la procesión por todo el recinto y con la presencia corporativa de miembros de las respectivas juntas de gobierno.

Uno de los momentos más emotivos de la procesión llegó al ser dirigida la imagen al mirador, junto a la espadaña, para que vea el pueblo de Alájar, estos días en fiestas, y sea venerada por su población al ser su patrona. Espectaculares vistas desde ahí, sobre unos 800 metros de altura. Y después de la misa el momento de convivencia y hermandad en torno a los productos típicos de la zona y bebidas más sugerentes.

La hermandad de Aracena volvió a ser la más multitudinaria en la Peña, fruto de la destacada devoción de este pueblo a la Reina de los Ángeles y ser la población más numerosa de la Sierra. Por la tarde cada hermandad, según su horario, preparaba el camino de vuelta y el momento de la llegada al pueblo es muy emotivo.

Mañana domingo será el popular y tradicional voto a la Reina de los Ángeles en la Peña en el que se podrá disfrutar de nuevo de la imagen coronada en procesión, haciendo el mismo recorrido que ayer, y convivencia con bastante menos afluencia entre todos los presentes.

La romería no acaba realmente hasta que todas las hermandades no están de vuelta a sus pueblos, hecho que ocurría en algunos casos bien entrada la noche o madrugada de ayer. De hecho las hermandades más lejanas son las mineras de Nerva y Campofrío, y de las serranas, Aracena. De nuevo se dieron cita diez hermandades, cuyo orden de entrada fue: Matriz de Alájar, Sevilla, Aracena, Fuenteheridos, Linares de la Sierra, Nerva, Castaño del Robledo, Santa Ana la Real, Campofrío, y Galaroza.

Las de Sevilla y Castaño del Robledo cumplieron su 25º de camino y entrada en la Peña, hecho que provocó un hermanamiento junto a la espadaña tras la entrada de ambas. Además se celebró el importante aniversario de 50 años de vida de la Hermandad de Galaroza, la última en entrar en la Peña.

La devoción a la Reina de los Ángeles se volvió a demostrar una vez más en todos los pueblos con una afluencia masiva. Además de las casi 5.000 personas presentes, según Protección Civil, en la Peña entraron sobre 150 carrozas y charrés, por encima de los números de los dos últimos años, y unos 400 caballos, alrededor de un centenar más que en 2016.

Los datos demuestran que la Reina de los Ángeles es la imagen religiosa con mayor devoción en la zona norte de la provincia de Huelva y coronada desde hace trece años.

El próximo año puede ser una edición importante al ser domingo el 8 de septiembre. De hecho las últimas ediciones de romería en fin de semana se congregaron entre 7.000 y 8.000 personas, aunque ya van varios años con una cifra de peregrinos estable, que depende del día de celebración y de la meteorología, pero lejos de cifras más elevadas de hace algunas décadas.