Surcan el cielo y no son pájaros
Numerosos niños del taller de cometas de Aracena participan en una volada en el cerro del castillol popular Los familiares y amigos de los niños participaron en la volada.
Numerosos niños del taller de cometas organizado por el Ayuntamiento de Aracena y dirigido por Carlos Fernández Valladaresa han participado en la volada de cometas celebrada recientemente en el entorno mágico del cerro del castillo de Aracena. Una cita habitual y esperada a finales del verano aracenense gracias a la colaboración de este vecino que desde niño iba por las tardes al castillo para volar sus cometas con otros amigos, recordando con añoranza algunas tardes de viento donde la cometa alcanzaba mucha distancia. Incluso Carlos Valladares realizaba de joven cometas que vendía a otros amigos y conocidos, para así sacarse algún dinero de cara a la celebración de las fiestas mayores del municipio, que se celebraban entonces en septiembre.
Era una tarde diferente a las demás para estos niños. Poco a poco llegaban al castillo, justo debajo de la torre almohade, en compañía de sus padres, familiares y conocidos con la intención de hacer volar sus cometas. La estampa de ver el cielo de Aracena con las cometas sujetadas por largos hilos es una imagen casi inusual y bonita para el recuerdo de tantas generaciones que han pasado por el taller de Carlos.
El entorno del castillo se llenó de público deseoso de ver a sus hijos disfrutar con algo tan sencillo como es una cometa, todas ellas decoradas por los niños. El único factor siempre en cuestión es el aire. Todos intentaban aprovechar alguna racha de viento favorable para volar las cometas. Algunos años ha sido casi imposible. El año pasado el día escogido no fue el más afortunado, pero en esta edición muchos lograron con orgullo volar la cometa, algunos como si de la vida se tratara.
Muchos padres seguían en el intento con mas ahínco que sus hijos, no pudiendo evitar mostrar satisfacción en sus caras. Hace algunas décadas el entorno del castillo era el lugar preferido de los jóvenes para jugar y los métodos para ello eran los más originales y sencillos como cometas volando en el cielo de Aracena. Muy curioso era ir por cualquier lugar de la localidad y mirar hacia el castillo, en cuyo cielo volaban muchas cometas. La huida del sol y la llegada de la noche de esos momentos provocaba un fotograma de contraluz con el cerro del castillo como mejor escenario.
El taller se viene desarrollando desde hace quince años, en esta ocasión, en una de las dependencias de la Casa de la Juventud en el Polideportivo Municipal. Allí, cada tarde, los jóvenes con la ayuda de Carlos Fernández y el material aportado desde el Ayuntamiento han hecho su cometa. En todo este tiempo el taller ha ido contando siempre con niños "unos años más y otros menos, dependiendo también de la publicidad e información de cartelería", señala Carlos. El monitor se sorprende de la permanencia de un taller de estas características: "Nunca he tenido que suspenderlo por ausencia de inscritos". Por ahora su única pretensión es continuar con esta iniciativa, entonces divertida y ahora además sorprendente y casi única en la provincia.
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