Toxicología halla ADN de Bernardo en el cuerpo de Laura pero no localiza semen
Crimen de Laura Luelmo
Criminalística detecta una mezcla genética parcial de Montoya y la víctima en la fregona y en unos vaqueros de la calle Córdoba
El Instituto Nacional de Toxicología y Ciencias Forenses ha localizado restos genéticos de Bernardo Montoya en el cuerpo y en algunas prendas de Laura Luelmo, pero no ha detectado la presencia de semen del único investigado por la detención ilegal, el asesinato y la agresión sexual de la profesora zamorana.
Así consta en un informe elaborado por el Servicio de Biología del Departamento de Sevilla de Toxicología al que ha tenido acceso en exclusiva Huelva Información y del que se extrae que "se detecta ADN masculino en el lavado vaginal" practicado a la fallecida, lo que avalaría la tesis de la agresión sexual. Un ADN coincidente, tras el análisis de los marcadores específicos del cromosoma Y, "con el haplotipo que define a Bernardo Montoya (y a todos los varones emparentados con él por vía paterna)".
Al ingresar los resultados en la base de datos mundial y aplicar los métodos de corrección, se resuelve que "es 13.193 veces más probable" que estos vestigios biológicos procedan de Montoya que de cualquier individuo al azar de la población europea que no tengan su misma información biológica.
Sin embargo, "no se ha detectado la presencia de semen" en ninguna de las muestras. Esto coincide con la versión judicial de Montoya, quien dijo a la titular del Juzgado de Instrucción 1 de Valverde del Camino que "tengo un problema, que para hacer el amor tengo que tomar unas pastillas", aunque también indicó que el paso de un coche por el camino de La Mimbrera le hizo poner pies en polvorosa de la zona donde había dejado a la joven, lo que interrumpió sus intenciones.
Este periódico ha accedido a otro informe de Toxicología, el del análisis de restos biológicos en las piernas, las tobilleras, la pulsera y la gargantilla de la víctima, así como de los cordones de zapato con los que la habían maniatado.
De nuevo aparece el ADN del investigado en mezcla con el de la desaparecida, concretamente en el tobillo izquierdo y en la tobillera del derecho. "La coincidencia de la mezcla de Laura Luelmo y de Bernardo Montoya sería unos 3,75 trillones de veces más probable si el ADN presente en estas muestras procediera" de ambos que si la contribución a la muestra fuera de la joven y de otra persona al azar.
No obstante, Toxicología indica al respecto de este examen que "es necesario realizar análisis adicionales en el resto de las muestras, ya que debido al bajo rendimiento de ADN en la mayoría de ellas no ha sido posible obtener resultados concluyentes hasta el momento".
El tercero de los informes que ha podido analizar en exclusiva este rotativo es el elaborado por los especialistas del Departamento de Biología del Servicio de Criminalística de la Guardia Civil de Madrid. Estos sometieron a estudio las muestras indubitadas de Laura y de su presunto verdugo y las compararon con distintos elementos de interés para la investigación.
Se trata de la manta en la que Montoya envolvió su cuerpo y que luego fue encontrada en el punto kilométrico 167 de la N-435; los hisopos aplicados a la tierra del suelo, las manchas en la pared y a unos zapatos de deporte de una de las habitaciones del domicilio de Bernardo en El Campillo; las muestras recogidas de un cubo azul, un mocho de fregona y un pantalón vaquero del baño; varias colillas y unos calzoncillos del primer sector del camino de La Mimbrera y distintos enseres localizados en torno al cadáver.
Los científicos de la Benemérita concluyen al final del informe que "no se ha detectado la presencia de semen en ninguna muestra estudiada", algo en lo que coinciden con el Instituto Nacional de Toxicología.
Sin embargo, sí han obtenido "una mezcla de perfiles genéticos" en la que son compatibles –como contribuyentes– Luelmo y Montoya. Concretamente, la Guardia Civil ha localizado restos orgánicos de ambos en la fregona blanca y verde y en el pantalón vaquero negro con manchas de desteñido del cuarto de baño de la vivienda donde asaltó a la joven.
Asimismo, los especialistas dejan poco lugar a la duda de que la principal agresión contra Laura se produjo en el número 1 de la calle Córdoba campillera. En el dormitorio se ha ratificado la presencia de sangre de la víctima en la pared, en la tierra y en los azulejos del suelo, así como en la zapatilla deportiva negra y amarilla. También hay vestigios genéticos de Laura en el cubo azul del baño. Queda claro que por más que Bernardo se empeñara en limpiar la casa con lejía no consiguió borrar su rastro.
El ADN de Luelmo también está en sus enseres personales y en la sangre y los restos biológicos de la manta hallada en la nacional, camino de Zalamea, "de colores marrones y amarillos formando un patrón atigrado" y que pertenecía a Montoya. De las colillas tomadas en el camino disponen que pertenecen a distintos varones, pero no a Bernardo.
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