El modelo financiero universitario "provoca un desajuste artificial"

Huelva/El nuevo modelo de financiación para las universidades públicas andaluzas con vigencia hasta 2026 es rechazado de plano por la Universidad de Huelva. Así lo dejó patente su rectora, María Antonia Peña, en el Día de la Universidad el pasado 3 de marzo, y así lo manifestó también de manera frontal ayer su Claustro reunido con carácter extraordinario con este nuevo sistema como eje a tratar. Un modelo que en comparación con los dos anteriores “presenta los desajustes más burdos”, señala el catedrático de Economía de la UHU Juan José García del Hoyo, miembro del mayor órgano representativo de la Onubense, del Consejo de Gobierno y que fue Vicerrector, o Decano durante ocho años de la institución académica.

El presupuesto de la Universidad de Huelva para 2022 es de 93.806.489 euros. La mayor parte de éste, “de un 70 a un 75%”, explica García del Hoyo, debe destinarse al denominado Capítulo I: las nóminas. Cada año, este apartado se incrementa de un 2 a un 3% porque se debe aplicar el incremento al que obliga la ley, además de complementos de antigüedad y productividad como los trienios, quinquenios o sexenios.

El nuevo sistema de financiación aplica para 2022 una cláusula de salvaguarda que compensa a las universidades que reciban menor financiación manteniéndole la del año anterior, pero ello supondría no poder hacer frente al incremento de costes de personal y otros costes de suministros, mantenimiento, etc, dado que, según afirma la UHU la aplicación de la cláusula en la práctica supone una congelación presupuestaria porque "el modelo parte de un recorte presupuestario del 12,95% con respecto a la financiación percibida en 2021”,

La aplicación de un modelo supone “un reparto entre universidades, es una forma de medir lo que le corresponde a cada una”, con la dificultad añadida de que el tamaño entre las andaluzas es notablemente desigual. Por poner un solo ejemplo, las cuentas de la Universidad de Sevilla para este año ascienden a 551.112.201 euros.

A juicio del catedrático García del Hoyo, el nuevo “provoca un desajuste artificial en el sistema”, cuyo resultado no es “objetivo, consensuado ni consolidado”, un “modelo finalista” realizado con “ponderaciones para que, de forma premeditada, salga ese resultado concreto”. Uno que la Onubense considera que le perjudica y le penaliza, en palabras de la propia rectora y del Claustro.

El nuevo sistema se divide entre una Financiación Básica que representa el 90% del total, que se reparte entre un 80% de una parte Operativa para los costes salariales, de funcionamiento y mantenimiento, más un 10% de Convergencia que “compensa el efecto de las economías de escala”, según indica la Junta. El 10% restante corresponde a la denominada Financiación Estratégica, que “fomenta la investigación y permite diseñar acciones de mejora de resultados”.

Este carácter incentivador de la investigación ha sido una de las banderas para defender el nuevo sistema. En este aspecto, Juan José García del Hoyo también se muestra en desacuerdo. Por ejemplo, alega que pondera a la baja los proyectos de transferencia de investigación, como pueden ser contratos con una empresa, en los que la Onubense destaca. Tampoco tiene en cuenta, añade, el porcentaje de profesores con sexenios, que apunta que en la UHU es el más elevado de las universidades andaluzas. Esta condición se obtiene bajo una evaluación cada seis años de la Agencia Nacional de Evaluación de la Calidad y Acreditación (ANECA), en base a publicaciones internacionales.

El tamaño pequeño de la Universidad de Huelva también considera que juega en su contra en relación con los contratos por programas. La razón es que a la hora de solicitarlos no siempre es fácil crear un grupo integrado exclusivamente por miembros de la UHU y en muchas ocasiones están encabezados sobre todo por miembros de la Universidad de Sevilla y otras universidades, "donde una parte importante del profesorado de la UHU se ha formado", de manera que esa investigación le computa al 100% en el modelo a Sevilla y no a Huelva.

"No cabe una política drástica", concluye el catedrático García del Hoyo, por lo que defiende "un modelo plurianual con objetivos claros", que sustente una trayectoria hacia la estructura universitaria ideal perseguida, frente al actual "sin fundamentación científica ni analítica" y que puede provocar "a corto plazo, una reducción de los niveles de calidad en consonancia con la financiación recibida, y a medio plazo, la desaparición de universidades."