Vassi admite que mató a Cristina Marin en Lepe y se lo pone fácil al jurado popular

El tribunal lo declara culpable por unanimidad, con nueve votos desfavorables a cero

Será sentenciado a 20 años y 9 meses de prisión por asesinato y quebrantamiento

El autor del crimen de Cristina Marin, junto a su abogado, en el plenario de la Audiencia de Huelva.
El autor del crimen de Cristina Marin, junto a su abogado, en el plenario de la Audiencia de Huelva.
Raquel Rendón

29 de septiembre 2020 - 06:09

Huelva/Culpable. Así declararon ayer los nueve miembros del tribunal del jurado a Laurentiu Daniel Vassi, acusado del asesinato machista de su expareja y madre de sus hijas, la joven Cristina Marin, en su casa de Lepe el 7 de julio de 2018.

El jurado popular lo tuvo fácil. El procesado reconoció ser el autor de los hechos durante el plenario celebrado en la Sección Tercera de la Audiencia de Huelva. Y esto dio lugar a un acuerdo entre las partes que redujo a la mínima expresión la vista oral, que estaba prevista que se dilatase hasta el viernes. Finalmente, y tal y como se reflejará en la sentencia que dictará la magistrada-presidenta, Carmen Orland, Vassi cumplirá 20 años de prisión por el delito de asesinato y otros nueve meses más por el de quebrantamiento de condena.

El encausado llegó ayer al Palacio de Justicia de Huelva a las 10:24 (casi media hora más tarde del señalamiento), cuando se bajó del furgón de conducciones de la Policía Nacional casi a cámara lenta, cabizbajo. Sobre sus hombros pesaban en ese momento las elevadas penas solicitadas por la Fiscalía y por la asociación Clara Campoamor: la primera pedía para él 26 años de prisión; la segunda, 36 años.

Vassi entra al Palacio de Justicia de Huelva acompañado por la Policía Nacional, en la mañana de ayer.
Vassi entra al Palacio de Justicia de Huelva acompañado por la Policía Nacional, en la mañana de ayer. / Alberto Domínguez

Sabía que las pruebas eran contundentes, que apenas tenía escapatoria. A las 10:50 se inició el proceso de selección y constitución del jurado. A esas horas no solo se barruntaba el acuerdo para la conformidad, sino que era prácticamente un hecho.

La sesión comenzó a las 11:38. Vassi tiró de intérprete para la traducción español-rumano, aunque más adelante evidenció que entendía bien el idioma. Se le pudo ver aparentemente tranquilo en el estrado. Del otro lado, las desencajadas caras del jurado –parapetado tras mascarillas y mamparas, y conformado por tres mujeres y seis hombres– daban buena muestra de su nerviosismo ante semejante responsabilidad.

Más allá de unas cuantas directrices, lo primero que se escuchó en la sala fue el relato de los hechos elaborado por el Ministerio Público. En resumen, el acusado tenía una orden de alejamiento y de prohibición de comunicación de Cristina por violencia de género que se saltó a la torera, llegando a llamarla 78 veces por teléfono y a visitarla reiteradamente en la casa donde ella vivía con sus pequeñas. Todo durante la semana previa al crimen.

El 7 de julio se plantó allí a primera hora y la asesinó cruelmente, con las dos crías (de tres y cinco años) durmiendo en la habitación contigua. "Sin que conste que se produjera ninguna discusión entre ambos, el acusado, con la firme voluntad de acabar con la vida de Cristina, de manera sorpresiva la cogió por detrás y, con absoluta frialdad y desprecio hacia la vida humana, la atacó, propinándole múltiples navajazos, empleando para ello de manera sucesiva hasta tres cuchillos diferentes que fue cogiendo de la cocina". Las armas fueron halladas quebradas por el mango cerca del cuerpo de la perjudicada.

Durante la lectura del escrito de defensa trascendió que Vassi mantenía que una discusión fue lo que desató la tormenta, llegando a decir que fue la joven de 24 años la que lo amenazó con un cuchillo cuando él le cogió el teléfono para espiárselo, y que la golpeó “sin saber con qué ni cuántas veces”, hasta que la vio inmóvil en el suelo.

El acusado pide perdón a la familia de Marin y a las hijas de ambos en la última palabra

El letrado de la Junta de Andalucía se adhirió a la acusación del fiscal. También hizo lo propio la letrada delegada en Andalucía de la asociación Clara Campoamor, Patricia Catalina, quien indicó en este punto que "Cristina fue asesinada de la forma más cruel que uno pueda imaginar, rompiendo tres cuchillos y dejando a sus hijas huérfanas".

Llamó la atención que la víctima no contara en la vista oral con representación letrada particular. Tampoco asistieron familiares ni amigos de ambas partes.

El abogado defensor, José Manuel Casado, mostró sus "condolencias a la familia de la fallecida" y anunció que "vamos a ahorrar trabajo al jurado y a reconocer la autoría de los hechos, y mi cliente los quiere reconocer por su sentimiento de culpa y de pérdida que es tan fuerte porque su pareja ha fallecido y no sabe cuándo verá a sus hijas".

Durante el interrogatorio, Laurentiu Daniel Vassi asumió a regañadientes cada uno de los puntos que iba desgranando el fiscal del caso. De hecho, a la última pregunta, la de si era consciente de lo que hacía al coserla a puñaladas, señaló que "perdí los nervios". Pero admitió que sí, que sabía bien lo que estaba haciendo, apreciación que refrendó la médica forense que lo examinó aquel julio de 2018: "Estaba consciente, orientado, no quería hablar de los hechos pero los justificaba de forma indirecta, y la culpaba a ella".

El jurado respalda las agravantes de género, alevosía y ensañamiento; se contempla la atenuante de confesión

Pese a la versión reducida del juicio, se pudo escuchar el testimonio del instructor de la Policía Judicial de la Guardia Civil, quien declaró que desde el primer momento todas las pistas apuntaron a Vassi como autor del asesinato de Cristina. La vecina del piso de arriba la escuchó pedir socorro, bajó a auxiliarla pero no le abrió la puerta; subió a por su teléfono para llamarla y, cuando bajó de nuevo, vio con toda nitidez cómo el autor del crimen abandonaba el domicilio de Marin. Este individuo, además, había contactado con sus hermanos para decirles que "algo había pasado". Luego los investigadores se percataron de que tenía una orden de alejamiento y comunicación de la víctima y que había sido condenado por amenazarla de muerte.

Los agentes del Laboratorio de Criminalística de la Benemérita manifestaron que hallaron huellas dactilares de Vassi por todo el domicilio de la perjudicada, incluido el cajón de los cuchillos.

Cristina Marin, con Vassi y sus dos hijas antes del crimen.
Cristina Marin, con Vassi y sus dos hijas antes del crimen. / H. Información

Los forenses destacaron que utilizó tres: uno con la punta mellada, otro con el borde serrado, y uno más, monocortante y con el borde continuo, "el que causó las lesiones más importantes". Todas las cuchilladas, excepto una, las sufrió la joven cuando estaba viva. Apenas había signos de defensa, "es decir, que Cristina no se movió del sitio" una vez recibió el ataque por la espalda. Cinco de las puñaladas fueron penetrantes y de gran relevancia, pero solo una de ellas fue mortal de necesidad. La joven también presentaba lesiones en la cara compatibles con un intento de "sofocación por compresión, probablemente para evitar que gritase". El acusado apartó la vista cuando se expusieron imágenes de la autopsia.

En el turno de la última palabra, Vassi pidió perdón a la familia de la víctima y a sus propias hijas, que se encuentran en Rumanía con su familia materna.

El objeto del veredicto apenas tenía ocho puntos, que el jurado fue avalando con sus nueve votos, de forma unánime. Los tres últimos apuntan a las agravantes de alevosía, ensañamiento y género que constarán en la sentencia de la magistrada Orland: la atacó "por sorpresa, excluyendo la posibilidad de defensa"; le propinó golpes y cuchilladas que aumentaron "deliberada e innecesariamente su dolor y sufrimiento"; y el móvil del crimen fue "la ruptura de la pareja, actuando por razones de género". El tribunal se opuso al indulto. Como atenuante, se contempla la de confesión.

Vassi debe asumir las costas y pagar 459.036 euros de indemnización: 135.675 a cada una de sus hijas, 84.420 a cada uno de los padres de Cristina y 18.843 a su hermana. Clara Campoamor y la Fiscalía quieren que se reconozca a las niñas como víctimas de la violencia machista.

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