Vigorexia o el síndrome de Adonis
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Este trastorno cada vez más frecuente es de naturaleza obsesiva compulsiva y tiende al aislamiento y la soledad progresiva de quienes lo sufren, al vivir sólo para el ejercicio
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La vigorexia fue lanzada como concepto de anorexia invertida, ya que quienes la sufren se ven pequeños y delgados aunque tengan músculos grandes y fuertes. Las personas que padecen este trastorno se preocupan de manera excesiva por su imagen corporal. Lo sufren mucho más los hombres, un 80%, frente a un 20% de las mujeres, ya que el ideal del hombre siempre ha sido de una figura fuerte con su tableta bien marcada.
Aunque está catalogado dentro de los trastornos obsesivos compulsivos, se trata de una dismorfobia muscular: en el espejo ven su imagen distorsionada.
Los síntomas más típicos de la vigorexia son:
- Una exagerada preocupación por la dieta. Hay una ingesta masiva de proteínas y carbohidratos acompañada del consumo de otras sustancias, como los esteroides anabolizantes.
- Dedicarle muchísimo tiempo al ejercicio físico, al deporte, llegando a estar alejado de la familia, pareja, amigos, ya que las relaciones interpersonales les suponen un obstáculo. Ese ejercicio físico se realiza a diario, varias horas o varias veces al día. Si no puede acudir al gimnasio porque le ha surgido algo de trabajo o algún problema personal, esto le genera sentimientos de culpa, angustia e irritabilidad, volviéndose una necesidad obsesiva.
- Hay una distorsión de percepción de la imagen corporal, ya que siempre se ven débiles o delgados.
- Se hacen comparaciones con otros, sobre todo en el gimnasio o en sitios donde sean visibles los cuerpos: una playa, una piscina...
- Estar todo el día subido en la báscula controlando el peso.
- Mirarse en el espejo de manera compulsiva, en permanente autobservación.
- Como consecuencia de esa cantidad de ejercicio es muy habitual que sufran de dolores musculares y fatiga en general, ya que son muchas horas las que dedican a la actividad física.
Las redes sociales tienen un gran peso en este trastorno, ya que el problema se ve cada vez más temprano en chicos de 15 años. La publicidad también contribuye a empeorar la situación, ya que trasmite el culto al cuerpo y a un estilo de vida saludable, pero desde una exigencia y perfección.
Consecuencias de la vigorexia
Al dedicarle tanto tiempo al entrenamiento, las relaciones sociales del vigoréxico se ven cada vez más afectadas. Como consecuencia, están cada vez más solos y aislados, dando entrada a la depresión.
A nivel físico se producen muchas lesiones fuertes, y si hay consumo de anabolizantes de manera regular y en largos periodos de tiempo aparecen problemas de salud física.
Entre las recomendaciones para combatir o no caer en una vigorexia estarían:
- Reducir la importancia del cuerpo, la creencia de que nuestro éxito en la vida está determinado por nuestra forma física. El cuerpo no es el que nos define; lo que nos define son nuestros valores, experiencias y el amor hacia uno mismo y los demás. El cuerpo es sólo el envase que nos acompaña en esta vida.
- Hay que hacer algún reajuste en nuestras creencias o cánones de belleza, ya que los que hoy en día nos propone la sociedad son irreales e inalcanzables.
- Deja de criticar y juzgar tu cuerpo. Háblate bien, no cojas la lupa para buscar y encontrar el fallo de lo que te falta.
- Deja de compararte con los demás porque esto genera mucha ansiedad.
- La dieta tiene que ser equilibrada, una dieta mediterránea saludable.
- Si tu espacio de deporte es muy rígido o el ambiente es exigente por el grupo en que sueles estar, cambia de gimnasio. Es importante también dejar de hacer ejercicio cuando éste suponga fatiga, cansancio y dolor muscular.
- No dejes de salir con tus amigos y familiares. Es primordial estar conectado socialmente. Este punto es quizás el más importante para evitar descuidar otras áreas de la vida. Esto no se da de golpe sino de manera paulatina y progresiva: poco a poco va aumentando su tiempo en el deporte hasta que le tiene totalmente absorbido y así el aislamiento cada vez es mayor: su vida es menos equilibrada ya que su foco estará puesta solo en este tema.
Como está dentro de la clasificación de los trastornos obsesivos compulsivos, se sabe que las obsesiones generan mucha ansiedad y también muchos síntomas depresivos. El vigoréxico cree que haciendo más deporte, la ansiedad bajará, pero sucede todo lo contrario: más deporte, más insatisfacción, más ansiedad... estamos hablando de un trastorno obsesivo compulsivo.
Las personas que desarrollan una vigorexia suelen tener una baja autoestima, son introvertidos y perfeccionistas.
Resumiendo, los síntomas que determinan una vigorexia son tener una preocupación exagerada por el cuerpo que le lleva a estar diariamente analizando el peso, el estado de los músculos y la cantidad de grasa.
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