El abrazo del Muelle de Rio Tinto

Es la noticia de este verano que se nos acaba al inicio de la tarde de hoy. El anuncio del Puerto de Huelva de unir los dos tramos del muelle cargadero de minerales de la Rio Tinto Company Limited es la noticia cultural desde hace mucho tiempo. Muy pocas cosas en Huelva tienen el atractivo del muelle de la todopoderosa RTC, para unos ‘hito’ de la industrialización y despegue minero de esta provincia y, para otros, referente de la ‘colonización’ de los británicos en Huelva.

A veces no sabemos medir o interpretar lo que para los onubenses tiene prioridad, aquello que más les gusta. Existen ocasiones donde lo que nos interpela no es la cultura milenaria sino esta, la más cercana con la que convivimos. Sin despreciar otros momentos, lo más próximo puede tener mayor valor y consideración en el ciudadano de a pie. Hay otras culturas que gusta conocer pero esta es la nuestra, de muchas generaciones, la que palpas y sientes.

El Puerto de Huelva supo leer este deseo de los onubenses y, además, lo hace con sentido común. A veces las restauraciones son modificaciones encubiertas, de frustrados arquitectos o de otros que están en la excelencia que ven en ellas una oportunidad para dejar su ‘marca’ y sentirse héroes cuando no aportan nada. El artífice es su autor inicial, no quien luego transforma aquella visión original con dudosas componendas.

Lo más importante en esta restauración es, sencillamente, dejar el muelle como estaba en el tramo superior. Unirlo sin más historias. Olvidarse de añadirle una ‘joroba’ que no deja ver lo que es, o ‘engordarlo’ a su alrededor; solo contaminan el proyecto original, como si se tratara de un bello cuadro posteriormente emborronado. 

La mejor fórmula para el respeto del patrimonio histórico es la anunciada. La sensibilidad ciudadana, manifestada aquí en muchas ocasiones anteriores, lo que quiere es que le repongan lo perdido y no crear una fantasía arquitectónica que no se parezca en nada a lo que siempre vio. Hay muchas fórmulas técnicas en la actualidad para recuperar este conjunto histórico siendo respetuoso y sabiendo marcar una diferencia entre lo antiguo y lo moderno, solo a los ojos de un estudio de detalle, pues de lo que se trata es de disfrutar del elemento en concreto en la visión general. Es tan simple como la reconstrucción de paños de murallas que vemos en castillos que levantan almenas caídas. 

La recuperación visual completa del muelle de la RTC es la mejor noticia cuando, además, para este mes de septiembre en el que se anuncia el inicio de la unión del muelle se cumplirán los 125 años del comienzo de su construcción: el 30 de septiembre de 1874. 

La unión de los dos tramos es la mejor forma de celebrar esta efemérides de la construcción que finalizó el 16 de julio de 1876 (según Miguel González Vílchez en su estudio del muelle, páginas 35 y 39). Se le devuelve su dignidad recuperando la unidad y, de nuevo, su potencia visual.

 Felicitemos al Puerto de Huelva, felicitémonos todos. ¡Buen otoño (comienza hoy a las 14:44)!

1874-1876: La construcción

George B. Bruce presenta a la Rio Tinto Company Limited el proyecto del muelle junto al del ferrocarril, en febrero de 1874; que lo pasa a la Junta del Puerto para su aprobación en el mes de mayo. En julio se comienza a preparar las obras, que se inician el 30 de septiembre y concluyen el 16 de julio de 1876.

1974: Su mutilación

La instalación de la Central Térmica (1959-1961) obliga a una primera modificación del muelle practicando unos arcos para que pasen las piezas de los grupos. En 1974 es cuando se destruyen los 50 metros de muelle que ahora se pretenden reponer; su objetivo era facilitar el tráfico pesado entre el Muelle de Levante y toda la zona industrial de la Punta del Sebo y Puerto Exterior. El muelle quedaría así inutilizado para la descarga