Tres acciones de RSC valiosas para el mundo y baratas para las empresas

Para hacer RSC no son imprescindibles grandes campañas, ni grandes inversiones, ni grandes cambios de estructura, lo más necesario es comprometerse de verdad y ponerse en marcha

Tres acciones de RSC valiosas para el mundo y baratas para las empresas
Tres acciones de RSC valiosas para el mundo y baratas para las empresas
Lola Pelayo

29 de septiembre 2019 - 06:05

Huelva/Este artículo pretende ser hoy eminentemente práctico. Dejemos de hablar tanto de filosofía de la gestión responsable y pasemos a compartir acciones concretas de Responsabilidad Social Corporativa (RSC) que convierten a nuestras empresas en poderosos agentes de mejora social, ambiental y económica. Cualquier empresa y de cualquier tamaño. El objetivo es encender la creatividad de empresarios y asalariados, e impulsar así la única forma de hacer negocios que cabe ya en nuestra sociedad. Además, vamos a concentrarnos acciones baratas y fáciles de poner en marcha, para que no digan que lo eficaz es caro.

Pero antes de compartir acciones inspiradoras, resumamos los primeros pasos necesarios poner la RSC en el corazón del negocio. Y como siempre, simplemente enciendan la brújula de la lógica y el sentido común.

De las preguntas a las acciones

La RSC de cualquier empresa y actividad arranca con lo más genuino de nuestra especie, algo que ha contribuido ampliamente al desarrollo de la humanidad. Me refiero al útil y sano ejercicio de hacernos un montón de preguntas.

¿Qué impactos genera mi actividad? ¿Quiénes se benefician de los positivos? ¿Quiénes sufren los negativos? ¿Mis trabajadores los conocen? ¿Hacen y hacemos algo por ampliar los positivos y minimizar los negativos? ¿Está la plantilla comprometida con la empresa? ¿Están los trabajadores orgullosos de trabajar aquí? ¿Qué esperan los clientes? ¿Qué esperan los trabajadores? ¿Qué queremos aportar al mundo entre todos? ¿Para qué existimos?

Todas esas preguntas, y muchas más, son útiles para algo fundamental: establecer la casilla de salida de este particular camino de transformación hacia la Responsabilidad Social Corporativa como estrategia de gestión. Esto los consultores de RSC lo llamamos diagnóstico inicial y definición de stakeholders o públicos de interés. Es el primer paso.

El diagnóstico debe ser honesto, es decir, sincero con uno mismo. Ya llegará el momento de ser transparentes con los demás y comunicarse mucho –pero mucho, mucho- con todos los públicos que hayamos identificado. Pero ahora, lo más necesario es tener muy claro que no vale hacerse trampas ni jugar a medias. En este primer paso fundamental necesitamos conocer lo mejor posible nuestras carencias, nuestras debilidades, nuestros errores, nuestros incumplimientos, y también nuestras fortalezas y aciertos, de la forma más profunda que seamos capaces. Así, será también muy sólida la siguiente fase: establecer objetivos.

Tendremos que seguir haciéndonos preguntas, como en la vida misma, y reflexionar seriamente implicando ya a todos nuestros públicos: ¿dónde quiero estar?, ¿a qué quiero dedicar los mayores esfuerzos?, ¿qué quiero aportar?, ¿cuánto estoy dispuesto a hacer?, ¿por dónde voy a empezar?

Una vez establecidos los objetivos llega el siguiente paso crucial, el que realmente da sentido a todo el proceso iniciado: planificar acciones para conseguirlos. Porque la RSC sin acciones no es RSC, ni vale para nada.

Es cierto que aún faltaría un paso más: evaluar cada acción que hacemos para ver cómo de eficaz ha sido acercándonos a nuestros objetivos, y cómo la podemos mejorar. En el fondo es como volver al primer paso y seguir haciéndonos preguntas, para seguir recabando información y opiniones, revisar objetivos, planificar nuevas acciones y volver a evaluar. ¿Lo notan? Es la esencia misma de la gestión, y por eso la RSC funciona.

Tres acciones que valen mucho más de lo que cuestan

Una vez comenzado este camino que acabamos de describir, hay tres acciones transformadoras que no tienen por qué suponer grandes inversiones. Son de esas cosas que valen mucho más de lo cuestan.

Una de las acciones responsables más barata y casi inmediata puede ser donar. Depende mucho de la actividad, pero pregúntese: ¿en su empresa qué sobra? Pueden ser producciones perecederas, devoluciones útiles, sustitución de recursos internos por obsolescencia… A veces, de forma sorprendente, las empresas dan mucho más de lo que piensan, o tiran mucho más de lo que deben, que depende se mire. Lo primero porque donan sin sentido o sin conciencia, o lo peor, porque destinan a contenedores lo que a otros podría serles útil o necesario.

Otra acción responsable para avanzar camino e iniciar la sensibilización interna y externa en cuestiones de RSC es marcarse un reto cuantitativo y hacerlo público implicando a toda la plantilla. Puede ser un reto medioambiental o social; puede ser hasta un objetivo tradicionalmente relacionado con la rentabilidad de la empresa. Así, lo que antes eran objetivos económicos de planes de empresa se convierten en retos colectivos y responsables. Por ejemplo: reducir en equis por ciento el consumo de luz, de agua, de tiempo de pago a proveedores, de horas extras, de contenido en plástico… O también: aumentar un tanto por ciento el índice de satisfacción de clientes, la eficiencia energética, la tasa de resolución de consultas, el número de trabajadores en programas de conciliación, el número de contactos con los públicos de interés… Si además asociamos el reto definido a un Objetivo de Desarrollo Sostenible (ODS), ¡pleno!

Pero la acción barata y responsable que en mi opinión gana por goleada a todas es impulsar el voluntariado de la plantilla. Se trata de facilitar y orientar a los trabajadores y trabajadoras para que dediquen sus horas libres, o por qué no, parte de sus horas de trabajo a causas afines al propósito y objetivos de RSC de la empresa. ¿Les suena? Es algo mágico, ya de paso y si se hace bien, para el clima laboral.

Empiece por donde empiece, tengamos claro que el camino de la RSC se hace andando, y que el primer paso nunca es el más importante por su tamaño, sino por ser el primero. ¿Cuál es el primer paso que van a proponer dar a sus empresas?

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