Adiós a la feria por la Puerta Grande

FERIA DE COLOMBINAS 2024 / SEXTA DE FERIA

Los rejoneadores Diego Ventura y Andrés Romero triunfan sobre una corrida de Bohórquez 

Ventura y Romero a hombros
Ventura y Romero a hombros / Alberto Domínguez
Paco Guerrero

05 de agosto 2024 - 06:00

FICHA TÉCNICA

Plaza de toros de Huelva

GANADERÍA: Se lidiaron seis toros Fermín Bohórquez, de aceptable presencia y juego variado. Primero, quinto y sexto juego mejores.

REJONEADORES: Diego Ventura: oreja; dos orejas; dos orejas. Andrés Romero: oreja; saludos tras aviso; dos orejas.

INCIDENCIAS: Gran entrada en La Merced rozando un lleno total en tarde de agradable temperatura.

LA CRÓNICA

Convengammos en que el rejoneo es vigor, movimiento, belleza, riesgo y finalmente explosión de júbilo en el espectador cuando el embroque de todos los protagonistas cuaja en esa sincronización que aporta la bravura del toro y la valentía de rejoneador y caballo.

Aceptable de presencia en lo que lógicamente es un toro de rejones. De seis, tres toros con posibilidades de vibrar con el toreo a caballo que ayer le puso a la plaza onubense una de las mejores entradas en mucho tiempo respecto a este tipo de festejo. 

Pero sin ser avaro en ensalzarla, a la tarde le faltó esa épica especial que sí hubo otras muchas tardes sobre este ruedo. Y a esta hay que contarla desde una normalidad que a veces tira hacia esa justeza del demasiado poco.

El encierro de los campos jerezanos tuvo nobleza pero no ese picante que necesita el rejoneo para vencer y convencer sobre cualquier tarde de toros. 

Difícil ponerle lírica a la tarde, pero no imposible, así que a ello vamos porque quiere irse la crónica al galope de las buenas sensaciones que dejó Ventura en el quinto de la tarde. Sensaciones de triunfador con solvencia y cadencia en una faena a la que tuvo el detalle de invitar a salir a la plaza al sobresaliente de la tarde Adrián Venegas y a fe que el conjunto le deja a la tarde retazos de mucho sabor y torería por parte del más nuevo y la certera rotundidad de que fue el mejor y más completo Ventura de toda la tarde. En el mérito está uno de los toros más encastados de ese encierro tan diverso que Bohórquez trajo ayer hasta Huelva. 

Ahí si vibró el rejoneo Diego. Rejoneo sincronizado en la estampa final de la faena; rejonazo, caballo elevado sobre los posteriores y el toro patas arriba. El conjunto mereció esas dos rotundas orejas en el esportón y faena en donde singularmente aportó la actuación de Nivaldo en sendos pasajes de un rejoneo inverosímil por parte de Ventura.

Quien además sumó otras dos de menos mérito frente al tercero, un toro parado y con poco celo al que ni los forcados fueron capaces de provocarle arrancada a escasos dos metros de la testuz. Los dos trofeos se deben que justificar en el excelente aporte de Bronce y en el rejonazo eficaz que certificó todo.

La quinta oreja del luso sevillano la entregó un toro enrazado y noble en la apertura de la tarde. Un auténtico toro de carretón al que Diego se merendó con facilidad y buen son en una pulcra faena en la que mandó el oficio y una cuadra impecable para cualquier causa de triunfo. Rejonazo al canto y apéndice.

Con uñas y dientes agarró Andrés Romero la Puerta Grande cuando le saltó el sexto al albero. El único de su lote que tenía carbón para poner en aprietos el embroque. Toda la responsabilidad de la faena para Fuente Rey, un auténtico torerazo embriagado de exigencia en sus riendas. Su temple, su valor y la confianza en el hombre que le guía cuajan desde luego lo más importante de esas tres orejas que también avalan esa justa Puerta Grande de Andrés Romero en este cierre de festejo. El colmo de la tarde para Romero fue la lidia del cuarto. A romero le había mirado un tuerto. Lo pareció al menos cuando ese cuarto toro que tuvo galope en su salida se quedó lastimado por algún rejón tocando en zona sensible. Abochorna ver a un animal impedido formar parte de una lidia. No hay mérito en mandar sobre el oponente y finalmente todo tuvo que venir a apuntillarlo sobre el albero. Mala suerte para Romero que saludó al tendido después de quedarse sin posibilidades.

La tercera oreja, necesaria para salir a hombros en ese mano a mano, ya la llevaba en el esportón el de Escacena a cambio de una faena a la que Romero tuvo que echarle fe y esperanza. No hizo falta la virtud de la caridad porque Romero se ganó a ley un trofeo de peso frente a otro de los toros más parados del encierro. Tener que echar mano de las tres virtudes manda huevos pero el onubense tuvo las dos necesarias. Y las tuvo de verdad. Comedido y en profesional con el marmolillo que hizo primero en su actuación. Flojo andaba el carácter de ese toro que ni un rejón llevó su lomo por quedar enhebrado el único que quiso utilizar Romero para ahormarlo a principio de faena. Pundonor torero para intentar hasta el límite de una faena donde hasta con Fuente Rey le costó vender el pescao.

Espadas en alto como final de y feria, dos rejoneadores a hombros en una tarde donde hizo falta tirar de ar dos cuadras importantes para conseguir estar en el cuadro de honor de la feria.

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